Especiales Semana

INGENIO PAISA

La capital antioqueña se ha convertido en la ciudad científica de Colombia.

11 de mayo de 1998

Durante la Epoca más dura de la lucha contra el narcotráfico Medellín fue estigmatizada como el epicentro de una cultura de la violencia. No en vano y no sin cierta crudeza se hablaba de 'Metrallín'. Allí corría peligro todo el mundo y el miedo se cernía como las tinieblas sobre la ciudad.
Pero como la vida siempre se encarga de equilibrar la balanza y los paisas tienen fama de no tirar la toalla, ahora le llegó el turno a la capital antioqueña de sacar nuevamente la cara por el país. Desde hace unos años la 'ciudad de la eterna primavera' se ha convertido en una ciudad de científicos e investigadores en el campo de la salud.
En la batalla por la vida, desde sus inicios en el útero hasta su fin en la vejez, los médicos paisas se han anotado más de un punto a su favor. La Clínica Cardiovascular Santa María, por ejemplo, es pionera en Colombia en el trasplante de corazón y de pulmón; La Unidad Renal de Trasplantes del Hospital San Vicente de Paúl es una de las más activas y experimentadas en su campo de Latinoamérica; y un grupo de ginecoobstetras se ha especializado en salvar vidas de bebés aun antes de que nazcan, dentro del útero materno. Estos últimos han llegado incluso a practicar transfusiones intrauterinas de sangre, con lo cual han salvado la vida de 11 menores. En el campo de la investigación se destaca el trabajo de un grupo de neurólogos, quienes después de una década encontraron el gen que produce el alzhaimer precoz, una variedad poco estudiada de esta enfermedad. En esta área también es importante resaltar la labor del Centro de Investigaciones Biológicas, un instituto que va a la vanguardia en estudios de microbiología y micropatología.
Son de tal seriedad e importancia estos proyectos que han obtenido el respaldo científico y el apoyo económico de reconocidos centros de investigación de Europa y Estados Unidos. Estas conquistas de la ciencia hechos en Medellín son registradas por SEMANA en este informe especial.

Manos salvadoras
La Clínica Santa María está a la vanguardia de los trasplantes de corazón y pulmón en el país.
Hace 30 años el cirujano cardiovascular Cristian Barnard hizo realidad el primer trasplante de corazón. En la actualidad este milagro de la medicina se realiza de manera rutinaria en la Clínica Cardiovascular Santa María. Hace 13 años fue intervenido en la sala de cirugía de esta clínica el primer paciente en Colombia. Desde entonces un total de 118 personas han recibido trasplantes en este lugar. Hoy se practican allí, en promedio, dos operaciones de este tipo al mes.
El trasplante es la última solución que tienen las personas aquejadas por severos males cardíacos. Es un procedimiento complejo en el que los médicos de la Santa María se han hecho especialistas por cuenta de la experiencia que han acumulado a través de los años. Lo realmente complicado del asunto es conseguir un donante. En este momento hay un buen número de pacientes esperando un corazón sano. Para evitar que esta lista aumente los cardiólogos de la clínica están aprovechando al máximo la tecnología disponible para diagnosticar las enfermedades cardíacas en su fase precoz.
Al comienzo de los años 90 los expertos estimaban que 139 personas de cada 1.000 morían por causa de enfermedades vasculares. Es decir, por hipertensión, infarto de miocardio, enfermedad isquémica o cardiopulmonar. Ahora se sabe, gracias a sofisticados procedimientos de detección, que el número de afectados por estos males es mayor. Para la muestra, las 950 cirugías de corazón que se practican cada año en la Santa María. La gran mayoría para resolver problemas de las válvulas del músculo cardíaco, miocardiopatías y las cardiopatías congénitas. "Nosotros hemos aumentado en un 50 por ciento nuestro trabajo con respecto a años anteriores. Hoy estamos haciendo un promedio de cinco cirugías diarias", señaló Juan Camilo Jaramillo, cirujano cardiovascular de esta Clínica.
Pero no todo se resuelve a punta de bisturí. Los médicos recurren a la ayuda de nuevos fármacos que disuelven el trombo que obstruye la arteria coronaria y así evitan el infarto agudo del miocardio. También existe la posibilidad de cirugías mínimamente invasivas, en las cuales una incisión de sólo siete u ocho centímetros es suficiente para colocar un by pass.
El éxito en el campo de las operaciones cardíacas llevó a los médicos de la Santa María a incursionar en el terreno del trasplante de pulmón. Ya han realizado tres intervenciones, dos de ellas con resultados positivos, que les han despertado inquietudes sobre la posibilidad de hacer trasplantes más complejos. Por ejemplo, en pacientes que han tenido enfisema pulmonar, bronquiolitis obliterante o enfermedad autoinmune. Otras patologías pulmonares que están siendo estudiadas para futuras intervenciones son las bronquiectáceas, la fibrosis quística y la hipertensión pulmonar.
El reto hacia el futuro apunta a realizar un número mayor de trasplantes pulmonares.

