Especiales Semana

Empresas incluyentes

Al implementar políticas incluyentes y de diversidad sexual, algunas empresas le apuestan a la igualdad, a la innovación y a la percepción positiva que este hecho genera en sus clientes.

25 de junio de 2011

Aunque la Corte Constitucional estipuló que ninguna empresa o entidad puede excluir por su condición sexual a personas transexuales, intersexuales, bisexuales, lesbianas o gays, esto muchas veces no se cumple.
 
No obstante, hay organizaciones, multinacionales y nacionales, que no solamente contratan a su personal sin tener en cuenta su orientación sexual sino que manejan, abiertamente, una política incluyente y de diversidad. American Airlines, por ejemplo, además de implementar la orientación sexual e identidad de género en sus estatutos de no discriminación, ofrece igualdad en salud y beneficios en viajes para parejas de empleados LGBT.
 
Las políticas de inclusión y de no discriminación de IBM, explica Guillermo Cardozo, gerente de comunicaciones, marketing y responsabilidad social en Colombia, le han generado a la compañía beneficios de negocios porque los clientes la perciben más equitativa y porque la innovación proviene, en buena medida, de la diversidad. “Desde 1996 -dice el vocero de IBM-, la empresa reconoce a las parejas del mismo sexo como beneficiarios de los planes de la compañía”.
 
De acuerdo con Marcela Gómez, gerente de gestión humana de Sodexo Colombia, el código de ética y conducta de la compañía tiene un aparte específico de diversidad que incluye las diferentes orientaciones sexuales. La organización cuenta con un comité de diversidad en el que se discuten las políticas al respecto y, en caso de una promoción internacional de un empleado con una orientación sexual distinta a la heterosexual, la compañía está abierta a que la persona se traslade con su pareja.
 
Pero estas políticas no son solo de multinacionales. Jean Claude Bessudo, presidente de Aviatur, explica que desde la Constitución de 1991, no puede haber ningún tipo de discriminación y, con base en esto, la organización maneja el mayor respeto por las preferencias sexuales de cada quien. “Hemos tenido incluso a un empleado que en algún momento conocí en el colegio como mujer y que a la empresa llegó como hombre”.
 
¿Novia? No, novio

Alexander Tabares, tecnólogo en gestión bancaria y administrador financiero, trabaja desde hace más de un año como consultor de nómina en Solredes Ltda. “En mi ámbito laboral, ni personal, nunca he llegado anunciando mi orientación sexual, así como la demás gente tampoco vive diciendo que es heterosexual. Me dedico a mi trabajo, pero cuando estamos en una conversación informal y me preguntan si tengo novia, yo les digo ‘no, tengo novio’”. Al enterarse de su orientación, sus jefes lo asumieron sin problema y, de hecho, su pareja ha participado en actividades extra laborales de la compañía.
 
‘Soy una mujer normal’

Cuando cursaba sus estudios de maestría en estudios de género, Andrés comenzó su tránsito del género masculino al femenino. Una vez reconocida como Andrea, llegó a la universidad Javeriana como profesora de cátedra. Después de dos semestres se presentó a un concurso docente para el que exigían experiencia, publicaciones en libros y revistas académicos y maestría. “Después de presentar las entrevistas correspondientes fui escogida. Nunca he sido señalada como una mujer transgénero sino como una antropóloga común y corriente”.