Especiales Semana

CONSTRUCCION Y VIVIENDA

21 de noviembre de 1988

GABRIEL JAIME GIRALDO "La Reforma Urbana es indispensable "
En diálogo con SEMANA, el presidente de la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, analiza la crisis de la edificación en lo que va corrido del año, menciona las primeras luces de lo que puede ser una recuperación a largo plazo y defiende los planteamientos que esta entidad ha realizado como aporte al proyecto de Reforma Urbana, que actualmente se estudia en el Congreso
SEMANA: Después de 2 años excelentes para el sector de la construcción -1986 y 1987- este año parece haber sido bastante negativo. ¿A qué se debe este fenómeno?
GABRIEL JAIME GIRALDO: Empecemos por el principio. Ciertamente, 1987 fue una año atípico para el sector. Nosotros lo calificamos como un año "excepcionalmente bueno".
S.: Entonces, antes de analizar la crisis, ¿en qué radicó el éxito del 87?
G.J.G.: Según las licencias aprobadas en las oficinas de Planeación, Camacol preveía la edificación de unos 8 millones y medio de metros cuadrados. No obstante, esta cífra se superó rápidamente y el total alcanzado fue de casi 11 millones en las 52 ciudades más importantes del país. Lo que pasa es que hubo un gran volumen de inversión en el sector, producto de una recuperación económica del país desde el 86. La construcción es un termómetro de la situación del país: si la construcción va bien, el país va bien, y eso ocurrió el año pasado.
S.: ¿Y la crisis del 88?
G.J.G.: Todo comenzó a finales de 1987, con la crisis del cemento, motivada entre otras razones, por la toma guerrillera de la planta de Río Claro en Antioquia. Este hecho desencadenó un problema laboral bastante grave, que se extendió principalmente al sur y al occidente del país. Entonces, bajó la producción de cemento en varios miles de toneladas. Por otro lado, el excesivo aumento de medio circulante llevó al gobierno a tomar medidas restrictivas como el cierre de créditos y la negación de sobregiros. Así, las corporaciones empezaron a debilitarse. Luego vino el retiro masivo de diciembre, que aunque es normal -ya que la gente vuelve a depositar en enero-, en esta ocasión fue grave, porque la aparición de los títulos de participación del Banco de la República desvió los fondos hacia el Emisor. Llegó, entonces, la iliquidez de la Banca. Tuvieron que suspenderse créditos ya aprobados. A finales de febrero de este año, lo poco que se había salvado se pierde, debido a la medida de reportar cuentas superiores a 6 millones de pesos. Esto se agravó con el hecho de que los pocos que tenían plata subieron excesivamente las tasas de interés.
S.: ¿Qué hizo Camacol?
G.J.G.: Camacol advirtió que de seguir así la iliquidez de las corporaciones de ahorro y vivienda, la actividad del sector caería en un 20%. Las medidas propuestas por nosotros no fueron escuchadas al comienzo del año. Se le informó al gobierno que además de la crisis directa del sector, las consecuencias para otros sectores serían de suma gravedad.
S.: ¿Qué tipo de con secuencias?
G.J.G.: Un descenso del 20% en la actividad constructora significa que se dejan de consumir, por ejemplo, 420 mil toneladas de cemento, 56 mil toneladas de hierro, 140 mil metros cúbicos de madera, 118 millones de unidades de ladrillo, y algo similar en todos los campos. Además, 140 mil trabajadores quedan cesantes y más de 700 mil empleados indirectos del sector saldrían afectados.
S.: ¿Qué medidas propuso Camacol para salvar al sector?
G.J.G.: Básicamente las siguientes: liberar el encaje -al fin y al cabo el mayor respaldo de las corporationes está en las construcciones que se están financiando-, subir la corrección monetaria, intervenir administrativamente las tasas de interés (para hacer más competitiva a la Upac) y controlar efectivamente la inflación.
S.: ¿Qué se logró?
