Especiales Semana

El reto del futuro

A pesar de ser el primer mercado regional de Colombia, Bogotá tiene que mejorar para la llegada del Alca y la ampliación del Atpa.

1 de diciembre de 2002

Ala hora de calificar cómo está una ciudad dos son los factores para tener en cuenta: la calidad de vida de sus habitantes y la competitividad de su economía. Aunque Bogotá se ha transformado significativamente, gracias a la gestión de las últimas administraciones, todavía está lejos del nivel de otras metrópolis latinoamericanas. Es posible, entonces, deducir que entre estos dos factores existe una relación directa.

En comparación con otras ciudades de la región, como Sao Paulo y Santiago, Bogotá presenta uno de los más bajos niveles de calidad de vida y una competitividad mediocre (ver gráfico). Para contrarrestar esta situación es necesario establecer un proyecto a largo plazo que se comprometa con el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes en todos los niveles. Cuanto mejor sea este indicador mejor será el comportamiento de la economía de la ciudad en el entorno mundial.

Pensando en esto la Cámara de Comercio de Bogotá se ha concentrado en impulsar activamente el Consejo Regional de Competitividad Bogotá-Cundinamarca (CRC), dedicado a formular y desarrollar la visión económica regional de largo plazo. Mediante la unión entre las entidades públicas y los sectores privados el CRC ha logrado vincular 1.800 organizaciones de todos los sectores dispuestas a trabajar porque la región se ubique en los primeros puestos de futuros rankings. Cabe agregar que la competitividad es un indicador muy importante para atraer inversiones extranjeras permanentes que generan empleo.

En materia económica, las ciudades de América Latina no se están quedando quietas. Ante la perspectiva del Atpa y el Alca la principal tarea del CRC es formular y desarrollar un plan de competitividad regional a 10 años. En la agenda se contemplan temas como la preservación del mercado nacional y local, la conformación de redes productivas, el aumento de la productividad y la dinamización de las exportaciones regionales. Evidentemente, más competitividad se traduce en mejores empleos, más riqueza, más impuestos y una economía más pujante.

Dado que el mayor reto por superar está en el terreno económico otras entidades, como la Alcaldía de Bogotá, han enfocado sus esfuerzos en esta dirección. Recientemente la Consejería Regiónal de Competitividad de la Alcaldía llevó a cabo la Semana de la Productividad con el objetivo fundamental de poner el tema en la agenda de los bogotanos. Aunque ya existen iniciativas, como las mencionadas anteriormente, la competitividad es un tema que requiere una rápida actuación. En la carrera hacia un mejor nivel de vida la competencia entre las urbes latinoamericanas apenas comienza.