Especiales Semana

El fin de la burbuja

Con la caída del precio de las acciones y el escepticismo de los inversionistas la industria de Internet pone finalmente los pies sobre la tierra.

Nicolás Camacho
13 de noviembre de 2000

Existe una página en Internet en la que ninguna empresa ‘puntocom’ quiere aparecer. Fuckedcompany.com, creada justo después de la caída de las acciones de las compañías de Internet a principios de este año, revela la primicia de las empresas del sector que están a punto de entrar en bancarrota. Incentivado por un concurso el público ingresa a la página, aporta secretos y se burla de compañías que despedirán empleados, que se quedarán sin capital o que simplemente cerrarán sus operaciones.

La popularidad de este sitio es una señal adicional de la paranoia y la preocupación que abruma a los empresarios de Internet, que hasta hace un año sobresalían por su optimismo y exageradas creencias de transformar la manera de hacer negocios a nivel mundial. Las cifras revelan el final de la euforia: a partir de octubre de 1999 el 17 por ciento de las ‘puntocom’ en Estados Unidos se han declarado en quiebra, 12 por ciento han sido adquiridas, más del 40 por ciento se han visto obligadas a despedir empleados y un 35 por ciento han aplazado sus ofertas públicas de acciones.

La primera señal de que Darwin estaba ejerciendo sus efectos sobre un mercado sobrepoblado de empresas fue la caída del precio de las acciones de Internet en las bolsas de valores. Acciones tan populares como Yahoo!, que a principios de este año se negociaba a 250 dólares, hoy se cotiza en 86 dólares. De manera similar Amazon, la empresa insignia del comercio a través de Internet, pasó de cotizarse a 110 dólares a finales de 1999 a 36 dólares hoy en día. Para las acciones latinoamericanas el panorama ha sido más oscuro todavía: Starmedia, que hoy se transa a 7,50 dólares estuvo en 61 hace algunos meses y ElSitio bajó de 44 dólares, a su actual y poco alentador precio de 3,75 dólares.



‘Selección natural’

Estas caídas no fueron tan sorpresivas ya que muchos analistas habían predicho que las acciones se desinflarían tarde o temprano. La pregunta era cuándo. La mayoría de revoluciones tecnológicas de la historia han ido acompañadas del mismo comportamiento en las bolsas de valores. Una euforia inicial se traduce en una explosión de compañías que finalmente el mercado va depurando. De las 5.000 empresas de ferrocarriles que existían en Estados Unidos hoy sólo operan 50. Igual ha sucedido con las 2.000 que se dedicaban a construir automóviles a principios de siglo y con las más de 1.500 que basaban sus modelos de negocios en la electricidad. Hoy sólo sobrevive el 1 por ciento de todas esas iniciativas. El mercado inicialmente es amplio con todo proyecto que ofrece una propuesta de valor para luego, poco a poco, depurar los que no cumplen lo prometido mientras favorece a los que demuestran su capacidad de generar utilidades.

La descolgada reciente de los precios de las acciones proviene del escepticismo de los inversionistas con respecto a las posibilidades de crecimiento y viabilidad económica de los modelos de negocios encontrados en Internet. Las valoraciones astronómicas de hace un año se justificaban en el potencial y acelerado crecimiento de Internet como herramienta para llegarles a los clientes. Lo que se ha puesto en duda hoy en día no es la utilidad de Internet como tecnología sino quiénes serán los jugadores que logren sacarle beneficios a la oportunidad. Muchos negocios carecen de las ventajas competitivas que se requieren para realmente generar valor en el ciberespacio.

El ejemplo más diciente es el del modelo de ‘contenido’. Muchas empresas que se aventuraron en Internet le apostaron a financiar su ritmo de gastos a través de venta de publicidad. Pero se encontraron con una ‘torta publicitaria’ más pequeña de lo esperado. La inversión en publicidad en línea en Colombia será este año de aproximadamente un millón de dólares, un porcentaje mínimo en comparación con los medios tradicionales. No es difícil concluir que no todas las ‘puntocom’ podrán vivir de esta reducida pauta. En estos mercados, sólo los líderes tienen la oportunidad de generar utilidades sobre sus ventas.

El caso más exitoso del modelo de contenido en Estados Unidos es Yahoo!, que con unas ventas cercanas a los 300 millones de dólares anuales (80 por ciento proviene de publicidad) genera cerca de 75 millones de dólares de utilidad neta. Sobra decir que Yahoo! logra estos resultados gracias a que es el sitio más visitado en la red, monopolizando el 61 por ciento de la audiencia diaria total de Internet, con más de 50 millones de impresiones diarias, 10 millones de usuarios únicos al día y más de 3.500 anunciantes cada mes. Ningún otro medio escrito a nivel mundial tiene tanta exposición diaria. Si las utilidades requieren estos parámetros de desempeño es evidente que pocos sobrevivirán.

De manera similar, el modelo de comercio (venta de productos en línea) tampoco presenta una situación alentadora.



Con lupa

Bajo este panorama muchas de las fuentes de valor que se creían revaluadas por la nueva economía vuelven a tener un papel preponderante a la hora de valorar una empresa de Internet. Los fondos de inversión privados, que antes abrían sus chequeras a una idea novedosa acompañada de cualquier presentación de Powerpoint, están siendo mucho más exigentes a la hora de darle el sí a una inversión.

Gran parte del tiempo de estos fondos se invierte ahora en tratar de depurar los portafolios creados en tiempos de euforia. Cuando encuentran tiempo para evaluar nuevas inversiones los fondos están volviendo a los parámetros tradicionales. Además de exigir salidas estratégicas viables (no muy común en el mercado ilíquido de América Latina) volvieron a apreciar los casi enterrados flujos de caja descontados y la capacidad de generar ingresos con un nivel de gastos razonable. La antes criticada austeridad se ha convertido en una virtud y el afán de ser panregional hoy ha sido reemplazado por la certeza de ser líder en un nicho.

Durante 1999 más de 1.400 millones de dólares fueron invertidos en compañías latinoamericanas que basaban su negocio en Internet. La consecución de capital para algo con ‘puntocom’ como apellido fue algo casi garantizado. Este año el flujo ha estado más apretado pero los prospectos de negocio que presenten alternativas interesantes siguen recibiendo capital. Se han invertido más de 500 millones de dólares este año en proyectos de Internet enfocados en el mercado latinoamericano. Bajo esta perspectiva, con unos inversionistas mucho más selectivos, solamente se aclara el panorama para quien demuestre su capacidad de sacarle valor a Internet. Así, por ejemplo, empresas como Cisco, Oracle e IBM han visto subir sus acciones en el último año a pesar de la caída del sector.

El claro que la burbuja ha empezado a desinflarse. Lo que no se sabe aún es si el aterrizaje ya terminó. Según el semanario inglés The Economist, que publicó recientemente un informe sobre la ‘nueva economía’, muchas acciones todavía están sobrevaloradas de acuerdo con los parámetros tradicionales. Pero los optimistas opinan lo contrario ya que en su concepto la revolución tecnológica apenas comienza.

Para fuckedcompany.com es relativamente fácil predecir y exponer los sitios que no tendrán éxito. Lo que no le queda fácil a nadie es predecir quiénes podrán superar las barreras que plantea un negocio exitoso en Internet y de paso llevarse todas las ganancias. Podrán predecir quién quebrará pero nadie puede predecir cuál será el Microsoft de la próxima década.