Especiales Semana

El cine de la comunidad

Un hombre logró que muchos jóvenes del distrito de Aguablanca dejaran las armas y se dedicaran a hacer cine y video.

18 de junio de 2011

Víctor Palacios es caleño y estudiante de Comunicación Social. En 1999 hacía parte del primer proceso de laboratorios de paz con el ELN, pero este falló. Aun así, sintió la necesidad de hacer algo que le sirviera a la comunidad. Y decidió que lo audiovisual sería un buen camino.

A finales de 2005 conformó, junto con varios compañeros de diversas disciplinas, el colectivo Mejoda (Medios Alternativos de Jóvenes del Distrito de Aguablanca), una asociación que impulsa las producciones audiovisuales con estéticas y narrativas propias de la comunidad.

Dos años después nació el Festival Nacional de Cine y Video Comunitario, un espacio de exhibición, formación y generación colectiva de conocimiento que busca dar incentivos y consolidar redes a nivel nacional. La respuesta fue sorprendente.

Hoy, el proyecto ha logrado vincular a una gran variedad de jóvenes. Con el colectivo trabajan afros, indígenas y mestizos. Algunos van a la universidad y otros han decidido dejar las armas para dedicarse a la producción audiovisual. Mejoda, en ciertos casos, ha tenido que ayudarlos a salir de sus barrios para evitar que los ataquen las bandas a las que pertenecían.

Ahora los fundadores están interesados en que haya una nueva generación que empiece a liderar el colectivo para que su impacto vaya más allá. Víctor, por su parte, sigue soñando con cultivar las producciones comunitarias, pero ahora desde otros formatos, como el documental.