Especiales Semana

INDUSTRIA AGROPECUARIA

4 de abril de 1988

NO SOLO DE CAFE VIVE COLOMBIA
Colombia y café son dos términos que van de la mano. La cifra de sacos de este grano que exportó el país durante tantos años, prácticamente como único producto agrícola, creó una imagen que los sigue relacionando con una fuerza difícil de superar. Pero la verdad es que la época del monocultivo, en materia de exportaciones, está quedando atrás.
Datos como el que indica que el cultivo y la recolección del café compromete aproximadamente un 70% del campesinado, pero sólo durante 11 semanas del año, o las tablas que muestran la variabilidad en los precios del grano, con grandes bonanzas pero también con peligrosos descensos, reflejan lo inadecuado e incoveniente que resultaría comprometer toda la fuerza agrícola del país en un solo producto. Si a esto se le suma el hecho de que en el mundo existen cerca de 50 países productores de café, para un promedio de apenas 25 naciones consumidoras, la cosa se hace más grave.
Y la gravedad aparece consignada en los anales de la Federación Nacional de Cafeteros. Por eso, aunque desde el comienzo de la entidad se realizaron planes de diversificación agraria, la crisis del café en los años 50, cuando Colombia dependía en un 85% de las ventas del grano, los llevó a establecer políticas más exigentes al respecto. Como consecuencia, en la actualidad la Federación ha pasado de ser una entidad dedicada al café, para convertirse en una organización agrícola, a todos los niveles, en las zonas cafeteras. Y con todo y esto, quizás el término agrícola se quede pequeño, si se tiene en cuenta que la institución patrocina y asesora casi cualquier proyecto en estas áreas, así se trate de una empresa ganadera o incluso de tipo industrial .
Las cifras demuestran la efectividad del programa. Del 85% que representaba el café en el listado de exportaciones agrícolas hace algunos años, se ha pasado a un 45% en la actualidad. Sin embargo, como a la par con el desarrollo de otros cultivos también se ha intensificado el del propio grano, ese 85% que antes equivalía a 500 millones de dólares, se ha convertido en un 45% que hoy en día ofrece 1.500 millones de dólares. Es decir que se ha reducido el porcentaje, pero han aumentado las ventas. Este es el principal propósito de la diversificación, que el país no sólo reciba mayores ingresos, sino que además tenga más opciones para apoyarse, en caso de que ocurra una crisis en el producto principal.
Pero el programa de diversificación no sólo ha permitido que ahora los europeos se vuelvan locos con una pitahaya, un concentrado de tomate de árbol o un jugo de granadilla. También ha servido para generar mayor empleo en el país y para sustituir muchas importaciones de alimentos y de materias primas que son susceptibles de ser producidas en las zonas cafeteras. En este punto un claro ejemplo es el del cacao, el cual se importaba hasta hace 6 años. Ahora los propios cultivos no sólo dan para cubrir las necesidades del país, sino también para exportar un excedente que equivale a 10 mil toneladas anuales.
"Los resultados han sido halagadores, asegura Hugo Valdés, gerente de diversificación de la Federación Nacional de Cafeteros, hasta el punto de que la última misión del Banco Mundial que revisó el proyecto afirmó con complacencia que las realizaciones excedían las metas inicialmente propuestas. La clave del éxito radica en que la Federación se ha preocupado por desarrollar un programa completo que comienza con el estudio de los suelos y termina en la exportación".
Y en efecto, la asesoría es permanente. Primero se realiza un estudio de zonificación, en el que se determina la vocación de los suelos, la infraestructura necesaria, el tamaño adecuado y la mano de obra requerida. Luego se revisa el posible mercadeo del producto tanto nacional como internacionalmente. Una vez definido el programa se realiza un plan de crédito y de asistencia técnica especializada. Paulatinamente se ha ejecutado un programa de mercadeo que revisa las redes de distribución existentes y pronostica los precios. Este último es un gran avance, debido a que es importante saber cómo va a estar el precio del producto, para definir en qué época se debe producir. Para el efecto la Federación publica anualmente una cartilla con los pronósticos de los precios de decenas de productos, y semanalmente edita un boletín que muestra las variaciones y las proyecciones en los principales mercados del país.
El programa se complementa con un plan de información y de capacitación permanentes, y con cursos y charlas sobre temas como la administración rural, donde los campesinos además de cultivar también aprenden a manejar financieramente sus cultivos.
"La meta es que en unos 3 años se estén exportando, solamente en el renglón de frutas, cerca de 150 mil toneladas anuales, puntualiza Hugo Valdes; en la actualidad la cífra se aproxima a las 25 mil toneladas, que aunque no es mucho, demuestra un claro avance del programa. Hay que recordar que hace 4 años las exportaciones de frutas eran prácticamente nulas. Para asegurar este propósito, además de intensificar los programas actualmente existentes, se están realizando investigaciones en campos como el de las nuevas tecnologías de producción, el mejoramiento de semillas, el control de plagas, y otros más, de manera que el productor pueda reducir los riesgos y aumentar la productividad".

PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS DEL SECTOR ARROCERO
En materia de arroz, Colombia tiene los rendimientos más altos de América Latina, los cuales son similares a los de Estados Unidos.
El nivel tecnológico es adecuado para el medio y para el momento. Las investigaciones que se están realizando para incrementar y mejorar la calidad de la producción van bien encaminadas: se están ejerciendo a partir de tres instituciones, que se han especializado en diferentes aspectos. El Centro Internacional de Agricultura Tropical, con sede en Palmira, Valle, opera a nivel básico, y parte de los resultados que obtiene, por ejemplo en cuanto hace referencia a la prueba de variedades, son entregados al ICA, donde se complementan los estudios. Finalmente, Fedearroz se encarga de la investigación en materia de transferencia y comercialización.
No obstante, a pesar de que las perspectivas parecen bastante halagadoras, la noticia que se ha movido en las últimas semanas acerca del sector arrocero muestra una faceta no tan positiva. La idea de que Colombia tendría incluso que verse en la necesidad de importar arroz cuando lo normal es que su producción no sólo llene el consumo nacional, sino que además obtenga un excedente, fue el punto más alarmante en los informes.
Al respecto, Néstor Gutiérrez, jefe de Investigaciones de Fedearroz, asegura que "en primer lugar la crisis del arroz fue un fenómeno mundial, por inconvenientes climáticos. Tanto así que incluso los asiáticos, que producen el 90% de la producción total en el planeta, vieron diezmadas sus existencias en un 20%. Sin embargo la producción nacional fue suficiente para cubrir el consumo interno. Lo que se vio afectado fue el índice de reservas de entidades como el Idema -lo que se conoce como existencias reguladoras-, debido a un mal manejo en la política de precios, y a un brote especulativo originado en los intermediarios y en empresas comercializadoras del producto. La prueba es que los precios crecieron, de la primera cosecha del 87, a la primera del presente año, en un promedio nacional por tonelada del 36.24% ".
Pero, superado el problema, las perspectivas siguen siendo buenas. Ahora se prevé una abundante producción para el mes de julio, que de ser bien manejada, permitirá un buen índice de exportaciones.