Especiales Semana

CONSTRUCCION Y VIVIENDA

15 de abril de 1991

Cerámicas y baños del 91
Es una verdad popular pensar en el hombre como un animal de costumbres. Y para dicha de muchos y envidia de investigadores meticulosos, la historia de la evolución higiénica del ser humano le da la razón al viejo decir. Prueba de ello es que tuvieron que pasar muchos años para que la humanidad adquiriera las costumbres de limpieza que se conocen hoy.
Mientras egipcios del año 1500 a.C. poco utilizaban el agua para el aseo corporal, los hindúes del mismo período se lavaron las manos en materia de higiene y establecieron las primeras pautas de la limpieza en una ceremonia religiosa que se realizaba ocasionalmente y consistía en baños públicos de aguas termales.
Sin embargo, fue en el período del año 315 a.C. al 415 d.C. cuando se consolidó la frecuencia del baño. El deseo de los romanos de alcanzar el confort doméstico y los placeres corporales originó una nueva costumbre social. Los baños públicos romanos se configuraron como centros de actividades sociales diarias que desembocaron en gigantescas construcciones especiales que posteriormente se perfeccionaron con sistemas de fuentes, cisternas y cañerías.
Pero quizá lo que más llama la atención de los baños de la antigüedad, son las decoraciones lujosas que invadían las paredes, pisos, tinas y sanitarios de las primitivas construcciones romanas, costumbre de la cual ha sido heredero el siglo XX y que se refleja en los diseños que hacen parte de la dinámica de la moda de hoy.
En Colombia, la tradición por el adorno de los baños llegó directamente de Checoslovaquia en 1947 bajo la forma de azulejos decorativos. Una novedad que pronto se convirtió en uno de los hábitos más déseados por toda la población. Porque cuando se trata de decoraciones, ningún propietario colombiano que se respete deja por fuera el tema de las cerámicas, azulejos y porcelana sanitaria.
Según estudios realizados por un equipo de investigación especializado en temas de decoración sanitaria, de 800 amas de casa de todo el país y de todos los estratos sociales, el 92 por ciento expresó su preferencia por la cerámica en materia de decoración de baños.
Para algunos expertos, las razones de la inclinación por el producto se deben en parte a la asociación entre el brillo de la cerámica con la idea de pulcritud y limpieza. Además en el ámbito social se considera la cerámica sanitaria como uno de los termómetros del estatus que no tiene sustituto en el mercado, pues su durabilidad lo hace único a nivel competitivo. Pero, en el momento de decorar, un festival de diseños, espacios, luces, sombras, colores y accesorios, hacen parte del menú de posibilidades por seleccionar.
Según un experto en diseño y decoración consultado por SEMANA, las pautas de la moda en materia sanitaria en 1991 establecen el auge de los colores claros y pastel. Tonalidades de antes en auge hoy, que ayudan a dar la sensación de amplitud y limpieza a los espacios.
Pero además, durante la primera mitad del año se impone el brillo en las paredes en parte, a causa de la asociación que las familias colombianas hacen del brillo con el estado de higiene del recinto. Por eso, dorados, plateados y lustres, se apoderan este año de las paredes de lavabo.
Sin embargo, el último trimestre del 91, será la era del mármol. Piezas de travertino de 20 por 25 centímetros, llegarán al mercado de las líneas más exclusivas y sofisticadas, acompañadas de accesorios de cerámica.
En materia de porcelana sanitaria la última innovación mundial es el inodoro One Piece producido en Colombia, el cual presenta un tamaño anatómico ideal y además consume menos agua que los inodoros comunes.
Los expertos consideran además, que en medio de la extensa gama lavamanos que ofrece el mercado, los que más demanda tienen en la actualidad son aquellos de pedestal con grifería de colores metálicos y de cierre rápido.
Diseños y espacios de hoy que reflejan las milenarias costumbres que la humanidad ha tenido por la higiene.

