Especiales Semana

EL STRIP TEASE DEL PSOE

El viraje del PSOE hacia una posición más de centro, clave para ganar elecciones

29 de noviembre de 1982

Cuál es el programa que va a aplicar el Partido Socialista desde el gobierno? "Moderado", "cauteloso" , de "línea blanda" y hasta "conservador", son los adjetivos más frecuentes con los que la prensa mundial lo ha descrito.
En efecto, la táctica electoral del PSOE pareció radicar, básicamente, en desmontar paso a paso todo vestigio del radicalismo y la dureza con que los años de la clandestinidad antifranquista habían marcado inicialmente al partido. El camino de moderación que sufrió el programa, es paralelo al que recorrió "Isidoro"--seudónimo detrás del cual escondía sus actividades conspirativas Felipe González en vida del "Caudillo"--hasta llegar hoy a convertirse en el "Presidente Felipe" .
El "aggiornamiento" del PSOE hacia una posición más de centro no empezó en esta campaña electoral. Su "strip-tease" de consignas radicales se inició años atrás, cuando decidió que el lema "república", como bandera contrapuesta a la monarquia, debía quedar relegado a las estrofas de los himnos de la ya lejana guerra civil.
Tres años atrás, el término "marxismo" fue, debido a una osada iniciativa del propio Felipe definitivamente borrado del lenguaje socialista. En el terreno económico, la participación del PSOE en pactos como el de "La Moncloa" demostró su voluntad de abandonar los antagonismos de clase para buscar la conciliación entre los obreros y los patrones.
El transfondo de este paulatino viraje del socialismo español debe buscarse en la permanente voluntad de este partido de actuar como un amortiguador de las presiones sociales, para garantizar el afianzamiento definitivo de la democracia post-franquista.
"No ofrecemos imposibles", fue frase predilecta de Felipe durante su campaña. Y los "posibles" que sí ofreció fueron tan tímidos que se deslizaron suavemente entre la compleja trama de intereses de toda la nación.
"El empleo es el objetivo prioritario del programa socialista", es la frase que domina la propuesta de gobierno del PSOE en sus 122 páginas, y la meta de alcanzar 800.000 nuevos puestos de trabajo, es uno de los cambios más destacables que propone. La reducción de la edad de jubilación a 64 años y el establecimiento de la semana laboral de 40 horas y de las vacaciones de 30 días anuales, fueron sus propuestas más tentadoras para los trabajadores. En contraposición a ellas, los aumentos salariales que prometió el PSOE se ubicaban claramente por debajo de los índices de inflación. En lo que hace a la política de precios, lo destacable fue el prometido control de precios de los bienes y servicios producidos por los monopolios.
Incentivos para los empresarios también están contemplados en el programa socialista. En relación al campo, esto se traduce en una ayuda crediticia prioritaria a las explotaciones medianas y pequeñas, y al logro de una política estable de precios agrícolas. En cuanto a la industria el socialismo dice que hará de los instrumentos financieros en manos del gobierno la clave para la reactivación industrial, en detrimento de los medios fiscales, que fueron utilizados por los dos gobiernos de UCD.
En relación con uno de los problemas más candentes de España, el de la autonomía de las nacionalidades, no plantea nada sustancialmente distinto a lo que vino haciendo el gobierno anterior, o sea afianzar el proyecto político de la construcción del Estado de las Autonomías.
El cambio más brusco se ve en el contexto internacional, donde se propone la desvinculación provisional, en el plano militar, del bloque de la OTAN, la declaración de España como zona desnuclearizada, y la realización de un referéndum para decidir la permanencia del país en la OTAN.
Un gran ausente del programa socialista es la idea de las nacionalizaciones. En este punto el contraste entre Felipe y su colega socialista francés Mitterrand es tan notorio, que lo que para éste último fue bandera central de su campaña, para el primero es justamente el punto que hay que evitar. "La idea de nacionalización no es específicamente una idea de izquierdas: los grandes nacionalizadores de la Europa Occidental en el siglo XX fueron Mussolini, Hitlery Franco. La justicia social no pasa por la estatización de la economía ni la omnipotencia del Estado", son las palabras del nuevo presidente de los españoles.
Un hecho que le ha facilitado al PSOE bajarle el tono a su programa, ha sido la virtual desintegración del Partido Comunista, la cual ha eximido a los socialistas de la obligación de gobernar con él. A diferencia de Mitterrand, a quien le fue indispensable el 15% de los votos que pusieron los comunistas en su país, González tuvo el terreno libre para "descomunistizar" sus propuestas de gobierno.
Así, lo que en épocas del precursor Pablo Iglesias fuera un "Programa para la lucha revolucionaria", hoy aparece simplemente como "programa para el cambio". El tipo de propaganda que utilizó el PSOE también contribuyó a cambiarle la imagen al partido. El tradicional y agresivo puño en alto de la izquierda, en el emblema del PSOE aparece sosteniendo una rosa. Convencidos de que la propaganda de denuncia que utiliza imágenes negativas---de pobreza, de desempleo, de violencia- lejos de entusiasmar a la gente la deprime, los especialistas en publicidad del PSOE las reemplazaron, años atrás, por caricaturas de idílicas sociedades donde la gente se ve tranquila y feliz. En el cartel que más difundieron en las elecciones de 1979, un sol irradiaba sobre grupos de niños jugando en el parque, para ilustrar el slogan "Socialismo es libertad". En la campaña que acaba de terminar, el cartel que predominó mostraba un Felipe todavía atractivo pero ya maduro, que reemplazaba su mechón de antaño por unas cuantas canas y su tradicional camisa abierta por una convencional corbata.
En el proceso de reajuste del programa, tanto en su contenido como en su forma, venía trabajando Felipe González de tiempo atrás, desafiando los múltiples sectores disidentes que, por esta razón, surgieron dentro de su partido. En buena medida son estos cambios los que le permitieron al socialismo español disputarle a la franja del centro una parte suficientemente grande del electorado, como para lograr finalmente el triunfo.