Especiales Semana

FIESTAS Y REGALOS

13 de enero de 1992

LA GUERRA DEL PAPEL
POR ESTOS DIAS, NINGUN MORTAL EScapa al gran reto de fin de año. Con tijeras, cinta y papel en mano, la guerra se anuncia para iniciar el intenso combate, empacar los regalos de Navidad.
Y aunque para algunos es una tarea tan facil como hacer bombas de jabón, para otros es una batalla a muerte por doblegar el papel para el lado que se desea pegar.
Infortunadamente, no todas las personas tienen la misma habilidad para empacar. Es mas, probablemente las que gozan de tan envidiable don son contadas con los dedos de las manos.
Lo curioso es que siendo una actividad tan común, simple y frecuente, nadie se ha preocupado por enseñar a empacar asi como se enseña a escribir o a leer o a sumar.
Nada, Empacar es como ser papa. Nadie ha dado la ultima palabra, nadie enseña como hacerlo bien y cuando llega la hora hay que lanzarse al agua sin saber nadar. Así se aprende.
No obstante, asi como al papa se le dan algunas orientaciones, para empacar tambien existen algunas ideas que sirven de guia para iluminar el camino por el inmenso mundo del indomable papel.
El primer consejo es decidir como se pretende empacar los regalos navideños. El papel crepe de colores verde y rojo resulta una buena opcion para disfrazar los obsequios de este año. No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de un material dificil de manejar por su consistencia.
Otra opción son los papeles corrientes con lazos y cintas navideñas. Los monos pueden hacerse con facilidad o comprarse listos para el empaque.
Asi mismo, una alternativa cómoda para quienes definitivamente se niegan a las complicaciones del arte de empacar, son las bolsas de papel regalo, listas para recibir cualquier obsequio. Una formula práctica para quienes carecen de tiempo y habilidad para envolver los más complicados obsequios de Navidad y vencer en la conocida guerra del papel.

GOLPES DE SUERTE
CON LOS AGUEROS SUCEDE ALGO SIMILar a lo que con las brujas, muchos se niegan a creer en ellos, pero que los hay los hay. Por eso, el 31 de diciembre, cuando el reloj detenga sus manecillas en punto de las 12 no faltara el ama de casa que corra en busca de una escobA para barrer los malos espiritus y el abuelo que saque sus morrocotas del armario para atraer grandes inversiones. Tampoco será extraño tropezarse con los