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Europa, aulas abiertas

En los últimos tres años el Viejo Continente se ha convertido en el destino preferido de los estudiantes colombianos. La calidad de la educación y su bajo costo, las becas y las facilidades para inmigrar lo han hecho más atractivo.

30 de marzo de 2003

Durante buena parte de la historia nacional la educación de las nuevas generaciones de las familias prestantes de Colombia sólo se consideraba terminada cuando hacían un largo viaje por Europa y preferiblemente estudiaban una carrera o se especializaban en un arte u oficio.

Con el paso de los años, especialmente en el siglo XX, Estados Unidos fue reemplazando al Viejo Continente, incluso cuando las posibilidades para estudiar en el exterior le llegaron al grueso de la población gracias a becas, préstamos y recursos propios. Hoy el péndulo parecer regresar al lado de Europa.

De nuevo las puertas se han abierto y ahora los colombianos se han encontrado con iguales o mejores programas, acuerdos y posibilidades que no sólo facilitan los estudios en países de ese continente sino que además aseguran una mejor preparación en ciertas áreas y hacen más interesante al solicitante a la hora de buscar trabajo.

Como primera medida, en el aumento de estudiantes hacia Europa está el factor económico. La devaluación sufrida por el peso en los últimos dos años ha afectado la capacidad de financiar un programa en el exterior. Frente a los altos costos de las universidades en Estados Unidos, Europa aparece más atractivo.

Por ejemplo, mientras el promedio de un año de estudios superiores en Estados Unidos no baja de 15.000 dólares y conseguir una financiación sin ser ciudadano norteamericano es prácticamente imposible, en Europa el promedio de estudios anual varía entre 3.000 y 5.000 dólares y su espíritu de estado de bienestar ha hecho que tengan en sus principios facilitar y subsidiar la educación, incluso para estudiantes extranjeros.

Unido a los costos, países como Alemania, Francia y algunos escandinavos ofrecen, casi en la totalidad de sus programas de educación superior, matrículas gratuitas y muchas facilidades para el alojamiento y estadía de los estudiantes. Así mismo, ciudades de España, Francia y el Reino Unido, entre otras, cuentan con sistemas de crédito muy asequibles en universidades de primera línea.

Unido a esto se encuentran las crecientes ayudas de la Unión Europea para los estudiantes de América Latina. El más reciente es el Programa Albán, que ha destinado 113 millones de euros para los próximos años con el fin de financiar unas 3.200 becas completas para estudios de maestrías, doctorados y especialidades de alto nivel.

Otro factor de peso ha sido el de las visas. Con los atentados del 11 de septiembre Estados Unidos ha intensificado los controles para la inmigración hacia ese país, lo que se ve en menos visas otorgadas. Jerónimo Castro, director de Colfuturo, afirma que "en este último año hemos visto no sólo cómo a numerosos colombianos se les niega la visa para estudiar en Estados Unidos sino que, además, se les cancela en mitad de carrera con la disculpa de que los estudiantes quieren quedarse a vivir en ese país y convertirse en una carga pública".

Artes a favor

Además de estas razones, el elevado índice de estudiantes que ahora se inclina por las carreras artísticas y de humanidades también ha influido de manera notoria. Gracias a la tradición histórica, cultural e intelectual del Viejo Continente, y a que la diversidad de manifestaciones que se pueden encontrar es mayor que en Estados Unidos, un posgrado en arquitectura o bellas artes en Italia o España, por ejemplo, puede ser más atractivo que si se realiza en Washington o el mismo Nueva York.

Ahora el Acuerdo de Boloña, que ha hecho que la mayoría de universidades europeas mejoren su sistema de información y unifiquen requisitos para ingresar, también ha servido para establecer programas en conjunto entre universidades de ese continente y colombianas. Esto ha permitido homologar materias, continuar los cursos y no perder el rumbo que se ha adquirido durante toda la carrera.

"Si bien en Europa es más difícil diferenciar cuáles son las universidades de primer nivel, el manejo público de buena parte de la educación superior y el nivel académico brillante también hacen que los colombianos estén prefiriendo Europa a Estados Unidos", dice Colfuturo.

España se ha convertido en el país europeo que más estudiantes colombianos recibe. Un análisis realizado por la embajada de Colombia en España señala que mientras en 1997 llegaban a estudiar a ese país entre 2.000 y 3.000 personas, este año la cifra alcanza a 25.000.

Dentro de los países de la Unión Europea, el Reino Unido, España, Francia, Alemania y Suecia son los más escogidos por los colombianos para realizar sus posgrados. Y aunque las afamadas Harvard, Yale o Georgetown nunca dejarán de estar en las primeras opciones para especializarse, parece ser que el sueño americano de estudiar en Estados Unidos ha quedado atrás y que ahora es en las aulas 'del otro lado del charco', como lo hicieron los primeros intelectuales del país, el lugar donde los universitarios prefieren realizar sus posgrados.