Especiales Semana

ESTILOS Y ELEMENTOS DE CONSTRUCCION

15 de noviembre de 1993

Cuando la ciudad es arte
ES POSIBLE CONOCER UNA CIUDAD Y UN fragmento importante de su cultura luego de apreciar obras de arte creadas bajo su inspiración. Esto lo saben los más importantes arquitectos, historiadores y argueólogos del mundo. Solo hay que dedicar unas horas al disfrute de repasar los grabados, las pinturas y los mapas a mano alzada conservados en los más importantes museos y capillas del mundo.
Claro que, indudablemente, esta es una afición muy particular y solo suele darse entre quienes trabajan diariamente imaginando y recreando estilos para la construcción.
Pero como la excepción confirma la norma, algunos profesionales de otras áreas también se han interesado en el tema y después de años y años de silenciosa investigación han terminado haciendo ingeniosas propuestas. Es el caso del novelista checo Milan Kundera, cuyo libro Las ciudades invisibles, toda una obra de arte, reflexiona sobre la conexión entre el diseño de la urbe y ese fantasma de humanidad que recorre cada rincón sugiriendo el uso que se le da.
El libro de Kundera es un buen medio de motivación para empezar a mirar el pasado de la vida urbana a través del arte, pero obviamente no es el único. Hay miles de fuentes que pueden ser consultadas. Lo que resulta de algún modo lamentable es que sean en un 99 por ciento de los casos europeas, o tal vez más, pues en Colombia aún son escasos los autores que han estudiado con suficiente profundidad la síntesis de las ciudades en el arte.

Las urbes antiguas
Por lo pronto, esa tarea, en el caso de las ciudades europeas de los siglos XVI a XIX ha sido emprendida por un importante investigador italiano: Giovanni Ricci. En el libro La ciudad y las murallas, una colección de los mejores ensayos sobre el tema traída a Colombia por Educar Editores, Ricci hace su aporte recoriendo la manera como las ciudades del mencionado continente fueron representadas de 1507 a 1766.
Siguiendo al autor, que un artista elija usar o no la perspectiva, colgar objetos de las murallas siempre presentes sobredimensionar algunos de los elementos al interior del recinto amurallado o tratar de ser plenamente realista puede dar claves sobre la ciudad misma y la mentalidad de sus habitantes. Un ejemplo...
En la primera mitad del siglo XVI predominaron las imágenes generales de las ciudades dentro de inmensos cuadros religiosos. Eran recreadas de modo que cada pequeño detalle contuviera todo lo que para el caso particular era ciudad. Podría decirse que eran "ilusiones olográficas". Nunca importaba si en la realidad había o no una campaña en determinada torre, cobraba vida como símbolo irreemplazable. Cuando había que "desaparecer" una o dos manzanas para que el lector del cuadro identificara al instante Bolonia, Florencia o Austria viendo una iglesia junto a una pequeña plaza, simplemente se hacía. Se alteraban los volúmenes y las alturas en composiciones a veces curiosas y hasta especialmente absurdas.
Pero esa manera de representar fue variando, como variaban los habitantes urbanos, tácitos en los cuadros de la época. Y para finales del siglo XVI ya se había impuesto el realismo.
Así como el movimiento de la contrarreforma quería controlar todas las mentes, todos los espacios debían ser controlados. Y la ciudad misma se fue viendo lentamente más parca y menos tenida de una identidad propia. ¿Que sucedio primero? No importa. Hay otras cuestiones que sí son fundamentales. ¿Cómo han sido y evolucionan las ciudades colombianas? ¿Qué dicen de su gente? ¿Cómo ha representado todo esto el arte? A buscar respuestas.

