Especiales Semana

CUANTO VALEN HOY

2 de agosto de 1982

Se dice comúnmente que el arte colombiano se ha vendido muy bien, que sus artistas son muy cotizados. Esto es en parte cierto, pero hay que descontar el porcentaje de las galerías colombianas (30-40%) y el negocio de las galerias extranjeras. Estas últimas no cobran por porcentaje, sino que compran toda la producción del artista, y mantienen "stocks" en reserva quién sabe por cuantos años. Para esto, Byron López es la versión tropical de este tipo de comercialización. Estar defendido por Aberbach o Marlborough cuesta bastante, pero asegura cierto mercado internacional. En estas lides, el colombiano que más ha salido ganando es Fernando Botero, cuyos cuadros pueden costar más de medio millón de dólares, amparado por la famosa galería newyorquma.
De los artistas nacionales que tienen un mercado internacional (Ej., París Londres N. Y.-Roma-Berlin) casi todos viven en París. Dario Morales, Antonio Barrera, Fernando Botero, Luis Caballero y Saturnino Ramirez gozan del vetusto Saint-Germain des Press y de la representación de galerías tales como las que se nombraron anteriormente, y otras como la alemana Albert Loeb. Los precios de ellos fluctúan. Fernando Botero, el más caro, puede vender un dibujo en carboncillo en US$ 5.000.00, y un óleo o una escultura en US$ 60.000.00. Hay trabajos que exceden esta suma, superando los cinco digitos arriba mencionados. Otro artista que tiene un mediano mercado internacional y está tan cotizado o más que Botero es Negret, quien ha vendido esculturas por más de US$ 30.000.00 De todos modos, sus esculturas pequeñas cuestan US$ 10.000.00. En la jerarquía del dólar sigue Darío Morales, que vende sus óleos a US$ 40.000.00. En otros artistas el espectro del mercado es muchisimo más amplio, pues cultivan diversos géneros "menores" como son la acuarela el grabado, la litografía, el dibujo y él pastel. Por eso Antonio Barrera puede vender pasteles a US$ 1.666.00 y óleos a US$ 8.000.00. La variedad de trabajos de Luis Caballero hace que sus dibujos pequeños --no retratos-- valgan cerca de US$ 800. 00, y sus óleos sobrepasan los US$ 16.000.00. De todas maneras, hay que resaltar que los artistas colombianos que viven en el exterior son más "baratos" fuera que dentro del país. El precio de un Botero asciende en un 15-25% si se compra en Colombia. Esto es debido al manejo del mercado por parte de las gigantescas galerias extranjeras.
En Colombia el mercado es diferente. Los artistas más cotizados en el país tienen poca salida en el exterior. Este es el caso de Obregón, Grau y Villegas. Sus óleos valen más o menos lo mismo, costando cada uno en tamaño natural (90 cm por 50) unos tres millones de pesos. Sus dibujos cuestan el millón, y sus grabados entre 80 y 90 mil. Entre dos "generaciones", se puede colocar a Antonio Roda, quien vende óleos más grandes a 800. 000 pesos, y grabados a 60. Próximos al pabellón de la fama tenemos a Manzur, Carlos Granada, Manuel Hernández, Carlos Rojas, Santiago Cárdenas, Jorge Riveros, quienes venden cosas pequeñas a cien mil pesos, y óleos grandes a un millón. En proceso de ascenso podemos ubicar a Claude Feuillet, Arnulfo Luna, entre 40 y 400 mil pesos. Siguiéndoles los pasos, Domingo Izquierdo, Roberto Angulo, Ever Astudillo, Juan Manuel Lugo, quienes oscilan entre 40 y 250.

CULTURA EMERGENTE
En Colombia, al igual que en muchos otros lugares, se inaugura la década del 80 con el triunfo de las denominadas "clases emergentes", es decir, de aquellas formaciones sociales recientes y heterogéneas, compuestas por personas que medran repentina y exuberantemente gracias a las ganancias obtenidas en actividades no del todo lícitas y quienes adquieren un enorme poder en sus respectios domimos.
...El pago es el único mecanismo de comunicación entre los sectores emergentes y el mundo que les rodea. Se compran objetos, lugares, recuerdos, linajes, vidas, etc. Las manifestaciones otrora exclusivas de la cultura formal, el "arte" en general, se reducen al simple papel de objeto de compraventa, lo mismo que los electrodomésticos, las motocicletas, los autos y toda la representación concreta del poder.
... El mundo autodenominado 'artístico' recibe también el impacto de las clases emergentes. Ellas sostienen hoy en día el mercado de objetos "serios" en Colombia, desde las reproducciones hasta los originales. Si el arte colombiano anda enfermo o ha muerto, se debe en gran parte a la desmesurada negociabilidad de obras con el facilismo inevitable que genera el tener una clientela que sólo entiende su posesión sobre el objeto y nada más. El mensaje del arte se ha tipificado, cada artista se repite hasta la exasperación, para no perder su mercado.
...La cultura emergente impera hoy en Colombia. Su presencia define desde la fluctuación de precios en el mercado hasta los programas oficiales de cultura. No existe y no se piensa siquiera en una educación cultural. Sólo hay oferta abigarrada de cosas y eventos: galerías de arte por hectárea, catorce óperas pésimamente puestas en escena cada año, alud de betamax con películas en ingles para un público que ni siquiera puede deletrear el castellano, programas culturales televisados en los que no se distinguen los animales de la gente, etc. Se considera cultura la producción mediocre de espectáculos su consumo pasa por educación.
Alberto Saldarriaga Tomado de "Arte en Colombia"

