Especiales Semana

JORGE ELIECER GAITAN

HERBERT BRAUN
9 de noviembre de 1998


Jorge Eliécer Gaitán
Nació en 1898, murió asesinado en 1948. Abogado de la Universidad Nacional, viajó a Roma a estudiar jurisprudencia y se graduo Magna Cum Laude.
Fue elegido representante a la Cámara y llegó a presidente de esa corporación. Alcalde mayor de Bogotá en 1936, luego fue senador de la Republica y en 1944 candidato presidencial.
Fue Ministro de Trabajo, jefe unico del Partido Liberal y candidato presidencial por esa agrupación. Su muerte, el 9 de abril de 1948, dio lugar al llamado nBogotazon y prendió la chispa de la violencia partidista de los años 50.

EN EL INSTANTE EN que el cuerpo de Jorge Eliécer Gaitán se desplomó sobre el andén de la carrera 7a con la calle 14 a la 1:05 de la tarde del 9 de abril de 1948, quedó grabada en la memoria del país una imagen del líder caído como un caudillo del pueblo. Los balazos del maltratado revólver Smith & Wesson del asesino Juan Roa Sierra borraron al Gaitán civilista que creía apasionadamente en las leyes y en la Constitución.
El 9 de abril confirma nuestro temor de un pueblo pasional que el caudillo demagogo llenaba de odio y sed destructiva. Antes del 9 de abril Gaitán se refería a sí mismo, no sin un cierto deleite irónico, como un "demagogo muy ecuánime... un demagogo que ha leído unos libros". Para Gaitán la política era el uso de la pasión y el ejercicio de la razón.
El 9 de abril nos ha ocultado el orden impresionante del 7 de febrero de ese mismo año, cuando el pueblo llenó la Plaza de Bolívar para oír a Gaitán dirigirse al presidente Mariano Ospina Pérez. "Bajo el peso de una honda emoción me dirijo a vuestra excelencia, interpretando el querer y la voluntad de esta inmensa multitud que esconde su ardiente corazón, lacerado por tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y piedad para la patria". Al terminar su discurso, Gaitán le ordenó al pueblo que se retirara a sus hogares.
El 9 de abril nos hace pensar en la Violencia de los años 50 como el resultado inevitable de un conflictivo sistema partidista que no se logró apaciguar sino hasta que se creó el Frente Nacional en 1958. Nos olvidamos que el país vivió una paz casi continua durante la primera mitad del siglo. Muchos liberales y conservadores se esforzaban para controlar los brotes aisla dos de violencia después de 1946. La convivencia llamaba al compromiso. Gaitán era de los políticos liberales que más amigos tenía entre los conservadores. Lo que ya no podemos comprender hoy en día es que en ese entonces el jefe de un partido todavía le podía exigir al jefe del otro, al presidente, que mandara controlar la violencia en el campo.
Más que cualquier otro político de lo este siglo, Gaitán representa la posibilidad de una convivencia cada vez más amplia y popular. ¿Pero hubiera llegado esa convivencia hasta nuestros días? Al ser elegido presidente en 1950, ¿hubiera Gaitán dejado el poder en 1954, tal como lo ordenaba la Constitución? Casi todos los líderes liberales y conservadores de la época temían más el autoritarismo de Gaitán de lo que admiraban su civismo. Desconfiaban de la multitud. ¿Se habría transformado el caudillo en un dictador populista, como Juan Domingo Perón en la Argentina? Al hacernos esta pregunta, deberíamos tomar en cuenta que Perón era un simple coronel sin trayectoria civilista. No leía libros, no fue un ilustre abogado.
Lo que no podemos dudar es que el caudillo civilista de ese 7 de febrero habría tenido el apoyo popular para poder escoger el futuro del país en 1954. La segunda mitad del siglo habría sido una historia de multitudes, multitudes electorales o plebiscitarias. Me inclino a pensar que hubieran sido electorales. Vivo Gaitán, hubiéramos tenido una vida ciudadana menos anárquica. No nos habríamos desangrado en esas escaramuzas sin fin en una vereda tras otra, año tras año.