El filtro de la sangre
Cada año aumentan los casos de insuficiencia renal en el país. El trasplante de riñón es la esperanza.
La Unidad Renal de Trasplantes del Hospital San Vicente dePaúl es la entidad más activa en este tipo de intervenciones en Colombia y una de las más dinámicas de Latinoamérica. Cada año la unidad adelanta un total de 160 trasplantes de riñón. Sólo en lo que va corrido de 1998 ya ha realizado 40 de estas operaciones.
Una cifra bastante reducida si se tiene en cuenta que, de acuerdo con los cálculos de los especialistas, en un país como Colombia cada año hay entre 2.000 y 6.000 casos nuevos con insuficiencia renal. Es decir, pacientes que requieren diálisis y en algunos casos un trasplante. No todas las personas son aptas para esta cirugía.
El riñón es un órgano sensible. Gran filtrador de la sangre, cumple un papel fundamental en el proceso de mantenimiento del equilibrio del medio interno al eliminar los compuestos tóxicos del cuerpo y regular el volumen del agua y los electrolitos del mismo. En toda una vida los riñones deben filtrar dos millones de litros de sangre. Contrario a la creencia popular el riñón casi nunca duele, en cambio sí se hincha o se ve afectado por la hipertensión. Por lo mismo, la gente consulta de manera tardía al nefrólogo. De ahí que en un 30 por ciento de los casos resulte imposible determinar las causas que dieron al traste con el riñón.
El grupo de la Unidad de Trasplantes del San Vicente de Paúl trabaja sin descanso ni horario. Cuando aparece un riñón deben resolver de inmediato la instalación del órgano en el cuerpo de uno de los múltiples enfermos que esperan en capilla, durante 10 meses, la posibilidad de ser operados. Se calcula que quien recibe riñón de un donante cadavérico tiene la posibilidad de vivir con él sin ningún problema de ocho a 10 años.

Microbiología de vanguardia
Investigaciones sobre bacterias que matan insectos, hongos que controlan la población de plagas en la agricultura y control biológico de plagas, estudios de vanguardia en microbiología y micropatología están realizándose con éxito en Colombia. Gracias a todo esto se dio a conocer recientemente el descubrimiento de una bacteria capaz de producir una toxina 300 veces más potente que la última generación de pesticidas, letal para los mosquitos que transmiten la malaria, la fiebre amarilla y la filariasis.
El Instituto Pasteur de Francia, máxima autoridad mundial en estos asuntos, ya la bautizó con el nombre de Basilus Thurigiensis Medellín, en honor de la ciudad donde se halla la Corporación de Investigaciones Biológicas, CIB, la institución que la descubrió. Es la esperanza de millones de enfermos de malaria en todo el mundo un mal y que sólo en Chocó ha cobrado, durante los primeros meses del año, 500 víctimas entre los 6.000 infectados.
El equipo que comanda el especialista en enfermedades de insectos Sergio Orduz, apoyado con recursos de la Organización Mundial de la Salud y de Colciencias, ha invertido 10 años de trabajo en este descubrimiento. "Existe gran interés mundial por el desarrollo de tecnologías para control biológico de plagas y ya hemos producido los primeros resultados importantes", señaló satisfecho el científico bumangués, que ahora concentra toda su atención en producir este bioveneno en grandes cantidades para luego comercializar su patente.

