Especiales Semana

EL ELEGIDO

Frío como un témpano y bastante de derecha es el candidato oficial del liberalismo a la Presidencia.

9 de abril de 1990

No son pocas las ocasiones en la historia de Colombia en que un viejo ex mandatario ha señalado al candidato presidencial de su partido.Pero es la primera vez que un muchacho de escasos 17 años cumple esa tarea. Ante la tumba de su padre asesinado 36 horas antes, Juan Manuel Galán sorprendió a millones de colombianos que escuchaban la radio ese domingo 20 de agosto diciendo: "Quiero pedirle al doctor César Gaviria, en nombre del pueblo y en nombre de mi familia, que en sus manos encomendamos las banderas de mi padre y que cuente con nuestro respaldo para que sea usted el presidente que Colombia quería y necesitaba. ¡Salve usted a Colombia!".
En medio del dramatismo del momento quedó flotando en el ambiente la idea de que a César Gaviria se le había aparecido la Virgen. Hasta entonces este pereirano de 42 años, no era más que un ex ministro con prestigio. Y eso en Colombia electoralmente significa poco, pues la Presidencia de la República está reservada tradicionalmente para los jefes nacionales. No para los buenos ministros. Además, Gaviria se enfrentaba a dos personas que le llevaban mucha ventaja: Hernando Durán Dussán, uno de los más veteranos gallos de pelea de la clase política tradicional, que veía en él una carta ganadora; y Ernesto Samper, el gran fenómeno político de la década de los 80, quien a pesar de su juventud se había constituido en la que en Colombia se denomina un jefe natural con puesto fijo en la fila india.
Los pronósticos iniciales indicaban que entre estos dos hombres, el uno representando la experiencia y el otro la renovación, se repartirían los millones de seguidores de Luis Carlos Galán que habían quedado huérfanos el 18 de agosto de 1989. El papel de Gaviria no era tanto el de llegar a la Presidencia como el de sostener las banderas de Galán y evitar la desintegración de un movimiento caudillista que al quedar acéfalo tenía los días contados.
Cuando las primeras encuestas que aparecieron le dieron a Gaviria índices de popularidad comparables y hasta mayores a los que tenía Galán antes del asesinato, muchos creyeron que era el resultado de un factor emocional, necesariamente transitorio, producido por el magnicidio. Los resultados del domingo pasado demostraron que en los siete meses transcurridos desde ese momento, esa tendencia se mantuvo hasta colocar a César Gaviria en la antesala de la Casa de Nariño. La gran pregunta que se hace todo el mundo hoy es: ¿cómo lo hizo?
La primera explicación podría ser que, efectivamente, a Gaviria se le apareció la Virgen. No sólo por haber quedado de heredero del galanismo sino por haber sido el protegido de un Presidente que antes de los 40 años lo habia nombrado en dos de los cargos más importantes del pais: el Ministério de Hacienda y el de Gobierno.
Esto le permitió siete palomas presidenciales durante las cuales tuvieron lugar tres coyunturas de crisis en la que fácilmente brilló con luz propia en un país acostumbrado a la opacidad de su Presidente. La enfermedad de Barco en Corea, el secuestro de Alvaro Gómez Hurtado y el paro cívico nacional probablemente hubieran sido manejados de igual forma por cualquier ministro delegatario, pero el hecho es que le tocaron a Gaviria el pantallazo que le brindaron fue su trampolín de lanzamiento.

