Especiales Semana

FABRICA DE LICORES Y ALCOHOLES DE ANTIOQUIA

26 de mayo de 1997


Fábrica de Licores y Alcoholes de AntioquiaMuchas veces los colombianos se preguntan por qué la cultura del aguardiente está tan enraizada en los apetitos de sus gentes. Al lado del fútbol, tomarse unos 'guaros' con los amigos o la parentela es todo un ritual que practica la gran mayoría con gran deleite. Con ello los colombianos consiguen borrar de su panorama los principales problemas que afrontan, desde la corrupción política y el estancamiento económico del país hasta las angustias privadas de cómo pagar la próxima cuenta de servicios.
¡Y no es para menos! Hace la edad nada despreciable de 504 años que el aguardiente acompaña las penas y las alegrías de los colombianos, desde el mismo descubrimiento, cuando en su segundo viaje Colón regaló a los indios muestras del apetecido elíxir. El principal ejemplo de la gran acogida que tuvo el licor en nuestro territorio está en Antioquia, donde se conoció primero la técnica del alambique que la de un telar textil. Esta tradición ha hecho que hoy por hoy la Fábrica de Licores y Alcoholes de Antioquia sea una de las más mimadas empresas de este departamento y que además porte el liderazgo de ser la primera licorera del país.

MERCADOS NACIONALES DE LICOR OFICIAL
El mercado total de licor (aguardiente, ron y otros) en manos de las licoreras oficiales para el año de 1996 es de 150.300.790 unidades de 750 ml, según datos de la Asociación Colombiana de Industrias Licoreras, donde la licorera antioqueña participa con el 43 por ciento y la de Caldas y Cundinamarca juntas alcanzan el 35 por ciento del mismo. En la actualidad la FLA está presente en 23 departamentos del país siendo líder absoluto en Antioquia y en la Costa Atlántica (Córdoba, Sucre, Atlántico, Bolívar, Magdalena, Cesar, La Guajira y San Andrés) donde esta empresa tiene más de 20 millones de botellas al año, lo que le permite obtener el 85 por ciento del mercado. (Ver cuadro 1).
El aguardiente Antioqueño es sin duda alguna el producto número uno del país, sus 45.723.305 botellas ubican a esta marca en el puesto 26 a nivel mundial según The World's Fastest International Spirit Brands de 1996 publicado en The Drinks International Bulletin.
En materia de exportaciones la FLA está estrenándose prácticamente. Las condiciones de un mercado local y nacional favorables no la había incitado para explorar lejos de las fronteras. En 1996 la empresa envió 950.138 botellas a mercados como Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, destacándose la unidad exportadora que realizó con el apoyo de Proexport que avizora grandes posibilidades en el viejo mundo, especialmente con sus productos Ron Medellín Extra Añejo y Crema de Café Colombia.

LA MAS RENTABLE
En un informe reciente que se hizo público a través de varios medios de prensa nacionales se establece que dentro del análisis de los resultados empresariales de 185 empresas del país la Fábrica de Licores de Antioquia lleva la delantera en rubros como utilidad operacional y productividad por empleado. (Ver cuadros 2 y 2A). Realizando el ejercicio desde el punto de vista utilidad operacional la FLA aventaja en rentabilidad a empresas como Avianca, Exito, Enka, etc. y en cuanto a productividad por empleado obtiene un rendimiento por trabajador de 434 millones de pesos al año que la posicionan en primer lugar en el concierto nacional, superando el promedio de Mónomeros, Cartón de Colombia, Sofasa e incluso Bavaria.
Es imposible poder concebir el desarrollo de Antioquia sin detenerse en esta industria que llena casi el 70 por ciento de las arcas del presupuesto departamental. En cumplimiento de esta condición el año pasado la Fábrica de Licores de Antioquia contribuyó con 179.000 millones de pesos al presupuesto departamental, de los cuales 71.500 millones fueron por utilidad industrial y más de 107.000 millones por impuestos directos (IVA e Ipoconsumo) aplicables a la salud, educación y demás programas de gobierno en Antioquia.
La empresa produce 16 licores, entre los cuales están los dos aguardientes, el tradicional Antioqueño y el Suave. Algo digno de reconocer es el éxito que la compañía ha tenido con el último producto. Elaborado para las personas que desean un producto más amable a la garganta, buscando esto se produjo una variedad que aunque posee el mismos 29 por ciento vol. de alcohol, pasa con mayor suavidad. Esta característica le ha permitido al producto que durante cinco meses se coloquen más de 1,5 millones de botellas, derrotando todos los pronósticos.
En sus instalaciones de Itagüí la empresa produce dos rones, Medellín y Extra Añejo, de tres y ocho años de añejamiento en barriles de roble. Por lo cual para la FLA resulta un orgullo afirmar que es la única licorera del país que garantiza el añejamiento natural certificado del ron (de ahí que al ron Medellín le digan el whisky nacional) . Esto se debe a que la empresa tiene una capacidad de añejamiento de 65.000 barriles de roble canadiense que le garantizan este exclusivo proceso productivo. La producción anual de este licor es de 17 millones de botellas y su demanda es creciente en el mercado nacional e internacional.
Se une al portafolio el Brandy Don Juan, importado desde Francia, que en menos de dos años tiene el 30 por ciento del mercado estampillado de la categoría Antioquia, además produce Vodka Monteskaya, Ginebra Katia, Cordial de Manzana, alcoholes para distinto s usos, cremas de café y menta. En julio la veremos de fiesta con el lanzamiento al mercado de una nueva extensión de marca del Ron Medellín.