De nuevo al vidrio
LA APERTURA HA FACILITADO, ENTRE otras cosas, la llegada al país de numerosos materiales de uso arquitectónico. Estos no hacen otra cosa que mejorar y aumentar las inmensas posibilidades de creatividad y de uso en casi todas las áreas, una de ellas es la de fachadas. Y es aquí donde precisamente regresa el vidrio como un elemento importante de decoración y terminados interior y exterior.
¿Vuelve para quedarse? El vidrio como material arquitectónico no es novedoso en la medida en que se viene usando, con mayor o menor fuerza, durante el presente siglo. Su boom despertó durante la primera mitad, cuando la arquitectura moderna conoció la novedosa aplicación de este antiquísimo material.
Como la moda de ese entonces divulgaba las premisas de lo funcional, elegante y libre de carga ornamental, el vidrio cayó como anillo al dedo para desarrollar eficazmente estos postulados divulgados por grandes maestros de la arquitectura racionalista.
El vidrio llegó entonces como bloques huecos, de gran pureza, capacidad luminica, de aislamiento térmico y gran fortaleza estructural, que, como si fuera poco, también se acoplaba perfectamente con el acero, el aluminio y el concreto armado.
Todo esto facilitó la aparicion de muros traslucidos externos y recintos interiores. El problema intimidad versus luz fue practicamente resuelto por las bondades del vidrio ya que sus elegantes aplicaciones y ondulaciones permitían el paso de la luz pero evitaban la transparencia. Los mejores arquitectos de aquellos tiempos encontraron en este material natural el mejor aliado y lo utilizaron fuertemente en la gran mayoría de sus proyectos. ¿Los resultados? Refinadas y elegantes atmósferas, que caracterizaban estilos de vanguardia y extremado modernismo para la época.
A Colombia llegó hacía los años 40 y en esa época también fue hábilmente utilizado por casi todos los arquitectos del país. Las principales ciudades, como Cali, Medellín y Bogotá, vieron adornadas sus calles con este noble material, en edificios públicos, bancos, colegios, empresas privadas y residencias urbanas y campestres. Los prósperos bancarios y empresarios no se perdían por nada del mundo el gusto de tener entre sus haberes un diseño especial realizado totalmente en vidrio.
Y como en el campo del diseño y las tendencias nunca se sabe, fueron apareciendo nuevos materiales y alternativas arquitectónicas que paulatinamente lo hicieron desaparecer. En otros países, sin embargo, siguió manteniendo su vigencia aunque muy moderadamente.
Como se mencionaba al comienzo de este artículo la apertura económica ha facilitado el retorno del vidrio a Colombia y con ello han aumentado sus posibilidades arquitectónicas. Hoy en día se puede contar con sitios especializados como el Centro de Acabados para Construcción donde se consiguen nuevas piezas y diseños que se caracterizan por sus rápidas técnicas de instalación. El ámbito doméstico, el institucional y el de oficina vuelven a ser los grandes beneficiarios del regreso de este material.
Características Una cosa es el seguimiento casi que histórico del vidrio como material arquitectónico novedoso y fácil de manejar. Y otra son las diferentes variedades y estilos que se pueden encontrar actualmente y con las que se realizan diseños excitantes en ventanas, paredes y divisiones, en formas que van desde serpentinas hasta paneles curvados y rectos. La luz puede ser completamente dominada, creando ambientes para decoración ideales ya que mediante este sistema es difundida, reflejada o reducida.
La translucidez y el grado de transparencia también pueden ser hábilmente manejadas por las manos de los expertos y gracias a la condensación de sus paneles se eliminan las corrientes de aire, quedándose afuera el polvo y la suciedad. La seguridad es otro de los aspectos importantes que en determinado momento puede llegar a ofrecer una fachada en vidrio, esta es garantizada debido a que los bloques son excepcionalmente duros, casi indestructibles. A su vez, la luz natural y artificial puede ser empleada dramática y sutilmente, todo se traduce en un diseño de elegancia y completa armonía.
Cada unidad de vidrio se fabrica fundiendo dos mitades juntas de vidrio prensado. Esto crea un vacio parcial, que dá al bloque el valor aislante de concreto para pared.
Este mismo valor puede ser utilizado en equipos de calefacción y aire acondicionado de capacidades reducidas, lo que disminuye los costos de energía.
La instalación es sencilla y se realiza por un procedimiento de albañilería. No se deteriora, no se pinta ni se en masilla. Se limpian fácilmente con manguera en caso de las fachadas y con trapos humedos cuando el diseño es interior.
Hasta el momento el vidrio está entrando lentamente pero con todas las intenciones de quedarse. Es una buena opción...
distinta por lo menos.