GAVIRIA,EL AUDAZ
Pero, si el despegue de la precandidatura puede ser atribuido a la Virgen, el triunfo de la semana pasada sólo puede atribuirse a César Gaviria. A pesar de que en algunos momentos su exceso de juventud y su sonrisa espontánea dan más la impresión de un joven profesional que de un estadista, la verdad es que la personalidad del hoy candidato oficial del liberalismo a la Presidencia de la República es mucho más compleja y sofisticada.
Calculador y frio como un témpano de hielo, Gaviria nunca da un paso en falso. Es seco, distante e indescifrable. A dos meses de poder convertirse en el próximo inquilino de la Casa de Nariño, nadie lo conoce realmente. Oye mucho y dice poco, pero sobre todo nunca dice pendejadas. Lo que más le ha llamado la atención los pocos que han logrado acercársele es la inusual combinación de ser extraordinariamente seguro de sí mismo y estar siempre abierto para tomar en cuenta otras opiniones.
Sin embargo, si es cauteloso en materia verbal es audaz como pocos en materia política. Tres golpes de audacia han jalonado su ascenso. El primero, como director alterno del Partido Liberal, se dio a finales de 1985 cuando después de la toma del Palacio de Justicia, decidió irse de frente contra el gobierno de Belisario Bentancur en un debate sobre la responsabilidad política del Presidente en el manejo de ese episodio. El segundo, de seguro menos dramático pero no menos significativo políticamente, fue el no haberse lanzado como precandidato a la Presidencia, después de su retiro del Ministerio de Gobierno. El mismo ex presidente Alfonso López Michelsen, insinuó en un reportaje a El Tiempo, que le extrañaba que el ex ministro no figurara en el abanico de precandidatos. En un país donde todo el mundo se considera presidenciable, se necesitaba mucha cabeza fría para saber que el momento era para pasar agachado. El tercer episodio, sin duda alguna el más importante y en su momento riesgoso, fue el de habérsela jugado toda por Luis Carlos Galán al aceptarle la jefatura de debate de su campaña. En ese momento César Gaviria podía haber sido todo lo que quisiera. Como ex ministro con inmenso prestigio, Samper y Durán lo buscaban. La propia Designatura estaba a su alcance, entre otras cosas con el respaldo del grupo de la Contraloría. Galán, a pesar de su inmenso prestigio personal, estaba enfrentado a una maquinaria tan poderosa y tan vengativa que lo tenía prácticamente perdido. Y si algo lo tenía perdido era que la clase política liberal estaba dividida en dos: la mayoría estaba obsesionada en atajarlo para cobrarle su pasado, y los otros, aunque simpatizaban con él, no creían en sus posibilidades de triunfo. En cuanto a la adhesión de César Gaviria, aunque no cambió la actitud de los primeros, sí cambió la de los segundos que, siguiendo el ejemplo del ex ministro, lograron montarle una maquinaria de alrededor de un millón de votos que volvió viable su candidatura. Ahora, cuando todo el mundo dice que Gaviria no hubiera sido Presidente sin la herencia de Galán, y él mismo siempre ha sido el primero en reconocerlo, pocos recuerdan que Galán muy probablemente no habría podido llegar a la Presidencia sin la adhesión de Gaviria.

HOMBRE DE DERECHA
Otro golpe donde su audacia política quedó evidenciada fue el manejo que le dio a la reforma tributaria en la legislatura de 1986. Siguiendo los vientos del mundo en ese momento, comenzando por los de Reagan, Gaviria, entonces ministro de Hacienda, presentó una reforma tributaria de derecha: inspirado más en Gómez Hurtado que en Gaitán, la carta del gobierno era que dándole un alivio a los ricos, el ponqué se agrandaba y todos podían comer de él. En un Congreso con mayoría liberal, acostumbrado a rendirle culto a todo lo que sonara populista y de centro izquierda, era muy difícil que se la tragaran entera. Gaviria, haciendo gala de las más altas dotes manzanillas, obtuvo la aprobación. Desde ese día quedaron claras dos cosas: que César Gaviria, a pesar de su juventud, era un veterano en cuestiones de maquinaria y de clientelismo, y que estaba dispuesto a poner sus habilidades al servicio de una ideología de centro-derecha.
Pero Gaviria no sólo es de derecha en materia económica. Igual lo es en materia de orden público, como lo demostraron sus actuaciones al frente del Ministerio de Gobierno. En la disyuntiva entre el pulso firme y la mano tendida, Gaviria casi siempre practicó lo primero. De llegar a la Presidencia, constituiría un experimento interesante ver a un hombre de 43 años, aplicando la fórmula de democracia con energía de Durán Dussán y el de sarrollismo de Gómez Hurtado. Los ricos y los pobres que, por razones diferentes, intuyen todo, han entendido de qué se trata. Los primeros lo han financiado con generosidad vista pocas veces y los segundos, de cumplirse los pronósticos, le van a dar la mayoría electoral más grande en la historia de Colombia el próximo 27 de mayo.

EL SANEDRIN DE GAVIRIA
Como todo candidato triunfante César Gaviria tiene su equipo. Pero lo que tiene de especial su caso es que quienes lo conforman, son personas que lo han conocido desde hace relativamente poco tiempo. Aunque el candidato liberal tiene una larga trayectoria como hombre público, prácticamente ninguno de sus colaboradores del pasado integra el círculo de sus asesores.Lo que podría denominarse el sanedrín de César Gaviria, está integrado por cinco hombres y una mujer o, si se quiere, por dos veteranos y cuatro "sardinos". SEMANA los reseña brevemente.

