Especiales Semana

" EL MEXICANO " HABLA SOBRE SU GUERRA, SU PLATA Y SU MUERTE.

Ocho días después del asesinato de Luis Carlos Galán, Rodríguez Gacha contactó telefónicamente a un periodista colombiano,-en la que habría de convertirse en su primera y última entrevista para un medio escrito...

15 de enero de 1990

PRECUNTA: Este país está muy conmocionado, es un país que está muy triste con esta violencia. Con la muerte de Galán, por ejemplo. Es muy grave lo que está pasando en este país. Y... pues uno no sabe cómo hacer para ponerle fin a esto. No sé ustedes en qué estan pensando, no sé hasta donde quieran llegar. Y no se si de todas estas cosas que se dicen, como la propia muerte de Galán, reconocen que fueron ustedes. ¿Cuál es su proyecto? ¿Qué quieren hacer con este país?
GONZALO RODRIGUEZ G.:
Vea, lo que pasa es una cosa. Mire, simplemente lo que uno está es defendiendose. Unicamente uno... Nosotros sabíamos que el gobierno colombiano y el gobierno americano iban a colaborar. Usted sabe que a nosotros nos informa la DEA. Tenían un pacto para secuestrarnos y luego llevarnos a pagar las condenas a los Estados Unidos. Nosotros hemos luchado mucho por... porque nos den la paz. Aquí han dialogado con todo el mundo menos con nosotros. Ahora yo le cuento una cosa. Pues muy sencillo: en este país nosotros ya no tenemos nada que perder. Lo. que teníamos nos lo quitaron. Pues muy sencillo: si nosotros no tenemos nada, nadie tiene derecho a tener nada. Entonces vamos a ver hasta donde quedamos.
P.: Pero, ¿qué cree usted que tenía que ver Galán con todo esto? Galán, por ejemplo, era un tipo que ya no había vuelto a hablar de esos temas, que le había bajado el tono a esos cuentos de la mafia...
C.R.C.: Ese punto dejemoslo aparte. Hablemos de los otros puntos P.: Yo estoy de acuerdo que cuando ustedes hablaron con el doctor Alfonso López, con el doctor Carlos Jiménez Gómez, se perdió una gran oportunidad en este país.
C.R.C.: Pues de lógica. Es que mire una cosa: por lo que nosotros hemos luchado, es bregando a buscal quién nos oiga. Nosotros somos gente de hogar, gente de familia. Nosotros buscamos es darle ¿Usted cree que si nosotros no pensáramos en el país hubieramos podido conseguir las fortunas que tenemos?
P.: Pero, Gonzalo, ¿hoy en día ya que se puede hacer?
G.R.G.: ¡Ah no, no! , pues ya no se puede hacer nada. A nosotros no nos quitaron lo que nos produce, es decir, lo que son las fincas. Usted sabe que nosotros tenemos un buen porcentaje de personal colombiano empleado trabajando con nosotros. Usted sabe qué da una finca. No da nada, pero si la tenemos es como inversión y para que la gente trabaje. Y. usted sabe que nosotros tenemos unas fincas muy bonitas y muy bien organizadas. Pero no nos han quitado el negocio de la coca ni nos han quitado los dólares, que esos son los que... Para eso tienen que... La plata no la tenemos guardada en Estados Unidos. Ahí es donde está la cosa, usted sabe que ese es el problema... a nosotros nos pueden arrinconar y nos pueden dar una ofensiva de un año, de dos años pero, olvidese, nosotros en cualquier momento les hacemos la maldad.
P.: ¿Usted no cree que tiene perdida la guerra Gónzalo?
G.R.G.: ¡Hombre, que la vamos a perder! Es que no han reconocido que el narcotráfico en Colombia es un poder, un poder muy grande. Usted, que es un hombre que sabe, que es un periodista que habla con todo el mundo, sabe que el 70% del pueblo colombiano, directa o indirectamente, si no trabaja para el narcotráfico si se beneficia del narcotráfico.
P.: Bueno, Gónzalo, pero ¿ustedes que piensan hacer?
