Especiales Semana

La cita anual

Así ven el reinado Pilar Castaño y Ana María de Cano, dos periodistas veteranas en el cubrimiento del Concurso Nacional de la Belleza

13 de diciembre de 1993

La cita anual
PARA LOS PERIODISTAS, LA cita anual en el cubrimiento del Concurso Nacional de Belleza en Cartagena conlleva un sinnúmero de afanes y anécdotas que nadie conoce pero que son dignas de contar. Dos de las más destacadas figuras de los medios de comunicación, Pilar Castaño, en televisión, y Ana María de Cano, en prensa, contaron a SEMANA cómo es el cubrimiento de este certamen que cada año atrae la atención de la opinión pública.

"VAMOS A LO QUE VAMOS"
Este fue el noveno año de Pilar Castaño como presentadora y periodista del Concurso Nacional de Belleza. Y fue el más pesado de todos por el grupo tan numeroso de candidatas. Sin embargo, cuando ella supo que esta edición sería bien difícil por la cantidad de participantes, hizo sus maletas con más ganas y repitió el nombre de su programa de televisión: " Vamos a lo que vamos".
Según Pilar, el reinado es el evento más trascendental para los medios de comunicación. "Es el único programa nacional al que los noticieros empiezan a darle cabida dos meses antes. Le asignan corresponsales especiales, lo cual no se hace ni con un viaje del Presidente al extranjero, para el que envían gente de la misma nómina del noticiero", dice la presentadora y periodista de televisión, quien lo vive, lo disfruta y lo padece cada año con mas intensidad pero también con mayor experiencia. Esta vez, Pilar tiene a Fernando González Pacheco, como compañero de presentación del certamen. Cuando le preguntaron si eso significaba un reto para su carrera, contestó:"No es un reto... Es un gusto". Porque Pacheco, para Pilar Castaño, es, además del "primer hombre de la televisión, un padre y un respaldo". Reconoce que haber trabajado varios años con Jairo Alonso como parejo en la transmisión del reinado fue grato,porque lo considera un profesional sólido, que conoce su trabajo. "Pero tenemos estilos muy diferentes. Y realmente hay que hablar el mismo idioma y estar muy de acuerdo para hacer una buena labor ".
La anécdota que más recuerda de sus transmisiones del Concurso Nacional de Belleza es la de hace tres años cuando el director del evento, Gustavo Restrepo Camacho, resolvió que Pilar estuviera sola en una tarima alejada del escenario. Y le tenía rotundamente prohibido improvisar. Cuando entraron en vivo y en directo para el país, se presentó un corte de energía. Entonces Restrepo Camacho empezó a gritar desesperado: "Que hable Pilar!". Seguramente sabía que, a pesar de haber dudado de su capacidad para improvisar, era la única que lo podia sacar del lío frente a millones de televidentes colombianos. "Me agarré de Dios y dije:
Nos fuímos! Entonces comencé a hablar del fucsia, del verde pastel, de la bilirrubina, de todo lo que se me ocurrió". La transmisión salió adelante sin problemas. Ella sabía lo que significaba el impase para RCN Televisión. Y el propio Pacheco le dijo aterrado después: "Te jugaste tu carrera". Pero, por el contrario, ella considera que esa es la clave del éxito: "No me tomo tan en serio, no hago nada trascendental y, si algo muy difícil se viene, siempre voy para adelante y trato de no perder el control sobre la marcha".
La presentadora asegura que cada año las candidatas son el reflejo del país. Lo dice con la seguridad de quien ha visto el reinado de cerca y por varios años consecutivos. "Un año aparecen disciplinadas, sin celulitis, no fuman, hacen ejercicio, son buenas deportistas y cumplen con un régimen alimenticio. Pero al siguiente ve uno que todo el grupo es igual: pieles más bien flácidas, sin control de las comidas diarias y mal preparadas en el caminar o en sus respuestas a la prensa. El estado de las participantes cada año es un buen termómetro para saber el estado del país y de su gente. En especial de la gente joven". Pilar asegura que está visto que ahora las candidatas no se preparan únicamente para ganar un título. "Ellas saben que hacerse acreedoras a la corona de Señorita Colombia es una plataforma de lanzamiento a la fama y a la popularidad. Es un puente para llegar a la televisión, lo cual es, en mi concepto, el sueño dorado del 95 por ciento de las mujeres en Colombia... Entrar a esa cajita de fantasía y poder".

