Especiales Semana

INFORMATICA

23 de febrero de 1987

LA SALUD Y LOS COMPUTADORES
El papel de los ordenadores y la informática en general en el desarrollo de Colombia es cada vez mas profundo y esta nueva dependencia técnica de una serie de aparatos, funciones y actos cotidianos ha traído también algunos trastornos físicos y síquicos en quienes los manejan, trastornos que no son serios si desde un principio en la respectiva empresa se toman las medidas preventivas del caso.
Uno de los primeros trastornos surge con el sedentarismo que se crea ante un aparato que le lleva ventaja a quienes trabajan con él ya que, como afirmaba un semanario español, el ordenador jamás se cansa y sus posibilidades siempre serán superiores a las de cualquier individuo que lo maneje. El permanecer siempre sentados ante la máquina puede ocasionar algunos trastornos.
Hay un elemento síquico que el mismo programador debe evitar y es el aislamiento que se le va creando respecto de los demás compañeros de oficina. Por supuesto esto ocurre con quienes tienen como oficio diario el sentarse ante la pantalla y teclear y almacenar información y pasarse varias horas en esa posición, no hablan con nadie, no comunican sus alegrías, afectos o tristezas, si acaso se levantan al baño o a responder una llamada telefónica cuando pueden.
En medio de estos trastornos síquicos y físicos hay un detalle importante y es que carece de fundamento el temor ante los rayos emitidos por las pantallas, ya que sus niveles son tan bajos que los medicos han dictaminado que los operadores no están expuestos a daño alguno.
Eso, en lo relacionado con los rayos infrarrojos, ultravioleta o X emitidos por las pantallas, pero los ojos tienen que ser cuidados convenientemente y es más, los médicos aconsejan a los pantallistas o programadores que se realicen exámenes oftalmológicos antes de iniciar sus trabajos continuados, porque de esa forma se evitan riesgos innecesarios y todos pueden trabajar más tranquilos.
En esta clase de trabajo uno de los síntomas más usuales es la llamada "fatiga visual" que incluye irritación ocular, aumento del pestañeo, cefaleas frontales y occipitales, pinchazos en los ojos, deslumbramiento y una sensación rara como si los ojos estuvieran quemándose, ardiendo. Esta fatiga no es producto de los rayos emitidos por la pantalla pero sí por la concentración que el trabajo exige y es reversible, afecta aun a las personas que tienen una vista perfecta y cuando la persona se aleja del todo al final de la jornada del sitio de su actividad sedentaria, los malestares comienzan a ceder.
PROBLEMAS DE LUZ
¿Por qué se produce esta "fatiga visual"? Las causas se pueden corregir oportunamente: los reflejos y el constante centelleo de la pantalla, la mala visibilidad de los números y letras y signos y los fenómenos de deslumbramiento y acomodación visual que se repiten (más de 40.000 veces debe acomodarse la visión durante una jornada de trabajo continua), además de algunos inconvenientes en el mismo sitio de trabajo, como una iluminación deficiente, el diseño y la posición de la pantalla, la prolongación de los períodos de trabajo y la necesidad de ciertas pausas para el descanso.
Lo de la iluminación en el sitio donde se encuentra el ordenador parece algo secundario pero tiene su razón de ser, ya que el lugar de trabajo debe estar bien iluminado, evitando las fuentes de luz indirectas que puedan reflejarse en la pantalla, esta debe estar a 50 centímetros de los ojos del operador y unos 35 grados por debajo de la línea visual horizontal para evitar la tensión del cuello.
Esas simples adecuaciones pueden acabar con las molestias y dolores ya citados, a lo cual hay que agregar un balance de tiempos de trabajo y períodos de descanso. Se calcula que un período de seis horas diarias para un operador es más que suficiente, y como simple protección visual se recomienda la utilización de ciertas gafas especiales que corrigen los reflejos, parcialmente, y las diferencias de luminosidad entre los distintos objetos en los que debe fijar su vista el operador.
El puesto de trabajo debe estar bien diseñado con el fin de evitar dolores musculares y esqueléticos. Las molestias cervicales y de la columna dorsal y lumbar pueden evitarse con una mesa bien ubicada y un asiento que tenga respaldo y altura graduables. La pantalla debe ser orientable y se aconseja que el teclado esté separado del resto del conjunto para ofrecer más flexibilidad de manejo.
De otro lado, actualmente en Estados Unidos se adelanta un prolongado estudio con el fin de determinar hasta dónde las mujeres embarazadas deben o no seguir operando las pantallas, por las molestias que la posición encierra y el efecto de las radiaciones, aunque este tópico parece ya superado. Una nueva legislación sobre este tema estaría pendiente del resultado de ese estudio.
Ahora, en el campo síquico se presentan algunas situaciones curiosas. En algunos operadores surge una auténtica rivalidad con el ordenador, tratando de demostrarle que el ser humano tambien puede realizar operaciones complicadas y cuando esa relación con la máquina no se entiende en sus términos adecuados, entonces vienen los desajustes emocionales porque el operador se siente inferior y amarrado. También se puede presentar el otro caso, el del operador que se convierte en aliado de la máquina y le canaliza todas sus frustraciones y se siente comprendido y entonces se aísla más de sus compañeros de oficina. Por supuesto, en ambas situaciones el problema no está en el ordenador sino en el ser humano que lo maneja todos los días. Una adecuada y oportuna asistencia por parte de un sicólogo es el remedio más eficaz.