Especiales Semana

El porqué de un premio

Un jurado plural del más alto nivel y una metodología transparente hicieron posible la escogencia de los diez mejores líderes del país.

Álvaro Forero Tascón, director de la Fundación Liderazgo y Democracia
27 de agosto de 2011

La Fundación Liderazgo y Democracia y la revista SEMANA, con el auspicio de Telefónica, premiaron el pasado 25 de agosto a los Mejores Líderes del país de 2011. El objetivo de realizar este reconocimiento es aportar al mejoramiento de la cultura del liderazgo público en Colombia, como herramienta esencial para el progreso de la sociedad.

Colombia carece de una cultura de liderazgo madura. Una cultura que puede cultivarse si logra que los ciudadanos sean conscientes del papel esencial que desempeñan los líderes en las transformaciones del país, y cómo sus actuaciones los afectan directamente.

Los líderes son palancas que impulsan a grupos de seguidores para acometer tareas que no están recibiendo atención, pero que son legítimas y urgentes, y que necesitan alguien con la claridad, la energía y la capacidad de concebir, comunicar y dirigir las acciones que ellas requieren. Porque cuando estas demandas no se canalizan, se genera tensión y se llega a extremos de ilegalidad, de desconfianza en las instituciones y de violencia.

El gran teórico de la administración Peter Drucker decía que había oído muchas definiciones sobre el liderazgo, pero creía sobre todo en una: no hay líderes sin seguidores. Por eso sin una cultura de liderazgo fértil, sin confianza en los líderes, es muy difícil que una sociedad se movilice para conquistar sus objetivos.

La metodología

Para tratar de reducir la subjetividad propia de las evaluaciones sobre la calidad del liderazgo de las personas, el premio siguió los criterios de calificación elaborados por el Centro de Liderazgo Público de la Escuela John F. Kennedy, de la Universidad de Harvard.

Con estos criterios se evaluaron tres aspectos. Primero, la visión de los líderes. Que las personas postuladas hubiesen logrado elaborar y comunicar un proyecto que tenga un impacto social positivo y que en la práctica utilizara estrategias innovadoras. En segundo lugar, su ejemplo. Que el líder comunicara desde su acción valores positivos que fueran inspiradores para otros y motivaran a seguirlo. Y tercero, que fruto de esa movilización social, obtuviera resultados significativos que signifiquen un progreso para los ciudadanos, sea en el nivel local o nacional. Este último criterio tuvo un 50 por ciento del puntaje.

La nominación de candidatos estuvo abierta durante un mes a través de un cuestionario en el portal de Semana.com, y podían acceder a él todos los ciudadanos que quisieran postularse a sí mismos o proponer a un tercero. Con el propósito de identificar líderes poco conocidos de regiones remotas, se le informó de la convocatoria a un gran número de medios regionales que contribuyeron a la difusión. Adicionalmente, la revista SEMANA y la Fundación Liderazgo y Democracia, como organizadores del premio, postularon líderes que no habían sido propuestos por el público.

Al mismo tiempo se conformó un jurado del más alto nivel, plural tanto en sus tendencias políticas como en sus actividades e intereses y procedencia social, conformado por el expresidente César Gaviria, el exvicepresidente Humberto de la Calle, la excandidata presidencial Noemí Sanín, el escritor Héctor Abad Faciolince, el empresario Alejandro Santo Domingo, el sacerdote jesuita e investigador del Cinep Fernán González, el rector de la Universidad Icesi, Francisco Piedrahíta, la presidenta de la Fundación Salvi, Julia Salvi, la mujer Cafam 2011, Ruth Consuelo Chaparro, la presidenta del consejo de la Fundación Liderazgo y Democracia, Elena Echavarría y el director de la revista SEMANA, Alejandro Santos.

Se recibieron 270 postulaciones públicas y los organizadores adicionaron 28, para un total de 298. A estas postulaciones se les hizo una evaluación detallada; se habló directamente con los nominadores para recoger la mayor cantidad de información sobre los candidatos y se redactó una ficha técnica describiendo por qué cada persona podía considerarse un buen líder. Se buscó mantener un balance entre líderes destacados, líderes menos conocidos y líderes desconocidos para tratar de darles oportunidades comparables a los menos visibles.

Del total de postulaciones se escogieron cien líderes para presentar a consideración del jurado, buscando equilibrio en criterios como género, etnia, región, ámbito del liderazgo, número de seguidores, y tratando de reflejar la mayor variedad posible de actividades. Con el fin de mantener neutralidad se tomó la decisión de excluir de la selección a todas aquellas personas que estuvieran adelantando una campaña electoral para las próximas elecciones.

La escogencia tanto de los 35 finalistas como de los diez ganadores se hizo por estricta puntuación. Los líderes con los primeros diez puntajes fueron los Mejores Líderes 2011. El resultado dependió exclusivamente de la sumatoria de los puntajes asignados separadamente por los 11 jurados.

Los buenos resultados de los Mejores Líderes 2011 seguramente hará que en 2012 se incremente el número de nominados. De acuerdo con las recomendaciones del jurado, los organizadores buscarán un esquema que asegure una mayor participación de las regiones en el premio.

Miles de los muertos del conflicto colombiano eran líderes comunitarios. Quizás no hay una actividad más peligrosa en este país que el liderazgo público. Por eso, conocer y exaltar a quienes lo arriesgan todo por sus convicciones es una manera de protegerlos y multiplicarlos.