Especiales Semana

En primera línea

Compañías de celulares y telefónicas tradicionales se preparan para una nueva etapa de competencia y crecimiento en las telecomunicaciones.

22 de abril de 2002

2001 marco el inicio de una nueva etapa de consolidación y crecimiento para las compañías de telefonía. Fue el inicio de un período crítico, sobre todo para las empresas más grandes del sector, las que están llamadas a controlar en el futuro este negocio.

Uno de los hechos más importantes del año pasado fue el crecimiento de usuarios de la telefonía celular. Tras dos años de un crecimiento muy lento las empresas de celulares han empezado a levantar cabeza. Después de la llegada de BellSouth a Celumóvil y la toma del control de Comcel por parte del consorcio norteamericano América Móvil han sido muchos los cambios.

Las dos empresas empezaron a salir de la crisis financiera en la que estaban y desarrollaron nuevas estrategias comerciales que obedecieran a la realidad económica del país. Por eso decidieron cambiar la filosofía de mantener el servicio en segmentos sociales altos, con altas tarifas, y volcarse en masificar el celular a través de tarifas más bajas. Así, los usuarios han visto caer el valor del minuto de 97 centavos de dólar en 1997 a menos de la tercera parte.

Esta estrategia llevó a que los abonados de celulares pasaran de 2.256.000 en diciembre de 2000 a 3.265.000 en diciembre pasado. A marzo esta cifra había sobrepasado la barrera de los 3.500.000 usuarios, y de acuerdo con proyecciones de Asocel, gremio que agrupa a estas dos empresas, planean cerrar el año con más de 4.100.000 abonados.

Con la masificación del servicio las compañías de celulares quieren compensar la caída en las tarifas. Aspiran a lograr los mismos ingresos que tenían en 1997, que fueron de unos 740 millones de dólares, pero se desplomaron por la crisis y la devaluación de los años que siguieron.

El aumento en el número de usuarios y las inversiones que estas empresas están haciendo para modernizar sus redes tienen un claro objetivo: consolidar una posición dominante que les permita defenderse del arribo de la competencia de los PCS (Sistemas Personales de Comunicación, por su sigla en inglés). A través de las licencias que entregará este año el gobierno para los PCS se espera que entren nuevos jugadores a competir directamente con los celulares. De acuerdo con los cronogramas estas licencias se estarán adjudicando en el segundo semestre de este año. Una vez entren en operaciones los PCS el país podría pasar en poco tiempo de la actual densidad de siete celulares por cada 100 habitantes al 20 por 100. Las comparaciones internacionales muestran que en Colombia todavía hay mucho espacio para crecer en materia de telefonía móvil.

Por el impacto y la inversión que generará la nueva competencia todos los actores del sector han esperado con ansiedad la entrada de los PCS, pues ven en ella el mejor piñón para reactivar un sector que fue golpeado con fuerza por la crisis económica.



Otros fortalecidos

Mientras que las empresas de celulares se han puesto las pilas y han mejorado sus resultados y su cobertura, otras compañías tradicionales del sector, como la ETB y EPM Telecomunicaciones, siguen trabajando en su consolidación y se perfilan definitivamente como las dos telefónicas más opcionadas para quedarse en varios años con el control del mercado colombiano. El otro candidato natural es la estatal Telecom, pero esta compañía antes debe resolver varias cosas.

Los famosos contratos de joint venture que firmó Telecom hace unos años le dejaron más de un millón y medio de líneas nuevas con un enorme potencial, pero también una deuda gigantesca. Por el lado de los pasivos la empresa tampoco ha terminado de resolver el pago de sus obligaciones pensionales, que son enormes.

De hecho, uno de los retos más grandes de este y el próximo gobierno será sacar adelante Telecom. De acuerdo con los expertos la empresa debe realizar un profundo proceso de reingeniería, disminuir sus costos administrativos, nivelar sus estándares a los de las telefónicas más eficientes del país y lograr un consenso entre todos los actores de la empresa, pues de lo contrario estaría condenada a desaparecer. Gobierno, sindicatos y acreedores deberán ponerse de acuerdo en el mejor camino para garantizar que haya un futuro para la empresa.

Por los lados de la competencia, uno de los movimientos más interesantes de este año será la venta masiva de acciones que planea hacer la ETB en los próximos meses. La idea, asegura Paulo Orozco, presidente de la telefónica capitalina, es hacer un proceso de democratización similar al realizado por ISA y así poner en manos de pequeños accionistas un 10 por ciento de la empresa, equivalente a unos 300.000 millones de pesos.

Además de buscar recursos frescos lo que la administración está buscando es blindar definitivamente a la empresa de los vaivenes políticos, a través de la apertura de la compañía, que llevaría a miles de ojos a controlar todos sus movimientos. Y llevaría también a la adopción de las mejores prácticas de gobierno corporativo.

Paralelo a este proceso, la empresa se la jugará para quedarse con las licencias de PCS para convertirse así en un operador integrado, es decir, que presta los servicios de telefonía fija, móvil y de larga distancia (con el 007). La compañía también planea expandirse y tomar el control de varias telefónicas locales del país y en Ecuador.

Otra muestra de fortalecimiento ha sido EPM, que además de desempeñar un papel importante desde su ingreso al negocio de la larga distancia con Orbitel, ha aprovechado su enorme caja, experiencia y prestigio para quedarse con el control de las telefónicas de Pereira, Manizales y la operadora de servicios de valor agregado Emtelco. Al igual que la ETB, su apuesta inmediata está en los PCS, sistema móvil que necesita para ofrecer soluciones integrales a sus usuarios.

Lo que buscan estas compañías es consolidarse como los más importantes jugadores del país en líneas, usuarios y servicios para tener un lugar en un continente unido y globalizado. La mayoría de expertos considera que el mercado natural llevará a un reordenamiento del sector y hará que en unos años queden unas cuatro empresas.

Después de tres años de dificultades todo indica que la reactivación definitiva del sector de las telecomunicaciones, cuyas ventas se acercan a los 4.000 millones de dólares al año, está a punto de darse.