G.J.G.: El encaje se liberó en 2 puntos, y esto permitió oxigenar a las corporaciones con 16 mil millones de pesos. La corrección monetaria se elevó en un punto. El sistema Upac ofreció mayores garantías. Se le puso atención al proceso infiacionario...
S.: ¿Qué resultados arrojó la adopción de estas medidas?
G.J.G.: En el tercer trimestre de este año, ya en el mes de agosto, se empieza a mejorar la situación. Las corporaciones de ahorro y vivienda se muestran más rentables por el regreso del ahorrador, y pasan de índices negativos a positivos.
Lo más importante es que estas entidades -que habían negado gran cantidad de créditos en los dos primeros trimestre- han empezado a aprobar créditos y los constructores ya están recibiendo dinero. Esto significa que la caída no llegará al 20% y el sector parece reactivarse para el 89. Hay que tener en cuenta que estos créditos aprobados normalmente se reflejan al año siquiente.
S.: ¿Cuáles fueron las ciudades más golpeadas con la crisis?
G.J.G.: Medellín, Manizales, Barranquilla, un poco Cali y lógicamente Bogotá. No obstante, Bogotá puede disponer de otros recursos, como los del Fondo Nacional del Ahorro, los fondos de vivienda y el Instituto de Crédito Territorial.
S.: ¿Este hecho disparó los precios de la vivienda?
G.J.G.: Obviamente. Con la escasez de recursos los insumos se encarecen, y con el aumento de las tasas de interés todo acaba de subir.
S.: Pasando a la Reforma Urbana, ¿cuál es el punto de partida que los hace pensar en la necesidad de adoptar dicha reforma?
G.J.G.: Ante todo, hay que tener en cuenta que la tierra es el insumo más importante con que cuenta el sector de la construcción. Sin tierra no se puede hacer nada. En los últimos años se ha observado que la tierra ha sufrido el fenómeno de la especulación.
El precio de la tierra se está multiplicando en el trascurso de pocos meses, y hay gente que impide el desarrollo social, el desarrollo de la construcción, por el hecho de conservar lotes para lograr, mediante el "engorde", una ganancia que pocos negocios pueden garantizar. Así, pues, se descubre que la tierra no está cumpliendo su función social... esa función que está contemplada en la Constitución Nacional, para ayudar en la erradicación de la pobreza. No es justo que el esfuerzo de los contribuyentes por dotar a las ciudades de servicios públicos se esté concentrando en unos pocos terratenientes.
S.: ¿Qué se lograría con la adopción de la Reforma Urbana?
G.J.G.: Básicamente se pretende que la tierra cumpla su función social. Que se ayude a elevar el nivel de vida de los colombianos. Que se controle el nível de precios. Que se evite el enriquecimiento exagerado. Que se realise una correcta adecuación de espacios. Que se transforme positivamente la ciudad.
S.: ¿Qué puntos básicos comprende el proyecto de Reforma Urbana?
G.J.G.: Después de 3 años de estudios protundos del actual proyecto, la Reforma Urbana que cursa actualmente en el Congreso podría esquematizarse en los siguientes puntos:
- La reforma se plantea como un instrumento fundamental de reordenamiento de las ciudades a través de los planes integrales de desarrollo para ciudades con una población superior a 500 mil habitantes, y planes de desarrollo simplificado para ciudades con menos de medio millón de habitantes. Estos planes integrales comprenden las perspectivas de crecimiento de las ciudades, los usos del suelo, el planeamiento y la ejecución de obras sociales. Esta es la base para arrancar.
- Consideraciones sobre el espacio público, para orientar las normas de construcción.
- Legalización y normalización de asentamientos subnormales o inconclusos (piratas) para incorporarlos en la economía urbana para que puedan disponer de servicios públicos, entre otros derechos.
- Se establecen mecanismos de adquisicion de predios para desarrollo de funciones sociales por parte del Estado, bien sea por negociación directa, expropiación o extinción del dominio.
S.: ¿Cuándo cree Camacol que se empezará a aplicar?
G.J.G.: Yo creo que recibiremos el 89 con Reforma Urbana.