Especiales Semana

EL HOMBRE NUCLEAR

23 de enero de 1995

QUE MILLONES DE colombianos desde hace décadas se ven obligados a viajar a otras latitudes en busca de un destino, es una verdad sabida. Pero que uno de ellos termine en una cárcel alemana acusado de contrabandear plutonio desde Rusia rebasa todos los límites conocidos. Fue el caso de Justiniano Torres, un mesero nortesantandereano que en los años 70 consiguió una beca para estudiar medicina en la URSS, en los 80 regresó a Colombia a probar suerte y no la encontró, y en los 90 volvió a Moscú con la idea de convertirse en intermediario de venta de armas. Después de un par de negocios exitosos gracias a los cuales vivió días de gloria -que quedaron registrados en fotos con su esposa Natalia en el metro de la capital rusa- llegaron las vacas flacas, y con ellas una oportunidad que resultó tramposa cuando unos españoles le propusieron sacar plutonio de Rusia hacia Alemania. El plutonio, una peligrosa y valiosa sustancia cuyas poco controladas reservas rusas preocupan al mundo entero, fue la última escala de este hombre que hoy espera una sentencia de los tribunales alemanes.-