Especiales Semana

EL CANDIDATO DE LA CLASE DIRIGENTE

9 de marzo de 1998

En esta campaña en la cual nadie se puede poner de acuerdo en nada, hay un solo consenso: Juan Camilo Restrepo sería, quizás, el mejor Presidente de la República. Sin embargo, a juzgar por las encuestas, la posibilidad de que en esta oportunidad llegue al más alto cargo de la Nación, es nula. Pero es seguro que queda en primera línea de la fila india del Partido Conservador para la elección del 2002. De la mano del mayor cacique electoral conservador, Fabio Valencia Cossio, llegó al Congreso en donde, aún antes del proceso 8.000, se consolidó como el mayor y más serio miembro de la oposición. A pesar de su escasa trayectoria política y de su poco reconocimiento entre las masas, Juan Camilo Restrepo ha logrado ganarse un nicho de opinión muy sólido no sólo dentro de su propio partido, sino a nivel de la clase dirigente colombiana. Es percibido como un hombre serio y preparado que ha enriquecido el debate electoral.
Sin renegar de su origen conservador, Restrepo se ha perfilado como un hombre de partido que aspira a recuperar para el conservatismo la vocación de poder que ha perdido y que despilfarró en el gobierno de Ernesto Samper. Aunque ya muchos lo descartan en esta elección, su papel en la Convención del 20 de febrero será determinante. Juan Camilo tiene el apoyo de Valencia Cossio, el mayor elector azul, con capacidad suficiente de lograr para Restrepo un apoyo sustancial en la convención, lo que dejaría a Andrés Pastrana en la obligación de negociar con Valencia y con Restrepo. Si estos resultan buenos negociadores, ganarán una posición clave dentro de la campaña de Pastrana, y Restrepo tendrá asegurada la condición de ministeriable triple A en cualquier gobierno y la eventual jefatura del partido. Por ahora, lo único que se sabe es que no está interesado en la vicepresidencia.