Especiales Semana

GUARDIANES DEL MEDIO AMBIENTE

'Tajadita' busca recuperar a los recicladores y limpiar al país de basuras.

17 de enero de 2000


DESDE QUE CUMPLIO 30 años Alberto Gutiérrez, mejor conocido como 'Tajadita', se ha dedicado a recuperar
de la droga a los otros recicladores y a organizarlos. Es el jefe de Nuevo Horizonte, una cooperativa en
Armenia que recicla todo tipo de materiales, como plástico, papel, botellas, metales y cartón, entre otros. "Lo
que yo hago no tiene ningún misterio. Me voy acercando a los muchachos, me voy metiendo en las ollas y me
gano su confianza. Luego me los llevo a pasear al campo, que vean los ríos y la naturaleza, hacemos
sancocho y llevamos música. Así es que se empieza. Hay unos que ya no los organiza ni el patas, pero hay
otros que aprenden", asegura. El ejemplo de 'Tajadita' ha recuperado a por lo menos 47 recicladores, a los que
ha logrado convencer de dejar la droga y ha organizado para que trabajen en cooperativas.
Pero la capacidad de superación de los recicladores no se ha limitado a formar cooperativas. Han creado la
Asociación Nacional de Recicladores, la cual busca negociar directamente con los compradores de material,
brincándose al intermediario que siempre se ha quedado con la ganancia. "Nosotros somos los grandes
guardianes del medio ambiente, en realidad no reciclamos sino que recuperamos y aunque la gente nos
desprecia no somos pobrecitos. Nosotros valemos mucho. Mi sueño es que los niños aprendan a reciclar
desde el colegio. Así este mundo sería mejor", comenta 'Tajadita'.
Toda la basura es reciclable. E1 cartón, el papel, el vidrio y el plástico pueden venderse a muy buenos precios
para volverse a utilizar en empresas como Familia, Cartón Colombia, Peldar y Proplast. Algunos productos,
como los vasos de polipropileno o los cubiertos desechables, no se pueden reciclar en Colombia. Hasta hace
poco el envase de larga vida para líquidos, en el que se empaca la mayoría de jugos, lácteos y otras bebidas,
tampoco era reciclable. Pero Rescatar, una cooperativa en Bogotá, ha logrado desarrollar un método para
convertirlo en láminas más resistentes que la madera para fabricar muebles que aguantan 30 años a la
intemperie. "Nuestro gran desafío es lograr que la gente recicle en latuente, o sea en su casa o su oficina.
Nosotros estamos dispuestos a ir y dictarles una charla para expl¿carles el proceso, les recogemos la basura
y la reciclamos. Ellos se ahorran el pago a la empresa distrital de recolección. Y el que gana es el medio
ambiente", dijo a SEMANA Edgar Madrileña, miembro de esta cooperativa.
En la sociedad quien vive de recoger la basura es considerado un paria. Tanto es así que se le ha dado el
nombre infame de 'desechable'. Pero lo paradójico es que la basura es una gran fuente de riqueza. El
problema es que por las enfermedades mentales, la adicción a la droga y la forma de ser caótica y
autodestructiva del reciclador tradicional esa riqueza ha quedado siempre en manos del intermediario, quien
compra al reciclador los materiales a cambio de droga y los vende a precios exorbitantes a las empresas que
reualizan el material.
El esfuerzo de 'Tajadita' y sus compañeros de la ANR, conformada por más de 90 cooperativas en todo el país,
es que los recicladores se queden con esa riqueza, la conviertan en bienestar para ellos y sus familias y se
sientan empresarios. No es otra cosa que recuperar el respeto y la dignidad. Las cooperativas son el modelo
perfecto para lograrlo, les permite tener seguridad social, salud e ingresos crecientes, además de asistencia
sicológica para el tema de la droga. Y a la vez se hace una gran labor ambiental al evitar que los rellenos
sanitarios se conviertan en monstruos inmanejables plagados de ratas y enfermedades, reutilizándolo todo.
"Lo que hay que hacer es construir país; no como la guerrilla que antes luchaba por un ideal y ahora son
gente sin corazón, despiadados: Si aprendieron a matar y a disparar ¿por qué no aprenden a hacer la paz ? Si
lo hicieran estarían reciclando la violencia en progreso. Eso es lo que hacemos aquí", afirma 'Tajadita'.

"Desde muy niño anduve en las calles Mi mamá trabajaba en una trilladora porque aquí las que trabajan son
las mujeres. Yo me dedíqué a recoger botellitas. Poco apoco caí en las drogas. Nunca robépero sabía que me
estaba envenenando con basuco, marihuana y todas las pepas que me encontraba en la basura. Yo era
basura. Hasta que un día, hace 10 años, me encontré un pedazo de oro y me lo gasté todo en basuco. Me metí
debajo de un palo de café durante tres días y ya no lo fumaba sino que lo comía. Sabía que me iba a morir.
Entonces nombré al Señor y le pedí ayuda. Uno a El no lo ve pero lo siente. Senti un rayo de luz que me bañó.
Así se me quitó la angustia. Desde entonces soy otra persona y hoy me siento como el Juan Pablo Montoya
de los recicladores".

Alberto Gutiérrez