Especiales Semana

DULCE SUEñO

La hipnosis, para algunos una práctica satánica, es ahora un útil instrumento para la medicina

24 de noviembre de 1986

Robert Johnson, un ejecutivo norteamericano de 38 años recién ascendido a la vicepresidencia de una compañía de seguros tuvo que dictar una conferencia a los miembros de la empresa. De repente todo pareció derrumbarse. La charla fue un caos, se le olvidó lo que tenía que decir y se sentía molesto por la hostilidad de los colegas que aspiraban a su cargo. En fin, el fracaso del día fue total.
Ante esa situación, el jefe ejecutivo -que lo había seleccionado con gran cuidado- se sorprendió tanto que decidió contratar a la firma Language and Cogniture Development de Boston para que investigara lo sucedido.
Después de varios estudios se descubrió que lo que más había incidido para que el joven llegara a ese estado de inestabilidad y angustia era que lamentaba profundamente que su padre -quien había muerto hacía tres meses- no estuviera vivo para verlo triunfar.
La solución -según reciente documento de la Sociedad Americana de Hipnología- la encontraron precisamente en la hipnoterapia reconstructiva o rewriting. Se logró que Johnson entrara en "trance hipnótico" y que viera a su padre el día de la malograda conferencia.
MAS Y MAS HALLAZGOS
La hipnoterapia ha resultado ser de inmensa ayuda en el control del dolor por heridas y quemaduras. Se está aplicando también en casos de pacientes con cáncer: "La misma técnica está ayudando a aliviar los síntomas de insomnio, anorexia y náuseas, entre otras cosas, que se derivan del tratamiento con quimioterapia que deben soportar los niños con cáncer", asegura la investigadora de Carrier Foundation, de Nueva Jersey, Helen Pettinati. Y de acuerdo con estudios de la Universidad de California se ha comprobado que la hipnoterapia es eficaz para controlar el comienzo o disminuir la severidad de enfermedades como la artritis, la colitis con ulceraciones y las arritmias en situaciones de estrés. Así mismo, ha puesto un gran granito de arena en el tratamiento de problemas de la piel como la dermatitis, desórdenes endocrinos y otras clases de alteraciones como las alergias y ciertos tipos de asma.
La hipnosis también es hoy empleada para tratar conductas adictivas como el alcoholismo y la afición al cigarrillo. En Colombia, el especialista Camilo Uribe Cuéllar -presidente de la Sociedad Colombiana de Toxicología- está tratando a fumadores que desean renunciar al vicio con una terapia combinada que incluye sicoterapia, hipnosis, chicles de nicotina y terapia respiratoria. "Existen pacientes de 50 años que estaban fumando desde los 15 y hasta el momento hemos logrado que las 40 personas que reciben hipnoterapia no reincidan", dijo a SEMANA Uribe Cuéllar.
También -aseguró el catedrático de la Universidad Javeriana- se están alcanzando buenos niveles de recuperación en drogadictos, con excepción de los que consumen basuco, ya que este genera una adicción más compleja y peligrosa que las demás. Para los glotones, la hipnosis también tiene buenas noticias: mediante esta técnica, un creciente número de norteamericanos y europeos están controlando el apetito compulsivo y los diabéticos están logrando ser más constantes en el cumplimiento de su régimen alimenticio.
El odontólogo de la Universidad Nacional y sicólogo de la Universidad Central de España, Gilberto Triana, aseguró, por su parte, que cada vez es mayor el número de profesionales que están recurriendo a los beneficios de la hipnosis y señaló que en el caso de la odontología es una gran aliada porque se logra que los pacientes pierdan temor a los tratamientos.
Para otros especialistas, la hipnosis es ideal como anestesia en casos de cirugías para aquellas personas que no soportan la anestesia tradicional. La anestesia hipnótica se está aplicando en importantes centros hospitalarios de todo el mundo, y a nivel nacional ha tenido éxito en clínicas como la del Country, en Bogotá.
Parecen ser inagotables las aplicaciones de la hipnosis en la salud y para destacar sólo una más, cabe mencionar su efectividad en la terapia sexual. El directivo de la Sociedad Colombiana de Sicología, Alberto Pardo Suárez, elaboró un estudio en que analizó la incidencia de la hipnosis sobre las respuestas de ansiedad en las disfunciones sexuales, entre otros tópicos. La investigación se realizó entre 18 pacientes de edades entre los 25 y los 35 años y de clase media. Según el profesor Pardo Suárez, los resultados fueron muy positivos y aún falta mucho por investigar en este y otros campos.
DE DONDE VIENE LA HIPNOSIS
Hay que partir de que no es -como muchos piensan- algo sobrenatural, pero tampoco es un fenómeno muy sencillo que digamos. Todo lo contrario.
El misterio y el recelo que despiertan estas prácticas -que algunos aún consideran satánicas- viene de muy atrás. Nada menos que 5 milenios llevan a cuestas los primeros escritos sobre el tema, compilados en el libro Nei Ching y después en el "Papiro" de Ebers.
De acuerdo con el siquista francés Paul Jagot, "el magnetismo, sugestión o hipnotismo constituía la parte experimental de la ciencia secreta -reservada a una casta privilegiada en la India, Caldea y Egipto- que asumía también las funciones sacerdotales, magistrales y médicas".
Mientras para unas civilizaciones el fenómeno estaba asociado a los hijos predilectos de los dioses, para otros, la relación era con las fuerzas del mal. Prácticamente en todas las regiones, desde tiempos inmemoriales y a través de la historia se encuentran documentos, pinturas, esculturas y bajo relieves que atestiguan la universalidad de la "fuerza" de la hipnosis.
Incluso Herodoto -el padre de la historia- cita en sus escritos a los santuarios donde afluían los peregrinos en procura de remedios "mágicos", conocidos hoy como sueño hipnótico.
Después, el escepticismo de algunos hizo que el misterio entrara a una etapa de letargo -salvo para los siempre activos adoradores del demonio y unos cuantos herejes. En eso quedó la etapa mágica de la hipnosis para trasladarse a la precientífica, comenzando con el padre Gasnner (1770) que combinó la religión con la sugestión.
En el ocaso del siglo XVIII, ya la medicina había logrado significativos adelantos, pero la avalancha de nuevas enfermedades logró que muchos de los científicos trataran de encontrar nuevamente la panacea de la salud por los linderos de la superstición... Y por ese entonces un veneciano llamado Franz Anton Mesmer queda maravillado con los poderes curativos del padre Gasnner y decide formular la "Teoría del magnetismo animal invisible", para explicar lo entonces inexplicable. Un punto a su favor fue que separó la teoría de la susestión de la conexión religiosa.
La historia le debe a James Braid (1796-1860) el nombre de hipnosis. Fue él quien demostró que la fatiga por la fijación de la mirada llevaba a un estado especial de somnolencia; realizó el primer estudio catalogado como científico del mesmerismo y después decidió cambiarle de nombre a lo que hasta entonces se llamaba mesmerismo.
Esta palabra es de origen griego: Hypnos es un muchacho en la antigua mitología que representaba al sueño -siendo hijo de Nyx (la noche) y hermano gemelo de Thanatos (la muerte). La segunda parte, el Osis- significa deformado. En conjunto: el sueño deformado.

