Especiales Semana

DIA DEL PADRE

11 de julio de 1988

PADRES QUE SON MADRES
A unque no sea el caso más común, hay padres que son madres a la vez. No "madres" en el sentido de "buenas papas", como se pretende entender hoy en día, sino madres con todas las de la ley... con "m" de mamá.

No es lo más comun, claro, porque lo que abunda son las madres que son "padres" a la vez. Pero de cualquier forma, y aunque sea una especie poco conocida, de estos ejemplares hay muchos que aún se dan mañas para sobrevivir.

La razón de su existencia: las mismas de siempre. Viudos, separados, abandonados y de pronto hasta un padre soltero al que no quisieron reconocerle el crío.
No obstante, quedan eliminados en el acto aquellos que carecen de consorte, pero viven en la casa materna. En estos casos no se hablaría de padres-madres, sino de abuelas encartadas.
Porque, entre paréntesis, bueno es ver a los nietos de vez en cuando, pero no al desayuno, al almuerzo y a la comida, con todo y la obligación de cucharearles.

De manera que los padres-madres auténticos son otros. Su aspecto es bonachón. Son madrugadores. Tienden al desorden. Tienen las manos ajadas. Siempre están pagando una enciclopedia o alguna coleccion de libros a plazos. Son amantes de la pizza, los perros calientes y las hamburguesas.
Por lo general no usan corbata, y si la usan no la aguantan demasiado tiempo en su sitio. Por naturaleza, o a fuerza de intentarlo, se van convirtiendo en buenos dibujantes, duchos en ortografía y expertos en ciencias sociales.
Siempre están al día en el lanzamiento de cuentos infantiles. Son socios de la videoteca más cercana. El mayor porcentaje de su presupuesto para mercado se va en helados, gálletas y golosinas. No aceptan una junta de negocios después de las cinco de la tarde. Con dificultad asisten a una convención fuera de la ciudad donde residen. Tienen crédito en las lavanderías y los almacenes de ropa infantil. Son el blanco de las miradas en el colegio de sus hijos. Se saben de memoria las peliculas clasificación "A". Son clientes fijos de las papas precocidas, las hamburguesas listas para asar, las bases para preparar salsas, las sopas de paquete y los fríjoles enlatados.

Pero, realmente, no es una especie muy conocida. Alguien decía que las películas con éxito debían reflejar un problema que fuera común a cientos de miles de personas. Sin embargo después de ver filmes en los que el tema son los padres que son madres a la vez, y que en ocasiones barren en taquillas, los defensores de la tesis anterior se comen sus palabras, porque con seguridad no pueden decir que es un problema de miles de personas. LO que, ocurre diran otros, es que los temas que resultan demasiado curiosos para el publico también tienen exito.

Y la verdad, el tema es conmovedor. De repente aparece el galán de cine, muy de mañana peleando con el tiempo para alcanzar a cumplir con todos los deberes de padre y madre, como bañar a sus hijos, prepararles y darles el desayuno, asesorar su vestida, llevarlos al paradero, y además llegar a tiempo a su trabajo. Es el prototipo de un hombre que es muy buscado por las mujeres. Claro que, en la mayoría de los casos ellas lo prefieren con esas caracteristicas bonachonas, pero sin tantos hijos. Aunque al final, muchas veces aparece la mujer compasiva que acepta en segundo matrimonio a ese hombre ejemplar, y además por supuesto, acepta el papel de madre de sus hijos ya existentes.

De cualquier manera los psicólogos aseguran que se trata de personas "muy buenas", que con el tiempo superan el desespero de las primeras faenas, cuando están solos, para pasar a una bondad casi sin limites que los convierte en inmensos amigos de sus hijos. No es el ideal, por supuesto, pero la vida tiene sus jugadas, y a veces hay que enfrentarse a hechos como este, sin que se trate exactamente de un rol cinematográfico.

Las que si terminan fascinadas con la historia son las feministas. A ellas no les parece tan conmovedor el cuadro, sino que, por el contrario, se apresuran a pensar que ojalá algún día se llegue a ese estado, de manera generalizada. "Así queríamos verlos": sonrien algunas, mientras comprueban que el hombre moderno se ha vuelto muy "fresco". "Si se lo proponen, son capaces de untarse las manos preparando un huevo, de levantarse más temprano para bañar a los hijos, e incluso de aguantarse los malos olores, cuando se trata de cambiarle el panal a los menores". --