Especiales Semana

CONSTRUCCION Y VIVIENDA

23 de noviembre de 1987

Sólo para ejecutivos
Los tiempos modernos le han traído al hombre grandes adelantos en materia de construcción y vivienda. Basta con recordar las casas de las abuelas, muy grandes y espaciosas, pero con problemas de comunicación interna, con inconvenientes en los servicios públicos y con miles achaques más, propios de las técnicas de construcción de aquellos años.
Ahora existen innumerables adelantos que han perfeccionado la urbanística y los servicios, pero, en cambio, se carece de espacio. Disponer de un espacio amplio para edificar a nuestro gusto, en la actualidad, es un verdadero lujo. Los terrenos, la mano de obra y los servicios profesionales son bastante costosos. Por eso los hijos y los nietos de las abuelas de principios de siglo debieron pasar de la amplitud de las casas y las oficinas viejas, a la estrechez de los diseños de hoy.
Y si a esto le sumamos la gran cantidad de tiempo que debe invertir una persona en movillzarse a los diferentes sitios que debe frecuentar, las congestiones de tránsito, las demoras y el estrés de la vida moderna, el panorama empieza a hacerse realmente desolador.
¿Hacia dónde vamos? Hacia un mejor aprovechamiento de los espacios, y hacia una constante búsqueda de comodidad y de reducción en las distancias.
Este es el fundamento de un moderno Centro Ejecutivo que se dará al servicio en Medellín a finales del próximo año. Su interés primordial es conseguir una notable reducción en los costos y en los servicios, y permitirle a los ejecutivos de cualquier escala establecer un centro de operaciones de acuerdo con sus necesidades, mediante la posibilidad de unir dos o más oficinas modulares, en sentido horizontal o vertical.
El Centro Ejecutivo está diseñado pensando en el futuro, y por esta razón ha buscado que dentro de la misma construcción se ubiquen todos los servicios que puede necesitar una empresa: desde un amplio auditorio para conferencias, hasta un punto de lavado de autos, pasando por el centro de copiado, la oficina de mensajeria y el centro de comunicaciones, entre otros. Y todo mediante costos compartidos, pues cada ejecutivo paga tan sólo un porcentaje sobre estos servicios. De esta manera una empresa pequeña, o un ejecutívo particular, que no tengan la posibilidad económica para contratar un mensajero de tiempo completo, o para adquirir ciertos elementos de comunicación como el moderno telefax, puede compartir el uso y el pago de estos servicios con las demás oficinas.
Pero la idea va mucho más allá. También se ha pensado en el aspecto psicológico del ejecutivo moderno, muchas veces encasillado en espacios modulares muy reducidos, y sin la posibilidad de encontrar un "trozo" de naturaleza a su alrededor, para descansar, así sea visualemente, del trajín diario. El proyecto incluye zonas verdes y de recreación. Así mismo, el Centro está diseñado en dos niveles únicamente, para que ni siquiera se sienta el encasillamiento de los ascensores. En pocas palabras, la idea es que el sitio de trabajo también pueda ser un lugar cómodo y amable, a pesar de las 150 oficinas que comprenderán la unidad.
Se trata, pues, de aplicar en un centro de trabajo la idea que ha caracterizado a los conjuntos cerrados de vivienda, donde a pesar de la privacidad de cada gente, se comparten muchos servicios para reducir los costos.
El diseño del centro corresponde a Javier Peláez, y la interventoría a Armando Jaramillo, quienes aseguran que la idea ha pegado tan fuerte, que ya otras ciudades colombianas quieren su Centro Ejecutivo, como en Medellín.--

Notas de la construcción
Bogotá imposible
Oscar Borrero, presidente ejecutivo de Fedelonjas, considera que Bogotá se está volviendo imposible para vivir. Hay una preocupante aglomeración de urbanizaciones, asegura; no hay soluciones a corto plazo, no hay parques, no hay garajes suficientes... además, las autoridades distritales deberían preocuparse por ampliar las vias de acceso de sectores como Cedritos y Multicentro. Por eso los constructores están diseñando proyectos para las zonas campestres y los municipios aledaños.