C.R.C.: ¡Ah, no!, pues nosotros nos vamos a enfrentar a muerte, pues que vamos a hacer. A nosotros ya nos quitaron todo, ya nos dieron... Digame que haria usted si le declararan la guerra. Digame, ¿qué haría?
P.: Si, no, no, no, yo sé. Aquí llegamos a un punto muy grave: ¿qué tal que los norteamericanos se metan en este país? ¿Para donde vamos?
C.R.C..: Pues muy sencillo: tenemos... nosotros tenemos... Yo, por ejemplo, prefiero gastarme lo que tengo y lo que no tengo para defenderme. Pero tampoco ir a dejarme acabar, que cuando a uno lo acaben es porque le toca.
P.: Pero, ¿no hay ninguna forma de parar?
G.R.G.: Hombre, pero es que parar es dialogar, hombre. Estamos peleando, buscando pa'que nos escuchen, pa'que dialoguen con nosotros.
P.: Por ejemplo, Gónzalo, ¿ustedes se someterían a la justicia colombiana?
G.R.G.: Pero, mano, ¿cómo nos propone que nos entreguemos pa'que nos encadenen, si después de que nos encanan nos echan pa'rriba? Nos extraditan a Estados Unidos.
P.: No, no, digo en el caso de que se quitara el tratado de extradición.
G.R.G.: Pero, ¿quién va a confiar, hermano' A nosotros nos han atropellado con los jueces. Hoy en día a un juez le ofrecen un consulado o una embajada para que lo condenen a uno. Es, que hermano, yo quisiera que usted se enterara de la situación.
P.: Pero ¿ustedes qué ganan con esto? Pierden las fincas, las casas, la plata que tenían, pierden empresas y los bancos; y, entonces, ¿qué queda? Nada
C.R.G.: Pero, hermano, si ya nos atropellaron todo, ya nos quitaron todo.
P.: No, pero ustedes tienen mucha plata todavía.
C.R.C.: Ah no, nosotros tenemos mucha. Es que le cuento una cosa: que lo que tenemos es mucho y lo que nos han quitado es lo que no da nada. Que son fincas, Land Rover. Usted sabe que el negocio de nosotros es la coca. Pero ellos no han cogido la coca.
P.: Mucha gente apostaba que ustedes estaban fuera del país.
C.R.C.: ¿Y como nos vamos a ir de un pueblo en donde lo quieren a uno tanto y en donde la gente está con uno?
P.: Bueno, Gónzalo, hay mucha gente que dice: ahora si a la gente la tienen ardida, y los van a arrinconar.
C.R.C.: Pues, hombre, lógico, hermano: ha sufrido mucha gente con esta cosa y las familias y todo, propiedades y toda la cosa. Pero yo le digo una cosa: pero también van a sufrir. Aquí todo el mundo va a sufrir. Pongale cuidado usted a la recesión económica que va a haber, mayormente cuando toda esa cantidad de gente que vive de las fincas van a salir. Y no tienen trabajo.
P.: ¿A usted lo dejaron sin finca?
C.R.C.: No, a mi me dejaron sin nada. Lo que no me han quitado son los dólares.
P.: ¿Y la coca la esta vendiendo?
C.R.C.: ¿Cómo, la qué?
P: ¿Está vendiendo cocaína al exterior? ¿Ese negocio no para?
C.R. C.: ¡Ah, no! , usted sabe que, bendito sea Dios, es que no hay mejor mercado que el de los gringos. Y ellos se enojan con nosotros.
P.: ¿Y el Ejército?
C.R.G.: Yo creo que el Ejército no, porque el Ejército es el pueblo, la Policía es el pueblo. Y ellos saben que lo que nosotros les damos es platica. Mientras que el Estado les da una o dos condecoraciones, nosotros les damos plata.
P.: Oiga, Gonzalo, ¿ustedes van a terminar de pronto aliados con la guerrilla, con las FARC, con el ELN, y todos enfrentados al Estado... ?
G.R.C.: Hombre, le voy a contar una cosa: eso seria lo más aconsejable, pero nuestros principios no nos dan para hacerlo.
P.: ¿Ustedes son tan anticomunistas como para eso?