LUIS FERNANDO JARAMILLO Es la figura de papá en medio de un grupo en el que que casi nadie pasa de 40 años. Gaviria que nunca quiso tener jefe de debate. lo nombró coordinador político a fines del año pasado. Los dos habían sido colegas en la campaña y en el gabinete de Barco y su visión pragmática de la política los unio. Gaviria quería una persona con jerarquía no sólo frente a los gremios sino frente a la clase política y encontró en Jaramillo una figura respetable para este propósito. Paisa, nacido en Barranquilla, de 54 años fue un excelente ministro de Obras Públicas y su nombre sonó para Designado e inclusive para precandidato costeño. Pronóstico burocrático: fuerte candidato para la embajada en Washington, donde sus antecedentes como alto funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, le permiten nadar como pez en el agua.

LUIS PRIETO OCAMPO Este gran caballero del Viejo Caldas, terminó sin proponérselo, gerenciando la primera candidatura de esa región .Nombrado en su cargo por el propio Galán, Gaviria lo heredó y los resultados no han podido ser más satisfactorios. En estas épocas en las que el origen de la financiación de las campañas siempre está en discusión, con Luis Prieto Ocampo no hay posibilidad de goles, y si es cuidadoso para la entrada de los recursos, lo es más para la salida. La pulcritud y eficiencia de su gestión les permite a todos en la campaña dormir tranquilos en lo que se refiere a ese renglón. El pronóstico burocrático para este ingeniero químico de 62 años, es reservado, pues refleja más vocación de servicio público que ambición personal.

MARIA EMMA MEJIA Herencia de la campaña de Galán, le costó muy poco tiempo convencer a Gaviria de su extraordinaria capacidad ejecutiva. Nombrada secretaria general de la campaña, esta paisa cinematografista de 36 años, rápidamente se volvió la figura clave en la logística y en el día a día de la administración de la campaña. Su eficiencia en este cargo ha despistado a todo el mundo. Trabajadora incansable, su actividad abarca desde el manejo de lagartos, foros, banquetes, giras y el tiempo le alcanza hasta para conseguirle plata a la campaña. Inteligente y bonita, es la gran relacionista pública del candidato, sobre todo a la hora de decir muy amablemente no. Pronóstico burocrático: Secretaria General de la Presidencia o Ministra de Comunicaciones.
MIGUEL SILVA Muchos de los que no lo conocen y lo han visto, creen que es un asesor gringo de la campaña. Mezcla de Clark Kent y Robert Redford, este bogotano de 28 años, abogado y linguista, conoció a Gaviria cuando le hizo una entrevista para el diario La Prensa en 1988. Al entonces ministro de Gobierno le gustó tanto el reportaje, que hicieron buenas migas, y dos años después se lo sonsacó a los Pastrana, ofreciéndole el cargo de jefe de imagen de la campaña. Como tal, ha sido el responsable del manejo de los medios en el debate, que para muchos ha sido uno de los grandes aciertos de la campaña. Pero más que esto, se ha vuelto un hombre de confianza en el círculo de Gaviria y su todero de cabecera. En caso de que Gaviria gane, su pronóstico es puesto en Palacio y siempre cerca del Presidente.

RUDOLPH HOMMES El economista de los hombres de Gaviria, ha sido encargado desde hace varios meses de la elaboración del plan económico del gobierno de Gaviria. De la escuela de Rodrigo Botero, tiene una larga trayectoria como analista y estudioso de las finanzas y la economía colombiana. Ha sido asesor de la Junta Monetaria, consultor económico y editor de la revista Estrategia Económica. Sencillo, afable y descomplicado le huye a cualquier tipo de figuración. Doctorado en MIT, de 46 años, seguramente ocupará un papel clave en el equipo económico. Pronóstico burocrático: sin ser un hombre ambicioso, quienes lo conocen aseguran que el cargo perfecto para él sería la gerencia del Banco de la República, pero ni él ni nadie en el país es partidario de mover a Pacho Ortega. Por lo tanto las apuestas están centradas en la jefatura de Planeación .