La luna de miel entre los escritores y Fidel Castro duró doce años, los doce primeros de la revolución cubana. Pero en 1971, a raíz de la detención y "autocritica" del poeta cubano Heberto Padilla, aquel mundo, hasta entonces monolitico, se dividió en dos como una naranja. De un lado quedaron los que asumieron trente a la evolución del régimen cubano una posición crítica por lo que entendian como aparición de criterios dogmáticos y autoritarios frente a la creación artistica. Del otro lado, los que por encima de todo continuaron mostrando una solidaridad sin fisuras con Fidel Castro. Estrechos amigos entre si, se vieron pronto ubicados en los dos bandos opuestos. Jean-Paul Sartre, Mario Vargas Llosa, Juan Goytisolo, Jorge Semprun, Susan Sontag, Octavio Paz, quedaron entre los herejes. Gabriel Garcia Márquez, Julio Cortázar, Mario Benedetti, entre los fieles.
Desde entonces, esta invisible línea divisoria se establece en congresos y certámenes internacionales. En muchos de ellos, realizados con la inspiración y apoyo de la "Casa de las Américas", los excomulgados rara vez toman asiento. ¿La explicación? Una lista negra, establecida desde hace diez años, en Cuba. SEMANA ha conseguido una copia de la misma (algunos de los que figuran, como Sartre o Pasolini han desaparecido), que se transcribe a continuación.

LA LISTA NEGRA DE LA HABANA
Jean Paul Sartre, Mario Vargas Llosa, Alberto Moravia, Camilo José Cela, Carlos Fuentes, Simone de Beauvoir, Italo Calvino Carlos Barral Fernando Claudin Jacques-Laurent Bost José María Castelet Fernando Senitez Támara Deutscher Marguerite Duras Hans Magnus Enzensberger Ramón Sender Julián Gorkin Giulio Einaudi Joaquin Maurin Roger Dosse Francisco Fernández Santos Jean Michel Fossey Alan Resnais Pier Paolo Pasolini Juan Rulfo Jose Revueltas Germán Arciniegas Arturo Uslar Pietri José Emilio Pacheco Jorge Luis Borges José Angel Valente Nathalie Sarraute Jorge Semprún Jean Shuster Susan Sontag Jesús Silva Herzog Carlos Pellicer Salvador de Madariaga Salvador Elizondo Isabel Fraire Juan Garcia Ponce Vicente Lenero Eduardo Lizalde Octavio Paz Gabriel Zaid Jean Daniel Jean Pierre-Faye Alan Jouffroy André Pieyre de Mandiargues José Agustin Goytisolo Juan Goytisolo Fernando Arrabal Luis Goytisolo Rodolfo Hinoztrosa Angel González Adriano González León André Gortz Mervin Jones Plinio Mendoza Lucio Magri Monti Johnstone Juan Marsé K. S. Karol René Dumont Alberto Baeza Flores Dionys Mascolo Joyce Mansour Monique Lange Maurice Nadeau Carlos Monsivais Istvan Meszaris Ray Miliban Marco Antonio Montes de Oca Daci Maraini Michel Leiris Jean Pronteau Paul Rebeyrolles Rossana Rossanda Vicente Rojo Claude Roy Lorenzo Tornabuoni José Miguel Ullan Jose Alvaro Gastón Garcia Cantú José Luis Cuevas Ramón Xirau Jaune Miratvilles Victor Alba (Pedro Pages) Felipe Cossio del Pomar Luis Alberto Sánchez Emir Rodriguez Monegal Manuel Puig Anne Philipe Eugene Ionesco Helene Parmelin Wilfredo Sraschi Heinrich Boll Marcel Niedregang Seymour Menton J. M. Cohen