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El año del duelo

Juan Pablo Montoya inicia su segunda temporada en la Fórmula 1 como uno de los protagonistas del campeonato y el piloto señalado para derrotar al campeón Michael Schumacher.

26 de febrero de 2002

Cuando el semáforo verde de Melbourne anuncie el inicio de la temporada 2002 de la Fórmula 1 marcará también los cimientos de un duelo deportivo que va camino de convertirse en una leyenda: Ferrari contra Williams, Schumacher contra Montoya.

Ferrari, el envalentonado campeón de los últimos dos años, vuelve a las pistas con la seguridad que dan los laureles. Batió sin piedad cualquier oposición durante la temporada pasada y en Italia aún cantan sus proezas. Su piloto, Michael Schumacher, pasea por los boxes con la mirada del que está seguro de no ver rivales de su talla con los cuales pelear. Comienza 2002 crecido. El año pasado no dejó que nadie le robara protagonismo y siempre hubo un Ferrari en el podio. Amo y señor en la escudería dominante, Schumacher aspira a seguir batiendo récords, incluso el de los cinco títulos del argentino Juan Manuel Fangio. Ahora los bólidos rojos quieren seguir por el mismo camino, pero esta vez no será tan fácil como en las dos temporadas pasadas.

Ferrari empezó 2002 con un duro revés al tener que aceptar que no podrá comenzar la temporada con el promocionado monoplaza F-2002 porque no resultó para nada confiable. Los rojos se vieron obligados a desempolvar el auto del año pasado para poder arrancar el campeonato. En contraste, Williams tiene las armas para la batalla principal de la guerra que se librará entre los bólidos rojos y los albiazules. La escudería inglesa está dispuesta a recuperar sus laureles y apagar de una vez por todas la hoguera de vanidad en que vive Ferrari.

El año pasado el motor BMW de la Williams dejó ver destellos de su poder y a pesar de no ser totalmente confiable logró hacer brillar al equipo. Para 2002 el motor ha sido perfeccionado y muchos de sus defectos parece que han quedado en el pasado. Con muchos de los inconvenientes técnicos solucionados y con un auto capaz de responder a sus exigencias el panorama es bastante alentador para Juan Pablo Montoya. Tal vez no gane el título este año, pero de lo que no hay duda es de que será el hombre llamado a amenazar la hegemonía de Michael Schumacher. El alemán, indudablemente talentoso, prolijo y perfeccionista, no tuvo en los últimos tres años un rival que le hiciera sombra. Hasta la llegada de Montoya. Algo que el colombiano empezó a demostrar en 2001.

El año pasado Montoya fue más allá de los pronósticos y contribuyó para que Williams opacara a McLaren en su papel de contrincante directo de Ferrari. Montoya, triunfador en Monza, la casa de Ferrari, se convirtió en el primer hispanoamericano en ganar una carrera tras 20 años. Por primera vez un suramericano, que no es argentino ni brasileño, venció en la Fórmula 1. El ex campeón de Cart y ganador de las 500 millas de Indianápolis terminó el año con dos premios extra: los lectores de la prestigiosa revista F1 Racing lo eligieron como ‘Personalidad del año’ y el sobrepaso a ‘Schumi’ en Brasil, en plena S de Senna, fue calificado como la ‘Maniobra del año’.

El pilotaje imaginativo y valiente del colombiano sobresale con facilidad en el Gran Circo. Sus tácticas, mezcla de talento e imaginación, superaron claramente las de muchos de sus contrincantes y de su compañero de equipo, Ralf, quien ve en el corredor bogotano a un importante rival, lo que implica una batalla aparte. Montoya está en la pista. El duelo está planteado.