Medicina fetal
Un grupo de ginecoobstetras se especializó en salvar la vida de los bebés en el útero materno.
La experiencia de ver una transfusión intrauterina es decir, la introducción de sangre a un bebé que reposa en el vientre materno paraliza a cualquier lego. La operación se realiza pasando una aguja de 17 centímetros a través de la piel del estómago materno y con ella se trata de perforar el cordón umbilical del bebé, que mide cuatro milímetros de diámetro, tan grande como la cabeza de un alfiler, para introducirle sangre lavada mediante una técnica de radiación que la deja libre de glóbulos blancos. Puros glóbulos rojos que ingresan al cordón para acabar con su estado anémico. El feto, extrañado por la presencia del metal, agita sus piernas en un intento por apartar lo que le molesta. En ese momento se corre el peligro de que el bebé se pinche y sangre. El pulso del ginecoobstetra, apoyado en la imagen ecográfica, debe ser certero.
¿Por qué hay que realizar esta transfusión? Resulta extraño entender que un bebé muera por una reacción del mismo cuerpo de la madre. Pero sucede. Si ella tiene sangre con un RH negativo y el feto sangre con un RH positivo el sistema inmunológico materno comienza a luchar contra lo que registra como una presencia peligrosa. Esa batalla, de la que no son conscientes ni la madre ni el hijo, golpea siempre al bebé, que se convierte en víctima de una intensa anemia sus glóbulos rojos explotan o una falla cardíaca que puede acabar con su vida. Con este procedimiento ha sido posible salvar 11 vidas en Medellín.
El éxito de esta operación se le debe a una ciencia tan reciente como fascinante: la medicina fetal. Un área de la salud concentrada en el diagnóstico de malformaciones y patologías en el feto, con el objeto de hacer tratamientos o seguimientos a los problemas congénitos del bebé. "La medicina fetal se ocupa de ver al feto como un paciente y no como un pasajero más en el viaje gestacional", manifestó Carlos Mejía, médico especialista en el tema. En la capital antioqueña un grupo de ginecoobstetras Jaime Gómez, Jorge Ramírez, Carlos Alberto Mejía y Oscar Medina lleva cuatro años encarretado con esta práctica médica. Diez mil ultrasonidos anuales y el diagnóstico y seguimiento de un centenar de malformaciones en fetos le dan méritos suficientes a este equipo para ser calificado como uno de los más sólidos y experimentados en el tema.
La experiencia que han obtenido durante el tiempo que llevan trabajando los ha familiarizado con múltiples problemas, en especial con los trastornos cerebrales y renales que se presentan durante la gestación."Las malformaciones del sistema nervioso central y renal suman el 40 por ciento de todas las presentadas en fetos. Hemos tenido especialmente anencefalias en el sistema nervioso central y espina bífida abierta, que son malformaciones en la columna vertebral, en la médula espinal y en la piel que lo recubre", dijo el doctor Mejía. Para corregir estas anomalías el equipo ha hecho varias aplicaciones de catéteres para la corrección de patologías urinarias, cardocentesis para el análisis sanguíneo y cientos de amniocentesis para el estudio del estado genético y detectar la madurez pulmonar de los fetos.

El fin de la infertilidad
De todos los continentes llegan parejas a un instituto de Medellín en busca de ayuda para poder tener hijos.
Por los pasillos de la Clínica Prado se ha vuelto común ver parejas de extranjeros. Vienen de países caribeños, centroamericanos o europeos y de Estados Unidos preguntando por las oficinas del Instituto Antioqueño de Reproducción Inser. Un lugar donde se trabaja en grande con lo más pequeño y valioso de los seres humanos: las células reproductivas. Quienes vienen del exterior lo hacen atraídos por la fama que ganó el Inser el año pasado, una vez se hizo público que allí se había logrado el primer embarazo del país y el segundo en Latinoamérica mediante la técnica conocida como ICSI.
Con esta técnica la fertilización del óvulo se hace por fuera de la matriz con espermatozoides extraídos directamente de los testículos. Es un método recomendado en aquellos casos en los que la conducción del esperma al exterior presenta problemas o cuando la calidad del mismo no es la ideal para la fecundación. Es tan confiable el método que bastan uno o dos espermatozoides, de los millones que un hombre produce normalmente, para lograr la fecundación. Con este procedimiento ya han nacido dos bebés.
Esta noticia explica sólo en parte el éxito del Inser. Hay otros factores adicionales que llaman la atención tanto de los extranjeros como de los colombianos que acuden al Instituto. "No sólo ofrecemos tecnología de vanguardia en reproducción humana, con costos 60 por ciento inferiores al promedio, sino que el equipo profesional que atiende a las parejas es de calidades humanas excepcionales", dijo Fidel Cano, director del Inser.
Un tratamiento de infertilidad en el Instituto puede costar entre cuatro y seis millones de pesos. Un precio alto que muchas parejas no pueden costear. Por eso cada año se escoge a algunas parejas de escasos recursos que pagan solo los gastos básicos pero reciben el mismo tratamiento que los demás pacientes.
De los casos que atienden hay algunos más difíciles de tratar que otros, como por ejemplo aquellos en los que se presenta infertilidad total en ambos miembros de la pareja. En esa situación se recurre a sembrar en la mujer uno de los embriones fertilizados in vitro, que permanecen guardados bajo cero grados de temperatura en el banco del Instituto. Gracias a esta técnica una mujer de 57 años, que nunca se resignó a no ser fértil, hoy es madre de una niña.