G.R.C.: Si, nosotros somos muy anticomunistas. Pero lo ideal seria eso. Si el comandante de las FARC, u otra gente, fuera de confianza y de seriedad, pues uno hasta lo haría. Pero es que resulta que a nosotros los principios no nos dan para eso.
P.: Bueno, Gónzalo, esto tiene que tener alguna salida.
C.R.C.: Esto no lo podemos hablar ahora, tenemos que esperar. Tenemos que esperar hermano, porque vea la ofensiva del gobierno. Cuando termine la ofensiva del gobierno veremos quienes quedamos, porque yo no puedo decir si quedare o no en esta ofensiva.
P-: ¿Usted no teme que después de tanto esfuerzo, de tanto poder económico, al cabo termine muerto por ahí y entonces de que valio toda la plata del mundo, para que sirvio?
C.R.C.: Muy sencillo. Pero es que estamos en una lucha. Si usted quiere, léase el libro de Simón Bolívar. ¿Cómo le toco a él? A él le tocó muy duro. Todo el mundo que ha triunfado en la vida le ha tocado muy duro. Ahora yo le digo una cosa: usted sabe que si esta plata la tuvieran las cinco familias ricas de este país, no la mirarian mal. Pero como la tiene un campesino, un muchacho que no tiene buena familia por ser hijo de una familia humilde, entonces es una plata mal conquistada y es una plata mala.

P.: Bueno, ¡Y usted qué piensa internamente después de esta vaina? Una persona que ha salido en portadas de revistas norteamericanas y de otros lados del mundo, ¿no siente que la vida le jugo una mala pasada ?
C.R.C.: No, yo me siento muy realizado. Y me siento muy realizado porque lo que he querido lo he alcanzado. Y he luchado por un pueblo, aunque nadie lo crea, porque alrededor mío hay mucha gente. Y la gente mía se siente orgullosa de mí y yo me siento orgulloso de mí gente. Trabajamos por una causa, luchamos por esa causa y todo el mundo nos defendemos, todo el mundo nos ayudamos y todo el mundo vamos a ver si salimos adelante. Esta es una situación muy delicada, pero la guerra esta casada.
P.: Oiga, ¿Pablo y los Ochoa y todos los demás estan con ustedes? G.R.C.: Lógico.
P.: ¿Lo apoyan? ¿Los Ochoa y todos estan unidos?
C.R.C.: ¡Ah, no!, es que nosotros somos todos. Es que nosotros estamos unidos. Los únicos que no están unidos a nosotros son cuatro de Cali. Son un grupo minoritario de Cali, pero el resto de caleños están con nosotros. Los dos Rodríguez, Santacruz, Herrera no están con nosotros. Del resto, todos los carteles están con nosotros. La gente de Barranquilla está con nosotros, la de Bucaramanga está con nosotros, la de Pereira, la de la Costa Atlántica, la colonia latina española está con nosotros, la de Nueva York... Todo el mundo lo llama a uno. De Europa, de Mexico, nos llaman, porque es que estamos defendiendo una causa de todos.
P.: Y ¿cómo esta el negocio en el exterior? ¿Ha mejorado o ha bajado?
C.R.C.: Ah no, ahorita es cuando se pone bueno. Lógico. Resulta mejor la utilidad.
P.: Pero les han dado... les han cogido bastantes laboratorios.
C.R.C.: Pues nos cogen, pero usted sabe que eso da para todo.
P.: Oiga, Gónzalo, usted que estan anticomunista, ¿no le parece una paradoja, una contradicción, que quienes salen a oponerse al tratado de extradición sea la gente de la UP y el Partido Comunista? Usted, que es tan anticomunista, que lo sindican de estar persiguiendo a la gente de la Unión Patriotica, ¿no le parece que eso es una contradicción?
C.R.C.: Lo que pasó es una cosa. Mire: lástima que ellos hubieran tomado esas cartas, que fue atacarnos a nosotros como nos atacaron hace siete, ocho años. Si ellos no hubieran estado atacándonos en eso, ya hubieran pasado los tiros. Pero es que nos atacaron muy feo, nos han querido acabar.
P.: ¿cómo miran el ambiente del país en este momento? ¿Usted no cree que con todas estas muertes, incluyendo la de Galán--que dice usted que hablemos despues de eso--se han echado a la gente encima, a la mayoría del pueblo, a la gente que queria a Galán, a la gente...?