Braid tuvo éxito en el tratamiento de casos de parálisis y epilepsias y fue el primero en vincular la hipnosis con el sistema nervioso. Entre otros, le siguió Charcot, quien sostenía que la hipnosis sólo funcionaba en las personas histéricas, teoría contradicha por otra corriente de estudio: la escuela de Nancy.
El célebre Sigmund Freud también se dejó seducir por la hipnosis. Se interesó mucho en ella, pero encontró dificultades personales en aplicarla y, entre otras cosas, después se dedicó a estructurar la teoría del sicoanálisis.
No están de acuerdo los autores ni en el número de fases de la hipnosis, ni en su orden cronológico. Algunas de las clasificaciones célebres son las de Gurney (que admite sólo dos: una activa y una inerte) -pero generalmente se admiten tres- como la polémica clasificación de Charcot.
En esta última, la primera fase es el estado cataléptico (en la que el sujeto se encuentra inmóvil e impasible, los ojos abiertos, fijos y hasta se puede mantener el equilibrio estando de pie). El segundo estado de la hipnosis es el letárgico (apariencia de sueño profundo -abolición de actividad intelectiva-) y el último es el sonambúlico (analgesia habitual, con sobreexcitación sensorial. Se agudizan los sentidos y pueden llegar a un grado incomprensible; ven objetos a distancias imposibles de vislumbrar por un sujeto que no se halle en estado hipnótico; perciben olores tenues y su oído parece un micrófono ultrasensible. Además, dicen los teóricos, la imaginación se puede exaltar y se da al lenguaje un brillo notable).
El colombiano Gilberto Triana, quien realizó un curso sobre ciencias ocultas e hipnotismo en la India, asegura que su maestro el "Wawegath Githa" estuvo 6 días enterrado en estado hipnótico y después de ese período volvió a la vida... (un poco más flaco, eso sí).
EN SERIO Y EN BROMA
De otro lado, es necesario mencionar que pueden existir sugestiones retroactivas (hacen creer que algo específico sucedió sin ser cierto) o poshipnóticas, que son algo así como una orden a cumplir tan pronto termine la "sesión" .
Estas han generado una gran controversia de si un hipnotizado puede ser inducido a cometer un crimen. Hilgard asegura que no, "al menos que se sea ya un criminal en potencia". "Una persona no hace nada que esté en contra de su escala de valores. Si le ordenan hacer algo que usted considera absurdo, usted simplemente despierta".
El de la manipulación de la hipnosis es, pues, otra de las múltiples caras que tiene este fenómeno indefinido aún, a pesar de su antiguedad y de las diversas formas en que se emplea en la vida de hoy.