Espacios, sueños y diseños
Entre la tierra y los arbustos del antiguo camino a Suba se alza una cadena de arcos, ventanales y techos corridos que atrae la atención de los ciudadanos más desprevenidos que cruzan por el lugar.
Se trata de Qumrán 1, un conjunto de 20 casas que se ha convertido desde hace un año en la sensación de las colinas de Suba. Y no es para menos. La urbanización evoca aquellas haciendas de las colinas suizas que conservan el calor del hogar en medio de la naturaleza.
Prueba de ello es que al cruzar la portería del conjunto, el silencio de la aldea presagia la tranquilidad del lugar. Se trata de una fortaleza que abriga el concepto de libertad y autonomía en contraste con la tendencia arquitectónica de monotonía y rigidez que invade hoy a las grandes ciudades como Bogotá.
Por eso, poco a poco las calles empedradas del conjunto conducen con cierta independencia y amplitud hacia las 20 viviendas del barrio.
Y entrar en ellas es comenzar un juego interminable con el espacio de los 400 metros cuadrados de construcción de cada casa. Porque en la entrada un amplio hall traza las tendencias de un diseño moderno, informal pero a la vez sobrio. Este estilo se refleja no sólo en la fachada sino también al interior de las casas.
En la primera planta la sala con chimenea, balcón y enormes ventanales adquiere las dimensiones de calidez que impregna también el ambiente del comedor. Y de él, una puerta conduce a una cocina con muebles de madera, extractor de olores, estufa eléctrica y de gas.
Pero el recorrido no finaliza allí, pues cerca de la zona de alimentación se encuentran el área de lavandería, la alcoba y el baño de servicio, con una distribución de espacios adecuada, iluminada y funcional.
Cerca de la alcoba de servicio, después de cruzar el garaje doble cubierto con puerta electrónica, se llega a través de unas escaleras, al sótano de la casa. Se trata de una pequeña fortaleza dentro de la casa que se entrega equipado para colocar un sauna.
De allí, las escaleras hechas con cerámica de piedra muñeca y madera, conducen a la sala y posteriormente al segundo nivel en el que se encuentra un pequeño cuarto de estar, un estudio, la alcoba principal con chimenea y terraza, baño con jacuzzi y vestuario.
El tercer nivel cuenta con tres alcobas para niños y dos baños, mientras las escaleras conducen al cuarto piso en el que está ubicado un altillo que puede ser utilizado como estar o zaguán .
Pero además, el conjunto tiene cancha de tenis, piscina cubierta con calefacción solar, capilla, antena parabólica, salón comunal para fiestas y reuniones, planta eléctrica de emergencia, dos vigilantes permanentes en la noche y uno durante el día que garantizan la seguridad del barrio.
Por eso, algunos expertos han acertado al afirmar que Qumrán I, la urbanización que lleva el nombre del oasis que hospedó a los antiguos patriarcas al sur de Jerusalén, es una aldea casi autónoma que encierra las comodidades y ventajas de un club campestre, combinadas con la tranquilidad e independencia de estar en casa.

Visiones multiplicadas
Pero Qumrán I no es solamente una urbanización. También es el presagio de una segunda etapa de 13 apartamentos que en junio de 1992 estarán localizados en el terreno contiguo al de las casas.
Y es que abrigado bajo los mismos principios arquitectónicos de la primera etapa, Qumrán II se dibuja en tres torres cada una con porterías y ascensor propios pero con servicios comunes como la antena parabólica, los parqueaderos de visitantes, el salón comunal y las canchas de squash ubicadas en los sótanos de los edificios.
Diseñados por el arquitecto Jorge Urueña, el mismo que hace dos años se encargó de trazar los espacios y formas que dieron origen a Qumrán I, los tres bloques de apartamentos llevan un año consolidando su forma final entre planos, perspectivas, maquetas y bosquejos.
Un proyecto que comenzará a moldearse el próximo mes de abril y que se llevará el 30 por ciento del área total del lote que cuenta con una dimensión de 3.500 metros cuadrados.
Pero además, los apartamentos de Qumrán ll contienen una distribución amplia y original. Prueba de ello es que los 280 metros cuadrados de área de cada apartamento, arrancan en un estar que conduce a la sala principal y al estudio y a través de una terraza, la zona social se comunica con el comedor. La cocina y el área de lavandería cuentan con doble entrada, estufa eléctrica y de gas, espacio para el comedor auxiliar, ventilación, iluminación, alcoba y baño de servicio. Entre tanto, la sala de televisión marca la pauta de una zona privada confortable y acogedora que se repartirá entre la alcoba principal su vestuario y baño, las tres habitaciones complementarias y dos baños más, con la marca de Qumrán.
Una propuesta que durante los próximos 14 meses empezará a tomar las dimensiones de una realidad que se recreará con el misterioso silencio de la naturaleza y el juego desprevenido de un espacio que se dispersa lenta y creativamente.-