Especiales Semana

Financiación a la medida

Además de escoger un programa de formación los nuevos estudiantes deben tener clara la manera de pagar sus estudios. Hay numerosas modalidades de crédito para cada una de las necesidades.

29 de septiembre de 2003

Cuando se acerca la hora de entrar a la universidad usualmente se hacen dos filas en las oficinas de admisiones: una para recoger la orden de matrícula y otra para conseguir la forma de pagarla. Cada vez más jóvenes y padres de familia se acercan a las oficinas de apoyo financiero o a las mesas que ponen muy cerca de la ventanilla de admisiones bancos y compañías de financiamiento comercial. Pedir crédito se ha convertido en un paso más de los trámites de matrícula.

La buena noticia para quienes buscan financiación es que en los últimos cinco años se han multiplicado las opciones de crédito para educación superior. La noticia regular es que la mayoría de estos créditos son a corto plazo y buscan solucionar un problema de caja -no tener que sacar la plata de la matrícula de un solo golpe- más que dar la posibilidad de estudiar una carrera a quienes no tienen los ingresos suficientes para hacerlo.

Por eso es indispensable saber escoger la modalidad de crédito que más se acomode a la capacidad de pago del estudiante y de su familia y así garantizar que se podrá pagar toda la carrera.

Hoy existen en el país, según la Asociación Panamericana de Instituciones de Crédito Educativo más de 60 entidades que ofrecen financiación para estudios de pregrado. Desde el nuevo crédito a largo plazo del Icetex hasta los cheques posfechados con que algunas universidades financian las matrículas hacen parte del menú (ver cuadro). La universidad que más opciones ofrece -la de Los Andes-, por ejemplo, cuenta con 40 líneas distintas de financiación y, al primer semestre de este año, cuatro de cada 10 estudiantes pagaban su carrera utilizando alguna de éstas.

El nuevo Icetex

El Icetex ha aparecido tradicionalmente en el primer lugar del menú de crédito educativo En el pasado muchos colombianos hicieron largas filas para reclamar formularios, entregar papeles y, al final, recibir un crédito por 50 por ciento de la matrícula, hasta un tope máximo de un millón y medio de pesos. Muchos también se 'colgaron' durante los años de crisis pues, seis meses después de terminar su carrera, o no conseguían trabajo o no ganaban lo suficiente para pagar las cuotas.

Un proyecto de 288 millones de dólares, fruto de un crédito del Banco Mundial y de un aporte del gobierno, cambió las condiciones de los créditos del Icetex. El objetivo: lograr que 120.000 jóvenes, especialmente de estratos bajos, puedan acceder a la educación superior, no sólo universitaria sino también técnica y tecnológica.

El proyecto involucra, además, a las universidades y otras instituciones a través de convenios para que, primero, sirvan de puente entre el estudiante y el Icetex y, segundo, abran líneas de financiación para la parte de la matrícula que no cubre la entidad del gobierno. Actualmente el Icetex ha firmado convenios con más de 80 por ciento de las instituciones de educación superior en el país.

¿En qué consiste la nueva modalidad de crédito? En primer lugar, se da prelación a jóvenes de estratos 1, 2 y 3, con buen desempeño académico, que quieran entrar a primer o hacer segundo semestre de un programa de educación superior, preferiblemente técnico o tecnológico, acreditado por el Icfes. Se tiene en cuenta también el lugar de origen del estudiante. De los 29.105 créditos otorgados en 2003, 96 por ciento lo recibieron jóvenes de estratos bajos y 72 por ciento bachilleres de fuera de Bogotá.

Ellos entraron a la página en Internet del Icetex y llenaron su solicitud de crédito. Una vez aprobada, debieron presentar a sus codeudores (uno o dos, dependiendo del estrato) para que fueran analizados por la Central Financiera de Riesgo (Cifin). Según Marta Lucía Villegas, directora del Icetex, entre 25 y 30 por ciento de los créditos inicialmente aprobados no se desembolsaron porque el codeudor aparecía reportado como 'mala paga' en la central de riesgo. El rechazo a los codeudores y el desfase entre el momento en que el Icetex desembolsa el crédito y la fecha límite para pagar la matrícula en las universidades son los dos lunares que le encuentran al nuevo proyecto los expertos en crédito educativo consultados por SEMANA.

