Especiales Semana

EL EFECTO CUMBIA

El mercado accionario pasó de ser el favorito de los inversionistas a convertirse en la cenicienta de la economía.

22 de enero de 1996

El año que termina se volvió famoso por los sacudones a que fueron sometidos los mercados bursátiles latinoamericanos. El 'efecto tequila' en México, el 'efecto tango' en Argentina y el 'efecto Bolívar' en Venezuela sembraron preocupación y desconcierto entre los inversionistas extranjeros que habían visto en esos mercados las vedettes de los últimos tiempos.
Colombia tampoco estuvo muy lejos, guardadas proporciones, de tener su 'efecto cumbia'. El mercado creció a su peor nivel de los últimos cuatro años y las transacciones con acciones se redujeron a la mitad. Un estudio de la Bolsa de Bogotá reconoció que el desempeño de las bolsas está regido por tres circunstancias: "La dinámica de las colocaciones del sector financiero y sus períodos de iliquidez, la política monetaria del Banco de la República y las continuas modificaciones del Presupuesto Nacional", dice el documento.
Con tan poco nivel de emoción los negocios se centraron en el corto plazo, en detrimento del largo plazo. Claro está, una situación muy explicada por la incertidumbre que vivió la economía, especialmente en el campo monetario. A eso hubo que sumar las altas tasas de interés y la apatía de los fondos de inversión extranjeros para aumentar su portafolio.
Estuvo tan apático el mercado bursátil nacional que apenas a dos semanas de acabarse el año vinieron las emociones. La puja por el paquete mayoritario de propiedad de Cementos Paz del Río entre Cemex y el Sindicato Antioqueño salvó el período. Y no faltaron tampoco los colapsos de comisionistas (Quantum y Eurovalores) que, cegados por el boom de operaciones carrusel que se desató desde 1994, fueron intervenidos y liquidados a mediados del 95.