Diseños impactantes
Desde hace algún tiempo, en muchas ciudades de Colombia se ha notado la participación de verdaderos artistas del diseño y la arquitectura, en fachadas de almacenes, viviendas y sitios públicos. "El avance es significativo, afirma el arquitecto español José Domingo Díaz de la Vega. La incursión de los poetas del ladrillo es un gran aporte para el embellecimiento de las ciudades. No se debe pensar únicamente en materia de funcionalidad y precios... también hay que contemplar la estética de la construcción".

Precios de locura
Pepe Casas quiere destacar la opinión de un aspirante a "propietario", que encontró en una oficina de Finca Raíz: "La primera vez que pregunté por el apartamento que quiero comprar, apenas existían planos del edificio, y aunque me ofrecieron una venta sobre planos, sentí desconfianza y decidí esperar. Pero ahora que está terminado, su precio ha subido exageradamente, y ya no me alcanza. En materia de vivienda no se pueden desaprovechar las oportunidades".--

Vivir en las afueras
Ya no son sólo los poetas y los amantes de la naturaleza los que huyen de la ciudad --a la que llaman la selva de cemento-- para refugiarse lejos del ruido y de la contaminación, en busca de la musa que los inspirará en sus creaciones.
Muchas son las familias que en la actualidad han optado por radicarse en una vivienda campestre, pero no para tener una casa de recreo cercana a la ciudad, sino para establecerse definitivamente allí.
Las razones que los mueven, al igual que las ventajas y las desventajas de esta decisión son muchas. Lo cierto es que las tendencias de urbanización en las grandes ciudades, donde muchas veces existe ya una saturación de los barrios tradicionales, e incluso de las zonas de reserva, van encaminadas a construir en masa en las áreas periféricas y en los municipios aledaños.
De esta manera, lo que hoy parece una lejanía, en pocos años será simplemente un punto integrado a las grandes metrópolis.
Y he ahí una de las principales motivaciones que han llevado a tanta gente a construir o a comprar su casa en las afueras: inversión. Seguramente un lote ubicado en un sector periférico, que hoy puede adquirirse a un precio relativamente bajo, mañana será un trozo de tierra de gran valorización, perseguido por los grandes constructores para levantar un edificio más en las grandes urbes. Y ésta es precisamente otra razón que ha movido a muchos: el hecho de que con el mismo dinero con el que se puede comprar un terreno de extensión considerable en las afueras, tan sólo se consigue un lote reducido en el área urbana.
De hecho el espacio (la amplitud), el descanso y la privacidad son determinantes que juegan un importante papel a la hora de decidir, al igual que la capacidad que ofrecen las parcelas para tener un negocio alterno, como un restaurante, una pequeña granja o una buena huerta.
La idea suena bastante romántica, y no menos atractiva. Pero como todo, el proyecto de vivir en las afueras también tiene sus inconvenientes.
En primer lugar hay que analizar las distancias, y la inversión de tiempo que esto implica. ¿Cuántos minutos gastará desde su nueva casa hasta su sitio de trabajo? ¿A qué distancia quedan los colegios de sus hijos? ¿Hay transporte adecuado y accesible desde su vivienda campestre hasta la ciudad?
Por otro lado piense en la seguridad. No sólo en la del inmueble --el cual probablemente deberá estar vigilado a todo momento--, sino también la de las vías aledañas, por donde usted seguramente tendrá que desplazarse a diferentes horas del día (y de la noche), y por donde sus hijos desearán salir a caminar en las horas libres, o quizás deban hacerlo obligatoriamente para tomar el bus (si lo hay).
¿Y los servicios públicos? ¿Ya analizó ese punto también? No es para que se desilusione de su proyecto de vivir en el campo o en las zonas aledañas, sino para que no se le quede ningún aspecto sin contemplar.
Ahora bien, usted podrá encontrar diversas opciones para adquirir su casa en las afueras. Puede comprarla ya construida, en un cojunto cerrado y vigilado, con los servicios públicos asegurados...
pero quizás a un precio mayor del que invertiría construyéndola usted mismo, aunque con más garantías. La clave es escoger el plan que mejor se ajuste a sus necesidades.--