MAURICIO VARGAS LINARES Los periodistas siempre juegan un papel importante en las campañas presidenciales y cada candidato tiene su periodista de cabecera. Así comenzaron las relaciones entre César Gaviria y Mauricio Vargas, jefe de Redacción de SEMANA. Con el transcurso del tiempo el periodista de confianza se volvió el hombre de confianza. No es exagerado afirmar que Vargas es hoy una de las tres personas más cercanas al candidato oficial del Partido Liberal a la Presidencia de la República.Hace solamente siete años era un redactor del periódico El Heraldo en su ciudad natal, Barranquilla, cuando decidió abandonar la provincia y venir a probar fortuna en Bogotá.A pesar de contar entonces sólo con 23 años, y sin haber nunca firmado un artículo, en poco tiempo se convirtió en uno de los periodistas más respetados del país. Nunca lo había picado el mosquito de la política hasta que César Gaviria, en calidad de jefe de debate de Galán, le ofreció el cargo de Jefe de Prensa de la campaña de Luis Carlos Galán. El día que decidió aceptar asesinaron a Galán.El puesto quedó cancelado pero la amistad con Gaviria se consolidó, y quienes lo conocen afirman que habrá un paréntesis en su carrera periodística y que su hombre se oirá mucho en los próximos cuatro años.

EN QUE CREE GAVIRIA
Las siguientes son algunas de las ideas expuestas por César Gaviria Trujillo durante la campaña electoral, con el fin de responder inquietudes sobre los principales problemas del país:

·La Constitución establece la obligación del partido que gane las elecciones, de ofrecer una colaboración adecuada y equitativa al segundo partido en votos... Yo soy amigo de conseguir el concurso de las mejores inteligencias de Colombia para el desempeño de las funciones de carácter público y de responsabilidad política pero sin sacrificio de la fiscalización de la crítica.
·Con los narcotraficantes no puede haber tratos porque su delito no es de naturaleza política. Las decisiones gubernamentales en esa materia deben ser unilaterales. Si dejan el terrorismo se pueden levantar algunas medidas transitorias. Si se construye una justicia eficaz podemos someter la extradicción a decisión del Congreso o de los ciudadanos.
·Con los grupos guerrilleros he creído que se debe preservar la posibilidad de una salida política, pero sin transigir con el terrorismo. Ofrecerles diálogo ya es toda una concesión que la sociedad les hace a los rebeldes. No soy amigo de permitir a las guerrillas un protagonismo innecesario, ni de negociar reformas políticas con ellas.
·Soy partidario de un acuerdo entre los partidos para buscar un método extraconstitucional que permita reformar la Carta Magna.El mejor seria convocar un plebiscito que permita reunir una Asamblea Constituyente.
· Los puntos más importantes que debe contemplar una reforma constitucional son: 1. Reforma a la justicia; 2. Reforma del Congreso; 3. Modificación del Artículo 218; 4. Reforma del estado de sitio 5. Consagración de los deberes y derechos de los ciudadanos; 6. Creación de un estatuto de los partidos y los derechos de la oposición .
·La justicia debe ser transformada no solamente para encarar las organizaciones criminales, sino para hacerla pronta, oportuna y democrática.
· Los partidos son esenciales para promover el cambio politico. Nosotros no tenemos organizaciones ideológicas que reúnan las características para acometer la crisis que vive Colombia .
·En materia de política exterior, la proximidad o el distanciamiento de los Estados Unidos no es un objetivo sino un medio. Nuestra cercanía al Tercer Mundo no nos debe llevar a confrontaciones innecesarias con Estados Unidos o con otros países industrializados .
·La refinanciación de la deuda externa no es una solución sino un problema. La experiencia de las demás naciones de nuestro ámbito la demuestra totalmente negativa e improductiva .
·Nuestro país mantendrá una economía dinámica y conseguirá elevadas tasas de crecimiento en la medida en que se incorpore a la economía internacional y a los mercados que nos ofrecen posibilidades... La apertura de la economía debe ser gradual y propender por un proceso exportador más exitoso.
· La política económica no puede ahogar el espíritu empresarial de los colombianos. En los sectores industrial y financiero cabe un proceso de privatización. Pero también hay que promover formas más eficaces de intervención estatal.
·El proceso de descentralización tan solo será completo cuando las comunidades mismas sean las que determinen los tributos con los cuales se va a financiar su desarrollo.
·Creo en la libertad de prensa y en la responsabilidad de los medios de comunicación. Sin embargo, no me parece difícil comprometer a los medios de comunicación en una política realmente integral contra la violencia.
·Nuestra sociedad debe tomar la decisión de hacerle frente al problema guerrillero asumiendo una política real contra los violentos. Reclamamos eficiencia de las Fuerzas Armadas pero somos insolidarios con ellas. La población civil debe prestar mayor colaboración con las Fuerzas Armadas en zonas de conflicto guerrillero.
·Lo que hemos hecho al recoger las banderas de Luis Carlos Galán es convertir la crisis de nuestra democracia en una verdadera oportunidad para los jóvenes que tienen fe y optimismo, y que miran la vida colombiana pensando en construir una nueva institucionalidad política.


