Especiales Semana

GERENCIA Y OFICINAS

9 de marzo de 1992

EL GRUPO DE LOS 66
QUE TRES, CUATRO O CINCO PRESIdentes de un sector económico se reúnan no es nada raro, pero que 66 presidentes de diferentes renglones de la economía se encuentren mes tras mes desde hace casi dos años, eso sí es una gran noticia. Y lo es más cuando los presidentes con papel y lápiz en mano, se sientan a compartir las experiencias profesionales de sus compañías con respecto al control de calidad.

Este "invento" gerencial denominado Foro de Presidentes, nació hace tres años con la iniciativa de Alberto Espinosa López, presidente de Meals de Colombia, con el propósito de compartir con otros empresarios conferencias acerca de temas que fueran comunes. La idea que ya se ha consolidado era hacer que el Foro de Presidentes fuera catalizador de temas de interés en materia de avanzada de gerencia.

Espinosa López tocó las puertas de la Cámara de Comercio de Bogotá y con la entidad comenzaron a organizar los primeros comités de presidentes alrededor de un desayuno mensual.

Entre tintos y cigarrillos, el Foro de Presidentes comenzó a configurarse como una realidad que cada vez tomó más fuerza.
Según Francisco Manrique, presidente de Manrique Santamaría, "para reunir a los directivos se necesitaba realizar eventos con temas de interés común pero que no tuviese un contexto gremial ". Por eso, a los esfuerzos de la Cámara y de Espinosa López, se unieron tres personas más: Francisco Gómez de Lasmo Oil, Carlos Alberto Leyva de Estrategias Ltda, y Manrique.

El Foro de Presidentes evolucionó y arrancó en firme cuando en 1989 llegó a Colombia de Japón, el concepto de Calidad Total.

Este "fenómeno" gerencial marcó la pauta definitiva para que a lo largo y ancho de 1990, 16 empresas de las 120 invitadas, comenzaran a participar con disciplina en las conferencias.

Cada directivo aplicaba las enseñanzas de gerencia en su empresa y así, la filosofía de la calidad se fue extendiendo en las compañías nacionales.

Sin duda alguna, la calidad fue el tema aglutinador de los presidentes y poco a poco se amplió el número de miembros. Si a principios del 90 eran 16 participantes, a finales del año los asistentes llegaban a 50. En la actualidad son 66 las empresas que se han mantenido en firme durante cada una de las sesiones.

Hacer funcionar esta quijotesca iniciativa no fue nada fácil. Las ocupaciones y compromisos de cada uno de los presidentes representaba un obstáculo para el Foro.

No obstante, los 66 participantes que se han mantenido constantes durante dos años de trabajo, lograron establecer una estrategia qúe hasta el momento ha funcionado bien.

El Foro se ha dividido en subcomités de aproximpdamente 10 miembros. Cada subcomité se reúne frecuentemente, y el Foro en pleno lo hace una vez al mes. Allí se comentan los casos, problemas, éxitos y errores de las estrategias gerenciales aplicadas a las compañías.

"Esta experiencia nos ha enriquecido mucho porque descubrimos que tanto un productor de huevos como el presidente de un banco tienen cosas en común en materia profesional ", aseguró Manrique.

Además de lograr el conocimiento entre los directivos, el Foro ha logrado ampliar el tema de la calidad y abrirse a otros campos de la gerencia general.

Pero lo curioso es que los alcances del Foro de Presidentes permanecen en continua proyección. Prueba de ello es que para 1992 los miembros del Foro planean integrar a sus esposas y familias con el propósito de lograr una mayor integración.

A estas metas de año nuevo se suman los nuevos temas gerenciales que explotará el Foro. De común acuerdo con el Instituto FES de liderazgo, el Foro tratará el tema de los líderes; en compañía con la Universidad de los Andes, profundizará sobre la creatividad, y con la Corporación Calidad, continuarán tratando el tema de la Calidad Total.

Este año el Foro de Presidentes aspira a contar con 132 empresas miembro para continuar realizando programas tanto a nivel empresarial como a nivel social y educativo.


EL GERENTE NO ES COMO LO PINTAN
MUCHO SE HA DEBATIDO SOBRE la llave del éxito de un gran ejecutivo. Algunos se inclinan por fórmulas teóricas que se podrían tildar de "mágicas": para hacer un ejecutivo se le agrega un poco de olfato, otro de negociante, un tanto de pragmatismo, don de gentes y listo.

Pero lo que las fórmulas olvidan es que un alto ejecutivo es ante todo un hombre que dirige un equipo de seres humanos. Y allí está la clave del manejo gerencial.

Recientemente, en medio de una reunión en la que se encontraban gerentes y presidentes de importantes compañías, salió a flote la pregunta por las cualidades de un buen gerente. "¿Cómo llegaron a la cima del éxito aquellos hombres invitados a la conferencia?", fue la pregunta que un joven estudiante de administración de empresas puso sobre el tapete durante el evento.

A manera de imán el interrogante atrajo una serie de respuestas que se cruzaban unas sobre otras. Cada uno de los altos ejecutivos llevaba en su hoja de vida innumerables testimonios de cómo hacer realidad las cosas positivas en materia profesional. Ellos identificaron cuatro aspectos clave para un gerente de éxito.

Contrario a lo que podría pensarse, los gerentes no sólo se forman con el vasto conocimiento sobre los negocios, los problemas y la aplicación de importantes estrategias de análisis. Ni siquiera una amplia educación sobre toma de decisiones es suficiente para formar directores íntegros.

Según la experiencia de los profesionales, la primera llave del éxito es la capacidad para expresarse clara y eficazmente. Esto significa que el buen gerente debe tener la habilidad de comunicar sus ideas con claridad de tal manera que los mensajes sean entendibles para los subordinados. El fruto de una buena comunicación se percibe en resultados eficaces.

Lo experiencia de los empresarios coincidió en apuntar una segunda llave hacia el triunfo profesional. Además de comunicarse con claridad, el gerente debe tener habilidades para el liderazgo. Y para ser un buen líder es necesario comprender a las personas con el propósito de estimularlas hacia fines comunes.

"Así como un líder político debe ser capaz de identificar las aspiraciones de un pueblo y movilizarlo para alcanzarlas, un buen gerente debe entusiasmar y orientar a su gente hacia el logro de las metas de la compañía", aséguró uno de los participantes.

Pero un buen gerente no sólo es líder y se comunica bien. A estas dos cualidades se suma el hecho de que un alto ejecutivo es ante todo un ser humano completo. En su cabeza no sólo deben rondar las nociones de los negocios sino que a éstas se añaden los conocimientos de aspectos históricos, culturales, sociales, políticos, económicos e internacionales de la sociedad en la que vive. Según algunos directivos presentes, la educación de un gerente debe incluir el conocimiento de las artes y las humanidades.

Finalmente, los conferencistas no vacilaron al afirmar que todo gerente debe estar equipado con valor y sentido de la honestidad. Esto significa que el gerente debe saber cuáles son los límites de lo correcto y lo incorrecto; en pocas palabras, se trata de un hombre con principios sólidos que sabe defender su escala de valores e inclinarse con convicción por la opción que considere mejor.