"ES UN TRABAJO EN SERIO"
Este año, como jurado del Premio Nacional de Periodismo "Simón Bolívar", Ana María de Cano, de El Espectador, tuvo la oportunidad de analizar con algunos de sus compañeros el trabajo que le toca a un periodista que va a un evento como el Concurso Nacional de Belleza. Su conclusión es que "los periodistas 'serios' están equivocados en creer que el cubrimiento del reinado es asunto liviano y de poca trascendencia. Realmente yo no conozco un país donde un certamen como el de Cartagena adquiera tanta audiencia. Todo el país lo ve".
En su opinión, si se analiza sociológicamente el fenómeno del reinado hay que admitir que es un evento impactante entre los colombianos. "No considero apropiado que las directivas de los medios de comunicación en el país envíen periodistas inexpertos a Cartagena. Me parece que eso es perder la visión de lo que significa, para los colombianos, este certamen que cada año toma más fuerza y que se ha convertido en la cima obligada de todos cada Noviembre". Según la periodista, mucho más allá del maquillaje, de los brocados y de las piernas esbeltas, periodísticamente el reinado implica la oportunidad de llegar a un mayor número de lectores -o televidentes o radioescuchas- que en todas las épocas del año.
Para Ana María de Cano, una mujer con un destacado lugar en el periodismo nacional, el cubrimiento del evento significa "una experiencia interesante, positiva y amena". Además, es una convencida de que se trata de una labor de altísima responsabilidad en el manejo de la información."Quien está metido en este trabajo sabe que, aunque a muchos les parezca superfluo, un leve comentario malintencionado puede acabar con la imágen de una niña participante". Y señala que estas jóvenes que se han preparado con tanto esmero para participar en el Concurso Nacional de la Belleza merecen un trato respetuoso. Por eso un periodista, o una periodista principiante, no puenden ir a ese fogueo tan difícil sin la mano correctora o la guía de un veterano, o, por lo menos, de experiencia que controle su labor. Con todo, cubrir un reinado en Cartagena no deja de ser una aventura emocionante de competencia, esfuerzo y agilidad.
Las anécdotas surgen cada año, como la que vivió Ana María en 1992. Ya en Cartagena, localizada en el hotel, la llamaron de urgencia para avisarle que su hija Ana María iba a da luz. De inmediato empacó sus maletas y regresó a Bogotá. Cuando llegó, le dijeron que había sido una falsa alarma. Sin embargo, otro de sus nietos, que se adelantó en las cuentas, nació tres días después. Eran los nietos nueve y 10.
La primera vez que Ana María viajó a Cartagena para cubrir un reindo fue en 1978. "Cuando Inés de Montaña me dijo que yo iría, creí que me moría". Pero considera que, a estas alturas, puede sobrevivir a todo lo que suceda en un reinado... "Menos a la patanería", agrega. Una vez resolvió irse a pie en el desfile de carrozas hasta la gobernación a donde estaba invitada a la recepción. Al llegar estaba desbaratada, estrujada, pisoteada y despelucada. "Al gobernador casi le da un infarto", cuenta. También dice que desde cuando fue por primera vez al concurso mucho ha cambiado. "Realmente ya no hay afán de 'chivas' en el concurso, porque la agilidad de la radio y la televisión no les permite a los periódicocos publicar nada anticipado. Y la presencia de avances, como el fax o el computador permiten introducir un comentario o una noticia de una manera muy rápida y eficaz". Finalmente concluye sobre el Concurso Nacional de Belleza: "Es un espectáculo único en el mundo. Lo he visto desde la gobernación, desde las ventanas más altas, desde los andenes, desde las murallas, y cada vez me parece más lindo. Entre otras, porque cada año está mejor organizado hay más posibilidades de trabajar y disfrutarlo".