Especiales Semana

Construcción y Vivienda

18 de diciembre de 1989

LA HACIENDA COLONIAL DEL SIGLO XXI
Una hermosa casona colonial de paredes blancas y puertas rojas, parece curioso, es el símbolo del más moderno centro comercial de Colombia. Mediante una perfecta combinación de épocas y estilos, arcadas de medio punto, fuentes de piedra y balcones de madera tallada a mano hace más de un siglo juegan armónicamente con los muros tapizados de marmol, las luces de neón y las rampas eléctricas que caracterizan la más futurista arquitectura.
Estos elementos, que al mismo tiempo evocan la vida apacible de la Santa Fe de Bogotá de principios de siglo y se identifican con el ruidoso transcurrir de las capitales más modernas del planeta, se conjugan de manera ideal en el Centro Comercial Hacienda Santa Bárbara, que abrirá sus puertas en los próximos días, en la unión de las avenidas Séptima y Pepe Sierra al norte de Bogotá.
Santa Bárbara se llama el barrio en el que está ubicado el centro -zona aledaña y de cierta forma perteneciente al tradicional sector de Usaquén- y se llama también la hacienda de don José María Sierra (Pepe Sierra) que vio nacer y crecer en sus contornos una de las zonas residenciales más exclusivas de la capital. Eucaliptos espigados y frondosos pinos que se conservan aún en los recodos del centro comercial son testigos de esa transformación urbana. Y lo seguirán siendo durante muchos años, porque los diseñadores del nuevo complejo arquitectónico han querido que la hacienda nunca pierda su carácter original.
El sitio, de hecho, no hubiera podido ser mejor para plasmar la idea que tenían sus constructores. Se trataba, como en efecto se consiguió, de construír un centro comercial de avanzada para una ciudad de la cual se ha dicho que "está saturada de estos elementos". Por tanto, había que innovar. Había que aplicar toda la dosis de originalidad que fuera posible. Había que estudiar la tendencia que se estaba imponiendo en esta materia en Estados Unidos y en Europa. Y, por supuesto, se debía responder a las exigencias sociales del momento.
El punto de partida fue el de diseñar mucho más que un lugar para ir de compras. La clave era lograr un centro en el cual, además de enfren tarse a una completa oferta comercial en diversos órdenes, los visitantes pudieran encontrar un sitio ameno para pasar una tarde, un sitio apto para compartir en familia o con los amigos, un sitio donde la naturaleza y el aire libre no se quedaran esperando en la puerta de entrada.
De esto dan buena fe las amplias zonas verdes de la Hacienda Santa Barbara los espacios comunales, las plazoletas para presenciar espectáculos en vivo y toda la serie de lugares especialmente diseñados para la diversión y el descanso, con una moderna pista de patinaje sobre ruedas y dos cinemas a la cabeza.
El centro consta de 345 locales comerciales de los cuales se ha vendido ya cerca del 80%, sin hacer ningún esfuerzo publicitario. Este simple hecho da una buena idea de la aceptación y de la expectativa que existe alrededor de esta importante obra arquitectónica. Otro dato lo corrobora: en un estudio de mercadeo emprendido por los constructores recientemente, y encargado a una entidad privada, sorprendió saber que un 93% de los entrevistados conocía en detalle el proyecto y sabía con exactitud su ubicación geográfica.
Hernando Casas y Asociados, firma asesora del proyecto -la cual asesoró también la construcción de Unicentro- quiso desde el comienzo que los locales fueran vendidos de manera casi exclusiva a comerciantes, y no a inversionistas, para garantizar que su puesta en marcha fuera todo un éxito. La inauguración en forma de esta moderna hacienda comercial será el 10 de diciembre y para entonces el público ya podrá encontrar en su interior desde pizzas, helados y hamburguesas hasta las más finas joyas y el vestuario de última moda.
Además de su diseño de su parqueadero cubierto para más de mil vehículos y de sus agradables zonas verdes, algo que los jóvenes encontrarán muy satisfactorio es que se ha dispuesto un área especial para la ubicación de los locales de comida rápida. Todos están alrededor de la pista de patinaje (la cual servirá también para la presentación de diversos espectáculos), donde se dispuso una amplia zona circular con mesas y barras independientes de los locales, para permitir sin problemas que en una misma mesa se ubiquen los que han escogido una pizza y los que optaron por una empanada.
El Centro Comercial Hacienda Santa Bárbara forma parte de un complejo plan arquitectónico que incluye un centro de diseño profesional y un hotel 5 estrellas, entre otros que se darán al servicio en 1990 y 1991, de acuerdo con los planteamientos originales. Por lo pronto en la vieja casona y en las modernas construcciones aledañas se preparan los últimos detalles para la gran inauguración. Así, mientras los comerciantes revisan el toque final de sus vitrinas, los administradores del centro están dedicados a planear la fiesta de apertura y los eventos especiales para el mes de diciembre, al tiempo que los empleados reciben un curso intensivo de "amabilidad", porque la idea es que en Santa Bárbara, según sus directivos, cada visitante "entre como cliente y salga como amigo".