Especiales Semana

DECORACION

25 de septiembre de 1989

CUESTION DE IMAGEN
A sí como la decoración debe encargarse en muchas ocasiones de reflejar la forma de vida de una persona, a veces su responsabilidad llega al punto de tener que identificarse de una manera profunda con un producto o un servicio, para transmitir a través de colores, diseños y espacios una imagen que promueva las ventas o el interés del público hacia ellos.

Debido a la creciente importancia que han ido, adquiriendo las ferias y exposiciones de toda suerte de artículos, muchas veces con el propósito de cautivar el mercado externo, la decoración de stands, pabellones y salones para desfiles, entre otros, se ha convertido en una actividad muy apreciada en los últimos años, de cuya efectividad puede depender incluso un jugoso negocio de exportación.

"Ante todo, asegura Carlos Alberto Torres, jefe del departamento de ferias de Empresas Righetti, se debe tener en cuenta la identidad publicitaria que se le ha dado al producto, para explotar al máximo los elementos de recordación y lograr que la feria constituya un punto importante de la campaña.
Este hecho ofrece la opción de jugar con el color específico del producto en toda su magnitud, al igual que con los logotipos y eslóganes del producto y de la empresa, para darle un carácter propio al stand".

Por tratarse de un evento en el cual participan y compiten muchos productos en un mismo espacio o recinto, la decoración debe procurar que el stand, y en definitiva el producto que se exhibe, adquiera un relieve especial y en lo posible se destaque entre el conjunto.

En este punto hay que explotar al máximo la creatividad del decorador, y se debe jugar con elementos como el fondo, las paredes, el techo, la iluminación, las texturas y la ubicación del producto. Estos elementos deben formar parte de un todo en el cual hasta el último rincón tiene una importancia definitiva. Existe en ciertas personas la tendencia a mostrar todos los aspectos y ventajas imaginables del producto, y a veces se peca por exageración. Todo tiene su medida justa. Un stand en el que se ha recargado la información, por lo general es menos llamativo que aquel en el cual, mediante un juego de luces y plataformas rotativas, el producto se convierte en una tentación para que el visitante se acerque al stand y pida toda suerte de datos.

Por eso la idea de partida es saber lo que realmente se quiere proyectar. En muchos eventos, por la carga de información escrita que se ofrece, lo más adecuado es simplemente, lograr que el visitante se acerque al stand y tenga un contacto más personalizado con las promotoras. Si se trata de una maquinaria novedosa, a veces basta con poner el equipo a trabajar, y él se encarga solo de cautivar a su público. En otros casos, cuando se trata de productos aparentemente comunes, pero con ciertas ventajas, un montaje fotográfico bien iluminado o una cartelera artística pueden ser la solución.

"La idea, confirma Carlos Alberto Torres, es destacar las bondades del producto o servicio con el minimo de elementos. Esto no prohibe que se aprovechen al máximo los espacios: de hecho, cuando se trata de stands reducidos, hay que sacarle jugo incluso a las paredes y al techo, los cuales pueden servir como multiplicadores del espacio, utilizando, por ejemplo, plataformas o repisas que se adhieren fácilmente".

De cualquier forma, bien sea que se contrate una empresa especializada en este tipo de montajes, o que el propio expositor se lance a la construcción y decoración del stand, hay cierta información que se debe tener en cuenta antes de iniciar las acciones, para no ver frustrados luego los sueños de lucirse. En primer lugar hay que conocer muy bien los reglamentos que rigen la feria. Igualmente, hay que estudiar y programar con exactitud los tiempos de montaje y desmonte del stand. Se deben verificar, también, los horarios para entrada de muestras y se deben conocer los formularios para este tránsito. De la misma manera, se deben solicitar a tiempo los servicios de luz, agua y teléfono, según las necesidades. Finalmente, hay que verificar una y otra vez las áreas de montaje y su altura.

Si se trabaja con anticipación, se define claramente el propósito y se tienen en cuenta todas las normas, lo más posible es que la feria se convierta en un promotor como ninguno para un determinado producto. No obstante, no hay que olvidar que un poco de ayuda de los expertos nunca sobra.