Especiales Semana

La batalla de la telefonía

La telefonía celular se puso de moda en el país y ya supera ligeramente a la fija. Pero los operadores tradicionales no están de brazos cruzados.

23 de enero de 2005

LA PELEA ESTÁ PARA alquilar balcón: más de ocho millones de usuarios de telefonía móvil y casi la misma cantidad de usuarios de telefonía fija. A pesar del veloz crecimiento de la primera -alcanzó a la segunda prácticamente en un par de años- y de la tendencia mundial a la movilidad, las empresas de telefonía fija han tomado medidas audaces para enfrentar el nuevo panorama.

Lo que ocurrió en el último año en Colombia fue un tremendo cambio en los paradigmas del sector de las telecomunicaciones, comparable al ocurrido cuando se abrió el negocio al sector privado, a mediados de los años 90. El ascenso de la telefonía celular, evidenciado en el crecimiento vertiginoso del número de usuarios (16 por ciento de la población colombiana), la aparición de un tercer operador (Colombia Móvil), los cambios de propiedad en BellSouth, y la variedad de servicios y tecnologías disponibles en el mercado, entre otros factores, puso contra las cuerdas a los operadores de telefonía fija.

Para muchos usuarios resulta más conveniente un plan celular con minutos de hasta 35 pesos en ciertas condiciones, que las tarifas de 70 pesos por impulso en la telefónica local. La misma forma de cobrar basada en impulsos (tres minutos) y no en minutos o segundos, como se cobra en la telefonía móvil, ha causado un impacto enorme en el mercado. La ministra de Comunicaciones, Martha Pinto de De Hart, señaló que en menos de dos años se ha incrementado en cerca de un 50 por ciento el número de teléfonos móviles en el país, y empieza a presentarse un fenómeno conocido como FMS (Fixed to Mobile Substitution), que significa el reemplazo total del teléfono fijo por uno celular.

En Colombia existen operadores telefónicosde mucha tradición y fortaleza organizativa, como ETB, EPM y Telecom, que naturalmente no van a quedarse de brazos cruzados presenciando lo que podría ser su propio funeral. Probablemente es ETB (Empresa de Teléfonos de Bogotá) la que reaccionó con mayor audacia ante la nueva coyuntura y sorprendió a los analistas del sector con varios anuncios a lo largo del último año que demuestran cómo se prepara para enfrentar la competencia. Claramente ha optado por enfocarse en ofrecer servicios de valor agregado, que hoy sólo representan el 5 por ciento de sus ingresos, puesto que el resto proviene de la telefonía local y de larga distancia. La jugada más notable la realizó en asocio con EPM (Empresas Públicas de Medellín) y fue la creación de Colombia Móvil para entrar a competir en el sector que le amenazaba. La marca OLA ingresó con grandes expectativas al negocio celular y a pesar de los conocidos problemas técnicos y de soporte que padeció al principio, registra un notable crecimiento, con casi un millón de suscriptores. Otra jugada notable fue el ingreso al sector de la banda ancha mediante la tecnología Adsl, que le permite utilizar el tendido de red de cobre de que dispone en la capital para ofrecer conexiones a Internet a alta velocidad, tanto para el mercado domiciliario como para las Pymes. Y finalmente, su presencia en el sector de banda ancha y de comunicaciones y su trayectoria en el mercado le permiten pensar en servicios de valor, como el empaquetamiento de datos y todo lo relacionado con la llamada convergencia (confluencia de diferentes servicios a través de una misma red de comunicaciones), así como la expansión posible hacia otras regiones del país. Dentro de este plan, su paso más revolucionario es quizás el reciente anuncio de introducción de la telefonía IP, algo que a primera vista podría parecer una autofagia, ya que la telefonía IP es clara amenaza y alternativa para la telefonía alámbrica. Transmitir la voz a través de la red de Internet en lugar de los medios telefónicos convencionales resulta claramente más económico, razón por la cual miles de empresas en el mundo están migrando hacia esta tecnología. ETB está entre los primeros operadores del mundo que se lanzan a ofrecer este servicio a suscriptores domiciliarios, en detrimento de su propio servicio a través del par de cobre. Pero es una apuestainteligente hacia renglones más promisorios.

EPM le ha apostado fuerte de tiempo atrás a estrategias Internet, aunque no cuenta con un servicio de banda ancha todavía. Su negocio de larga distancia está desagregado, en manos de Orbitel, en donde tiene socios privados y la cual ha anunciado también su incursión en el campo de los servicios de convergencia. Orbitel fue la primera en ofrecer servicio de telefonía IP para el sector corporativo, en un anuncio que causó revuelo el año pasado.

Colombia Telecomunica-ciones, por su parte (la antigua Telecom) busca la manera de ingresar al sector de la telefonía móvil, un mandato obligado si se quiere subsistir en el negocio. Se ha especulado acerca de la posibilidad de un cuarto operador, en el cual Telecom entraría como protagonista y se sabe que ha buscado acuerdos con otras empresas para hacer alianzas en este campo.

Las llamadas nacionales cayeron el año pasado en casi el 18 por ciento, según la Comisión de Regulación de Telecomunicaciones, como impacto claro del ascenso de los móviles. El servicio de larga distancia internacional se ha mantenido pero a costa de una baja sensible en las tarifas, lo que mengua los ingresos de los operadores. El sector corporativo empieza a poner sus ojos en Telefonía sobre IP, que es más económica, y todo esto hace evidente que el negocio telefónico tradicional, tal como lo hemos conocido hasta ahora, no tiene futuro en empresas que quieran el crecimiento y la expansión continua. Por eso los operadores mencionados están dando los pasos que están haciendo.

El negocio móvil, entre tanto, se frota las manos ante el apetitoso pastel que está masticando. Los estudios más conservadores estiman que en tres años la penetración estará por encima del 30 por ciento, que es menos que la penetración actual en países vecinos como Venezuela, Perú o Chile. Esto significa cerca de ocho millones de futuros nuevos suscriptores que se disputarán OLA, BellSouth y Comcel. Y un hipotético cuarto operador que podría ingresar. El mercado tiene espacio para él, aunque los operadores actuales digan lo contrario.

Este negocio se ha vuelto interesante para compañías multinacionales que han visto en Colombia un mercado en expansión. Actualmente la participación en la telefonía celular colombiana está distribuida de la siguiente manera: BellSouth, el segundo operador en tamaño, que utiliza una red Cdma, pasó hace algunos meses a manos de Telefónica Móviles, la compañía española que posee la mayor participación en el mercado latinoamericano de telefonía móvil. Próximamente habrá cambio de marca y nuevos productos de este operador, que probablemente asumirá el nombre de Telefónica, para unificarse con el resto de negocios de la compañía en Latinoamérica. Comcel, que utiliza una red GSM, es propiedad de América Móvil y Telmex, y es el operador celular más grande del país, con la mitad del mercado. OLA, única de las tres compañías con capital enteramente nacional, cuenta con cerca de un millón de abonados y opera una red GSM.

El sector de telecomunicaciones en el país es altamente competido. Hay tres operadores de telefonía móvil, uno de telefonía trunking (Avantel) y tres grandes operadores en el sector fijo de larga distancia (ETB, EPM y Telecom). Todos ellos se aprestan para no solamente competir entre sí, sino afrontar los retos que traerá el escenario que finalmente se conforme tras el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que podría también modificar otra vez los paradigmas del sector.