G.R.C.: Hombre, yo le voy a decir que ese punto no lo toquemos ahora. Yo le voy a decir una cosa: nosotros estamos defendiendo a un pueblo y estamos luchando por un pueblo. Y nadie cree que, si no fuera por el narcotráfico en Colombia, hubieramos tenido una guerra civil hace unos cinco años. Usted sabe que los políticos aqui no se preocupan sino por ver que se roban y qué se llevan.
P.: ¿Pero por que esa certeza de que por la plata de ustedes este país no ha caido en la desgracia?
C.R.C.: ¡Hombre !
P.: Yo creo que la plata de ustedes. ..
C.R.G.: No es la plata de nosotros, sino la que entra al país por narcotráfico. No es la mía, sino la que un conglomerado de personas le trae al país.
P-: ¿Pero mucha de esta plata no se queda fuera?
G.R.G.: No. Todo el mundo trae su plata aquí. Si un tipo gana veinte millones, el tipo tiene casa, tiene finca, tiene apartamento, tiene carro coche, tiene una y otra cosa. ¿Y esa plata dónde queda? Queda dedicada a sueldos de treinta, cuarenta o cincuenta mil pesos. Ahora, ¿el gobierno no está recibiendo eso en la ventanilla siniestra?
P.: Bueno, pero lo que se dice es que ustedes invirtieron en el campo comprando fincas y haciendas; pero a nivel de industria y otros sectores de la economía, ustedes no han invertido.
C.R.C.: Hombre, nosotros si lo hemos hecho con muchas cosas.
P.: ¿Y como va la pelea con la gente de Cali? ¿Eso se termino o no ?
G.R.C.: No, eso esta ahí. Eso hay que reconocer que es un poder. Ellos y nosotros. Eso es un poder y hay que mirar que es una cosa muy delicada.
P.: Oíga, Gónzalo, ¿por qué casa tantas peleas al mismo tiempo? C.R.C.: Es que yo no estoy casando peleas. Pero es sencillo. ¿Por que nosotros peleamos con los esmeralderos? Yo lo veo todo muy claro: ellos estaban andando con la DEA. Lo que pasa es que usted sabe que un poder enfrentado a otros poderes tiene muchos problemas.
P.: Pero esta peleando con el Estado, peleando con la CIA, con la DEA, con el Ejército, la guerrilla. Tiene muchas peleas al mismo tiempo...
C. R. C.: Pues hombre, hay que bregar a ver como se defiende uno.
P.: Pero hay que buscar la forma de mirar las cosas para arreglarlas.
G.R.C.: En este momento le toca al gobierno: que proponga lo que hay que hacer. Nosotros hacemos propuestas: entregar los laboratorios y dejar de trabajar.
P.: ¿Cuál sería la propuesta?
C. R. G.: Entregar los aviones o mejor dicho, dejar de trabajar. Entrar a una vida normal.
P: ¿Que haya como una especie de amnistía?
G.R.G.: Esa es la palabra. Así como con la guerrilla, pues.
P.: Propuesta uno: ¿ ustedes se comprometerían a dejar de enviar coca al exterior?
G.R.G.: No, yo no me comprometo. Es que nosotros no necesitamos trabajar.
P.: Ustedes ya tienen planta suficiente...
G.R.G.: ¡Uy, si!, es que hemos trabajado. . .
P.: ¿Entregarian aviones, helicópteros, todo?
G.R.G.: ¡Todo!
P: ¿Y desmontarían todo el aparato militar que tienen ?
G.R.G.: ¡Ah!, lógico, támbien. De lógica que uno también tiene que cuidarse, porque ya tiene plata y tiene que tener sus hombres...
P.: Pero no un Ejército.
G.R.G.: Eso
P.: Y que la guerrilla también renuncie a las armas...
G.R.G.: ¡Ah, no, de lógica!, porque tambien va pa'fregarnos a nosotros.
P.: ¿ Usted cree que todavía no es el momento? ¿Ustedes nunca hablaron de esto con el doctor Galán?
G.R.G.: Nosotros estuvimos el año pasado hablando con el presidente Barco sobre eso.