DE CARNAVAL

Fue un encuentro fugaz. Quizás el único que tuvieron a lo largo de dos semanas. Pero fue intenso. Candidatas y pueblo se juntaron para vivir la fiesta más espectacular de los últimos años en Cartagena. Palenqueros con el torso desnudo que no pararon de bailar al ritmo de papayeras, son y maracas, le dieron vida a un reinado que se enclaustró en los salones de los centros de convenciones de La Heroica. Esa tarde de jueves, con un sol rojizo que destellaba en el mar cartagenero, las 23 candidatas vivieron en carne propia lo que significan para los cartageneros las fiestas de noviembre. Ellas también se contagiaron y no pararon de bailar. De lanzar besos imaginarios, de regalar souvenirs. De dejar su huella, aunque fuera por unos minutos, en la imaginación de esos hombres y mujeres, lustrabotas y vendedores de pescado, inmersos en comparsas multicolores. Esta fiesta comenzó muy temprano y sólo se apagó cuatro días después cuando se conoció el nombre de la nueva Señorita Colombia. Ese primer encuentro entre reinas y pueblo fue un amor a primera vista que alcanzará para alimentar la imaginación hasta cuando el próximo año de nuevo las carrozas engalanadas de reinas recorran las calles del Corralito de Piedra.