Especiales Semana

Franzisca Radke

La educación en Colombia dio un giro espectacular gracias a su visión vanguardista. La Universidad Pedagógica Nacional fue el resultado de su labor.

Carlos Cogollo*
3 de diciembre de 2005

Franzisca Radke fue pionera en la organización del sistema educativo colombiano que impulsó la profesionalización de la carrera docente. Nació en 1892 en Aquisgrán (Alemania), se formó en las universidades de Bonn, Berlín y Marburgo donde se especializó en alemán y francés, con estudios en geografía, y se doctoró en filosofía. Formó parte de la segunda Misión Pedagógica Alemana, entre los años de 1927 y 1935, y regresó a Colombia entre 1952 y 1957. Su primera estancia se dio en el marco de las reformas a la educación normalista. Se partía de que la educación debía ser el camino para alcanzar el desarrollo y la modernización de la nación y se esperaba la formación de educadores más creativos, participativos e innovadores. Durante este período, el Instituto Pedagógico Nacional para Señoritas reemplazó la Escuela Normal Femenina del Estado de Cundinamarca. Franzisca Radke no sólo se encargó de la organización académica del Instituto, sino que también buscó condiciones más dignas para las estudiantes. A su paso por el Instituto Pedagógico Nacional introdujo en las instancias estatales la idea de que para formar hay que estar bien formado. La pedagogía, como disciplina fundacional de la profesión docente, es quizás uno de sus más importantes aportes. Ella trajo al país la Escuela Activa, en la que los educadores son y enseñan a ser creativos, luchan contra la educación memorística y enseñan a innovar y participar. Además, enseña la sicología social, relacionada con la orientación profesional y la educación de personas especiales y también hace énfasis en los derechos de la mujer, sus capacidades y compromisos con la sociedad. Su segundo período en Colombia no fue menos importante y se dio en el contexto de las intensas luchas políticas entre los partidos Liberal y Conservador. En los años precedentes, en especial en la década de los 40, la educación había sido una privilegiada trinchera en la lucha de los partidos, pues servía para adoctrinar a los estudiantes. Franzisca Radke regresó durante el período presidencial de Laureano Gómez para asistir, según algunos investigadores, al retroceso de los procesos educativos hechos por los gobiernos liberales. Durante su estadía impulsó el ascenso de la formación docente al estatus de carrera universitaria y continuó el trabajo que realizó en su primera gestión. En este contexto surgió la Universidad Pedagógica Nacional Femenina que, en 1955, dio origen a la Universidad Pedagógica Nacional. En medio de los desaciertos a los que ha sido sometido históricamente nuestro sistema educativo, Franzisca Radke es una excepción. Su labor, de suma importancia para la organización, la dotación y la calificación de los profesores, también se debe medir por los cambios que se operaron en las mentalidades de los docentes que se formaron a partir de sus ideas. Antes de Franzisca Radke el ejercicio de la docencia nunca fue tan riguroso. En el horizonte de los administradores no existía la educación continuada de los maestros. No se pensaba en usar la educación como transmisora de los derechos y los deberes de los ciudadanos. Ahora, al leer su labor desde la perspectiva del siglo XXI, también podemos definirla como una precursora de la lucha por los derechos de igualdad de género en Colombia. Su preocupación manifiesta por la educación de las mujeres a partir de la difusión de los derechos civiles y haber planteado ante los administradores de la educación que la enseñanza debía tener un contenido propio, surgido del conocimiento de los contextos económico, social y político del país, fueron otros de sus grandes aportes. *Pedagogo