Todos coinciden en afirmar, sin embargo, que las condiciones del crédito son mucho mejores ahora que en el pasado. Para los estudiantes de todos los estratos el Icetex presta 50 por ciento del valor de la matrícula, sin importar el monto, y busca que las universidades financien, también a largo plazo, 25 por ciento. Para estratos 1 y 2, además, da un subsidio por 25 por ciento de la matrícula, de tal forma que los jóvenes de menores ingresos puedan entrar con la toda la matrícula financiada.

La idea es que los estudiantes, durante la carrera, paguen mensualmente al menos una parte de los intereses del crédito para "estar en permanente contacto con ellos", dice la directora del Icetex, y así habituarlos a pagar. Este año, sin embargo, no se cobraron estas mensualidades. Al terminar la carrera el estudiante tiene un año de gracia y el doble del tiempo que estudió para pagar el crédito. En el caso de una carrera universitaria, por ejemplo, tiene 11 años después de finalizar sus estudios para cancelar el préstamo. La tasa de interés para estratos 1, 2 y 3 es del 12 por ciento y del 18 por ciento para estratos 4, 5 y 6.

Para suavizar el golpe

Quienes continúen en la fila para conseguir financiación encontrarán un grupo de entidades y fundaciones que se han especializado en crédito educativo. Su principal atractivo es permitir el pago de la matrícula durante el período académico y ser más flexibles a la hora de dar crédito. Inversora Pichincha, por ejemplo, tiene convenios con distintas universidades para financiar la matrícula a través de cheques posfechados sin exigir codeudor. Se destaca también la Fundación Educativa Centralseguros que, además de la modalidad de cheques posfechados, ofrece un crédito de mediano plazo. A través de éste el estudiante puede pagar 50 por ciento de la matrícula durante el semestre y el resto al finalizar la carrera durante el doble del tiempo que estudió.

Es importante tener en cuenta que cuando se utilizan cheques posfechados éstos deben ser avalados por una entidad como Covicheque o Fenalcheque, que cobran una comisión. Así, además de la tasa de interés, el estudiante paga el valor de esta comisión.

Los bancos, por su parte, han venido diseñando líneas especiales para universitarios. La mayoría de éstas tienen plazos de seis o 12 meses y cobran una tasa de interés más baja que la de un crédito de consumo. Mientras que por una tarjeta de crédito cobran tasas cercanas a 29 por ciento, líneas como el Crediestudiantil del Banco de Bogotá o el Supercrédito Universia del Banco Santander ofrecen tasas que hoy oscilan entre 17 y 20 por ciento.

Algunos bancos se han lanzado a prestar a plazos más largos. Bancafé, por ejemplo, está pensando en extender a otras universidades en el país un crédito que ya ofrece para estudiantes de la Universidad de los Andes. Esta nueva línea financia 60 por ciento del valor de la matrícula a seis meses y el 40 por ciento restante a 60 meses. Así, los pagos comienzan a hacerse el mes siguiente de entrar a la universidad y terminan ocho o nueve años y medio después en caso de terminar la carrera.

Otra opción para conseguir crédito son las cajas de compensación y las cooperativas, que prestan a sus afiliados a plazos de entre seis y 18 meses a tasas, en general, mejores que las del sector financiero.

El recorrido termina con la financiación directa de las universidades. En este punto se encuentran desde aquellas que definitivamente no dan crédito directo sólo a través de convenios con entidades financieras- hasta aquellas que ofrecen, como parte de sus ventajas, la posibilidad de diferir con tres o cuatro cheques posfechados el pago de la matrícula. Según los encargados de financiación de las universidades consultadas por SEMANA las solicitudes de crédito directo han aumentado sustancialmente en los últimos dos años y las universidades, por no ser este su negocio, no pueden aceptarlas todas. Por eso buscan alternativas para cada caso en particular, según las necesidades y el desempeño académico de cada estudiante.

¿Cuánto es lo máximo que puede pagar mensualmente, durante cada semestre, por la universidad? Con este número claro, defina cuánto necesita pedir prestado a corto, mediano o largo plazo. El objetivo debe ser, además de estudiar mucho, poder entrar a la mejor universidad en el campo de su interés sin 'asfixiarse' a mitad de camino con pagos demasiado altos. Haga su flujo de caja y, entonces sí, comience la fila para pedir prestada la plata de la matrícula. ¿Dónde conseguir la plata de la matrícula?