Especiales Semana

DESDE AFUERA

Aunque la prensa gringa ha comenzado a endurecerse con Andrés Pastrana, el primer año no <BR>le fue mal al Presidente.

23 de agosto de 1999

Un día despues de que Andrés Pastrana tomó posesión de su cargo, The Washington Post
publicó un artículo de 364 palabras en la página 18 de la sección A que decía:"Andrés Pastrana, de 44 años,
tomó hoy posesión como presidente de Colombia para heredar una nación dividida por una guerra de
paramilitares y guerrilleros, sitiada por problemas económicos y que lucha por superar su imagen de paria
debido a la violencia, los altos niveles de corrupción y un vasto tráfico de drogas".La nota podría fecharse
hoy y no habría ninguna diferencia. El país descrito por el artículo es el mismo o tal vez peor. A pesar de
esto, los medios de comunicación de Estados Unidos han sido condescendientes con Pastrana. Sus
análisis y reportajes desde Colombia o en las páginas editoriales se han dedicado a ahondar en las
dimensiones de la crisis, pero al Presidente parecen haberle dado un generoso compás de espera.SEMANA
analizó las publicaciones relacionadas con el Presidente en el diario The Washington Post, uno de los
periódicos que, junto con The Miami Herald, sigue más de cerca la situación colombiana. La tendencia del
influyente periódico de Washington puede servir como termómetro de la actitud de la prensa gringa hacia
Pastrana.Desde el 8 de agosto del año pasado hasta el 18 de julio de este año, el Post ha publicado 54
artículos que mencionan al Presidente. Ataques de guerrilleros y paramilitares, los secuestros masivos del
avión de Avianca y de los feligreses de Cali, avances del narcotráfico, escándalos de militares involucrados
con los paras, y noticias de aumento del respaldo norteamericano al país. Como artículos puntuales el
periódico destacó la visita a la guerrilla del presidente de la Bolsa de Nueva York Richard Grasso y del
congresista demócrata William Delahunt. Dos artículos están dedicados a la visita de Pastrana a Washington
en octubre. En el segundo semestre de 1998 sólo se publicó un editorial sobre Pastrana, que es favorable. Un
solo artículo podría catalogarse de negativo. Fue publicado el 6 de julio y firmado por Karen de Young y en el
mismo se analiza el deterioro de las promesas incumplidas del Presidente.La relación inicial del periódico
con Pastrana parecía contagiada por el ambiente de optimismo de la Casa Blanca. En noviembre de
1998 publicó un editorial que pedía al gobierno de Estados Unidos paciencia con la compleja situación
colombiana en medio de su afán por resolver con fórmulas simplistas el problema de las drogas. El editorial
era el epílogo de la exitosa visita de Pastrana a Washington y durante la cual la prensa hizo eco de
expresiones utilizadas por Clinton como el nacimiento de "una nueva era" en las relaciones de ambos
países.El influyente periódico de Washington transcribió gran parte de una conferencia de prensa que dio
Clinton sobre el tema de Colombia en compañía de Pastrana, un tratamiento que no se le ha dado en la
prensa norteamericana a ningún presidente colombiano en los últimos 20 años."El presidente Pastrana tiene
la voluntad, el coraje y el apoyo de su pueblo para construir la paz", dijo entonces Clinton. En una reunión
con la junta editorial del periódico, Pastrana disipó los temores de los editores al asegurar que el despeje de
la zona de San Vicente delCaguán era "un calculado gesto de buena voluntad" que sólo demoraría 90 días.
Pero en los últimos seis meses la situación colombiana se complicó. Los periodistas extranjeros, como
la gente común en Colombia, se preguntaban dónde estaban los gestos de paz de la guerrilla. En una
conferencia en Miami, Víctor G. Ricardo, respondió a periodistas de la ciudad con el guión que todo el país
conoce: el aporte de la guerrilla a la paz es que aceptó sentarse a la mesa de conversaciones y está de
acuerdo con una agenda. Y de nuevo el eslogan: "Hemos hecho más en un año de lo que se ha hecho en
40".Pero la retórica del gobierno parece gastarse periodísticamente. El pasado 6 de julio The Washington Post
abrió con la crónica más dañina hasta ahora para la imagen del Presidente.La nota decía: "Bogota. Andrés
Pastrana se convirtió en presidente de Colombia el año pasado en medio de grandes esperanzas aquí y en
Washington de que podría poner fin a años de violencia, narcotráfico y déficit gubernamental. Pero bajo
cualquier medida, la cosas sólo han empeorado". El artículo era un inventario justo de lo que vive hoy el país
y de la confusión de las conversaciones de paz. Pero sobre todo era un reflejo de la metamorfosis que ha
sufrido el Presidente en menos de un año en la prensa norteamericana: de la esperanza al caos.Lo que le
espera a Pastrana en la prensa estadounidense no es muy halagador. Los editoriales de los principales
diarios del país, que hasta ahora habían pedido a su gobierno apoyo, paciencia y comprensión, van a
empezar a pedir cuentas al Presidente colombiano, pero sobre todo a insistir con la pregunta de qué tienen
las Farc para ofrecer.Andrés Oppenheimer, periodista de The Miami Herald, tiene una doble calificación sobre
el primer año de Pastrana.En entrevista con SEMANA, dijo: "A Pastrana hay que darle 10 puntos por haber
hecho lo imposible por llevar a las Farc a la mesa de negociaciones y buscar una salida pacífica a la guerra
civil colombiana, y un cero por no reaccionar más rápidamente cuando era obvio que no había voluntad política
del otro lado".Oppenheimer, sin embargo, considera que el veredicto definitivo se podrá saber a fin de año: "Si
Pastrana vuelve a postergar la fecha límite de la zona de despeje sin obtener un avance claro en las
negociaciones de paz, muchos colombianos y observadores extranjeros van a llegar a la conclusión de que
la guerrilla le ganó la partida. Creo que en ese momento se verá si Pastrana pasará a la historia como una gran
patriota o un ingenuo".