ANA MILENA DE GAVIRIA
ADIOS A LOS BLUE-JEANS

Treinta y cuatro años pueden realmente parecer muy pocos para alguien que es firme aspirante a ocupar el puesto de primera dama de la nación. Pero eso no asusta a Ana Milena Muñoz de Gaviria, esta pereirana nacida el 27 de enero del 56, educada por las monjas de Los Sagrados Corazones ("Los de Jesús y de María", aclara ella) de la capital de Risaralda donde siempre fue la primera de la clase, antes de venirse a Bogotá a estudiar economía en la Universidad de los Andes. Allí nunca, a pesar de la época, tuvo veleidades izquierdistas. Por el contrario, "yo he sido siempre más bien de derecha", confiesa con una sonrisa.
"Me parecía un señor grandísimo", recuerda de las primeras salidas con César Gaviria quien, mientras ella andaba en bluejeans cursando el tercer año de carrera, ya era representante a la Cámara y una de las más promisorias figuras políticas del Viejo Caldas. Pero el flechazo llegó pronto y un año de noviazgo bastó para decidirlos a casarse en junio del 78, por cuenta del obispo de Pereira, monseñor Darío Castrillón. "A Caviria -como ella misma suele decirle- lo nombraron viceministro de Desarrollo y tuvimos que venirnos a Bogotá". Sin decir quién era su marido, se fue a pedir puesto a Planeación Nacional, llevando bajo el brazo su breve hoja de vida, con sus calificaciones de los Andes. Esto le dio la entrada a la Unidad de Planeación Agraria del DPN, en donde trabajó hasta el 81, cuando se retiró para dedicarse a su recién nacido hijo Simón. "Tanto él como Maria Paz (en el 83) nacieron en Pereira porque César así lo quiso", agrega.
Milena tampoco quería desligarse de su ciudad natal y por eso le metió el hombro a la Fundación para el Desarrollo de Pereira, entidad dedicada a reunir fondos privados para sacar adelante proyectos como la Central de Abastos, a la que ha estado estrechamente vinculada y que será inaugurada pronto: "Esta experiencia me enseñó cómo, sin inventarse más organismos públicos ni crear más burocracia, se puede trabajar con fondos privados en este tipo de proyectos".
Recoger plata sigue siendo su oficio ahora en la campaña, donde su eficiencia en este campo ha quedado repetidamente demostrada.Hace algunas semanas batió todos los récords con una subasta de arte que permitió refrescar los fondos de la campaña.Quienes trabajaron con ella en Planeación, en la Fundación y quienes ahora la acompañan en la campaña, le reconocen una particular inteligencia, un alto nivel técnico, decisión, empuje y un sentido común avasallador. Terca, por momentos acelerada, es una organizadora permanente de proyectos y eventos, pues nunca se permite el lujo de no estar haciendo algo. Preparada mucho más para un cargo técnico o una actividad empresarial, se mueve a veces con dificultad en sus tareas como ama de casa. "Yo soy la que regaña a los niños, pues César les alcahuetea muchas cosas", dice con resignación.
¿Y la economía quedó abandonada? Ella cree que no. "Aunque no trabaje directamente en ella, mi profesión me sirve para todo lo que estoy haciendo. Es que uno estudia una carrera sobre todo para formarse unos críterios que le sirvan para la vida, no sólo para conseguir un puesto".
Amante de la música, puede animar como disc-jockey una fiesta hasta el amanecer, con un repertorio que va de Tracy Chapman al bolero, pasando por los tangos y un poco de carrilera muy bien escogida. En los próximos cuatro años tal vez no quede mucho tiempo para esas sesiones, ni para muchas otras cosas que han conformado siempre la vida informal de Ana Milena de Gaviria que hace pocos meses y de la noche a la mañana cambió tal vez para siempre. Atrás han quedado los jeans y el zapato plano, que han tenido que cederle el paso, en forma lenta pero inevitable, al sastre de paño y el tacón alto.