Especiales Semana

Josefina Valencia De Hubach

La primera gobernadora y ministra de Colombia y gran impulsadora del voto femenino, es considerada la caucana más importante de la historia.

Guillermo Alberto González Mosquera *
3 de diciembre de 2005

Sin lugar a dudas, se trata de la caucana más notable del siglo XX, no únicamente en razón a las posiciones que ejerció en su vida pública, sino por su descollante personalidad, puesta de presente en hechos trascendentes de la vida colombiana. Ninguna entre sus compatriotas puede emularla como pionera en lograr las viejas aspiraciones de lo que hoy se podría denominar la igualdad de género, es decir, el efectivo reconocimiento de los derechos de la mujer para ocupar las más altas posiciones de la democracia. Hija del maestro Guillermo Valencia, se formó al lado de su padre en el conocimiento de la política, en el arte de la negociación y en la familiarización con la cultura universal, lo que le permitiría obtener más adelante el reconocimiento de la dirigencia nacional para llegar a los más altos estadios del poder. Fue la primera mujer en Colombia en ser designada ministra de Estado (Educación, durante el gobierno de Rojas Pinilla), la primera en ocupar la gobernación de un departamento, la primera senadora -junto a Esmeralda Arboleda- y la primera embajadora, esta última posición como jefe de la delegación colombiana ante la Unesco en París. Con semejantes antecedentes entró con títulos legítimos a la historia de la emancipación social de las colombianas en esta centuria. Su reconocida influencia sobre el general Rojas Pinilla, en cuyo gobierno dictatorial tuvo destacada figuración, fue el hecho determinante para que el mandatario reconociese el derecho al voto femenino, vieja aspiración que sólo se vino a concretar cuando Josefina Valencia puso toda su formidable capacidad de luchadora indomable para lograrlo. Nunca se guió por algo distinto a sus propias convicciones y así pudo ganarse una reputación de mujer independiente, a veces dura en el trato y resuelta hasta lo imposible para sacar avante sus propósitos. Tenía, sin embargo, un trato personal que encantaba a sus interlocutores. La dulce voz de acentos suaves, las maneras sin altisonancias, pero la firmeza en cada palabra, sin ambages para atacar a sus contrincantes y defender a sus amigos. Se dijo siempre que de los hijos de Guillermo Valencia que fueron descollantes, pero diferentes en sus convicciones y actitudes políticas, ella resultó la más parecida a su padre en el temperamento y en el conocimiento intuitivo de los seres humanos. Murió a los 78 años en España y sus restos descansan en el Panteón de la Casa Valencia en Popayán. Su esposo fue Enrique Hubach, notable científico geólogo de origen alemán. *Rector de la Universidad del Cauca