PLANTA FISICA
El portafolio actual del producto y las necesidades de atender el crecimiento de los mercados nacionales e internacionales le han exigido a la compañía la ampliación de la capacidad de producción de la planta. Por ello la empresa ha invertido 2.600 millones de pesos en una serie de equipos que desde la parte de la producción hasta el sellado y el tapado aumentarán en un 25 por ciento la capacidad productiva de la fábrica que entrará a operar a mediados de mayo.
Dentro de dos años la empresa deberá desplazarse de su sede en el suroccidente de la capital paisa para ubicarse en unos terrenos que tiene el departamento en Barbosa. En estos momentos se encuentran realizando los planos de lo que será la nueva vivienda de esta empresa licorera. El motivo principal de su traslado se debe a que en sus terrenos actuales se construirá un magnífico pulmón verde para esta densa zona industrial del Valle del Aburrá, idea del actual gobernador doctor Alvaro Uribe Vélez.

GUARAPO ESPAÑOL
Antes no corre por las venas de los colombianos aguardiente por litros. Las antiguas crónicas del descubrimiento registran cómo Cristóbal Colón trajo consigo en 1493 la caña de azúcar, la panela, la miel y "un líquido que probado fue agridulce y que recordó a los indios una palabra quechua: el guarapo". Aún así por aquellos tiempos los indios americanos eran grandes consumidores de chicha que obtenían del maíz. Sin embargo la llegada del exótico licor europeo encantó a los aborígenes locales, que siguieron consumiéndolo como un gran presente a cambio del tabaco que legaron a los descubridores. Cuenta la historia, según crónicas de José Antonio Benítez, que en Antioquia se conoció la primera fábrica de licores en 1787, bautizada con el nombre de Real Fábrica de Aguardiente.
Se considera que el consumo de licor debía ser notable en épocas de la Nueva Granada pues la recaudación por ese concepto arrojaba un rendimiento que llamó la atención de los oficiales del rey, quienes vieron en la amplia comercialización del aguardiente, la chicha y el guarapo la oportunidad de enriquecer el tesoro real y por ende sus propios bolsillos, de ahí la figura de los estancos y las rentas. Modalidad de distribución hasta hace poco empleada por la mayoría de licoreras oficiales y que la FLA hasta mediados de diciembre utilizaba.
Hoy por hoy los estancos o bodegas surtidas por la FLA para venderle a los estanquillos han desaparecido. La distribución se hace ahora con distribuidores independientes, escogidos en un proceso licitatorio supervisado por la Cámara de Comercio de Medellín. Estos deben conservar la exclusividad de los productos de la licorera y vender a los estanquillos en todo el departamento, puntos de venta oficiales tradicionales que lo ofrecen al consumidor final, permitiendo una gran dinámica comercial al mercadeo de los productos. Además la FLA distribuye por unos canales especiales a supermercados, mayoristas y zonas fuera del departamento.
En cuanto a los precios la licorera mantiene una política moderada a través del precio oficial, de tal manera que resulte aceptable al consumidor y consiga formar parte de la canasta familiar. Por otra parte busca la equidad con los precios del licor de otros departamentos, así como el precio promedio nacional del Dane. Este factor también ha incidido en sus fortalezas a la hora de competir pues se enfrenta en una posición de igualdad que le ha permitido salir triunfante ante la comparación.
La conciencia de que el consumo de estos productos debe hacerse con responsabilidad ha llevado a la empresa a desarrollar varias campañas sobre el control del alcoholismo y la aplicación de la ley en defensa de los menores de edad, implementando la campaña "no hagas del menor un problema mayor", buscando así crear conciencia de los expendedores del producto para que no le vendan licor al menor ni se haga publicidad por medios de comunicación, además apoyando esta política con una cartilla de la cual han distribuido 35.000 ejemplares entre bachilleres, en la cual se les advierte sobre los peligros del consumo de licor. También se da soporte a esta campaña con el eslogan institucional "con moderación se goza más" para que la población adulta consumidora ingiera con prudencia y responsabilidad.
Si bien el panorama en general de las ventas de licor tiende a mantenerse, no se puede ignorar que la falta de controles estatales frente al flagelo del contrabando acecha las posibilidades de las licoreras legales. La competencia es dura con los licores que no tienen el sello de impuestos. Y ni hablar de los licores adulterados, que además matan a los que los consumen por las condiciones de falta de control técnico e insalubridad con que se producen. En este sentido se requiere más acción estatal para proteger tanto la salud de las personas como la supervivencia de las licoreras que tanto aportan al país.