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La Costa busca su norte

Si los ocho departamentos de la Costa Atlántica quieren aprovechar los beneficios del comercio internacional y el ser la puerta de Colombia deben dejar de trabajar aisladamente e integrarse como región. Panorama de una zona de contrastes.

29 de septiembre de 2003

La Costa Atlantica es una región de extremos, de rica cultura y bellos paisajes, que atraen a los turistas y a los empresarios, pero en la que el grueso de su población vive bajo serias condiciones de pobreza y atraso.

El Caribe colombiano, conformado por ocho departamentos, entre ellos un territorio insular que posee un gran potencial y riqueza, tiene empresas de servicios, industria, comercio, telecomunicaciones, modernos puertos, confecciones y diseño, carbón, gas, turismo, agricultura, ganadería y mucho talento, pero también los peores indicadores sociales y económicos de una región sumida en el subdesarrollo, que se ve reflejado en su más grave problema: la pobreza.

De estas tierras son Gabriel García Márquez, Julio Mario Santo Domingo, Shakira, Carlos Vives, Jorge Villamizar, Silvia Tcherassi, Efraim Medina, entre muchos otros famosos y anónimos costeños que hacen parte de la extensa lista de talentos fugados y perdidos. También cuenta con la segunda ciudad más corrupta del país: Barranquilla; una de las más altas tasas de desempleo; una difícil situación de orden público; los peores estándares de cobertura y calidad en servicios públicos, educación, seguridad social y un extenso panorama de ingobernabilidad.

Mucho se ha hablado del Caribe como una sola región pero, a pesar de los proyectos y estudios que demuestran la importancia de integrarse, todos trabajan por su lado. "La Costa tiene en común su ganadería, su cultura y su pobreza", comenta el economista y gerente del Banco de la República en la Costa, Adolfo Meisel Roca, al analizar los pocos puntos de encuentro regionales. Tal vez por este motivo en las últimas décadas no se ha vuelto a hablar de la región Caribe, en buena parte porque su dirigencia política, la clase empresarial, gobernadores y alcaldes han decidido tomar sus propios caminos, unos equivocados, otros exitosos. Para el economista Alberto Abello, director del Observatorio del Caribe, el centro de estudios más importante de la región, esos intentos de integración regional -como el Corpes y Telecaribe- naufragaron por la competencia que les impusieron la apertura económica y la globalización de la economía.

"La globalización lanzó a competir a las tres más importantes ciudades: Barranquilla, Santa Marta y Cartagena, cuando podían ser parte de una gran cadena, en la que cada una se especializara y a la vez se complementaran en servicios como los puertos y el turismo", agrega Abello. Ahora, si se mira el margen de maniobra de las principales ciudades, es muy poco lo que se encuentra: departamentos y municipios en Ley 550, con recursos amarrados, alta dosis de corrupción, una disminución ostensible de la actividad industrial y comercial, con el consecuente retroceso en la calidad de vida de sus habitantes.

Según el Observatorio del Caribe la pobreza medida por el nivel de ingresos muestra un aumento significativo en los últimos años de la década de los 90. De cinco millones de personas (60 por ciento de la población de la región) en estado de pobreza en 1997 se pasó a 5.772.782 en 2000, es decir, que dos de tres habitantes de la región se encuentran por debajo de la línea de pobreza. Muy a pesar de la evidencia de la problemática no hay esfuerzos comunes para combatirla.

Un factor que ha incidido en ese aumento de la pobreza ha sido el desplazamiento por el conflicto armado interno, que ha llevado a miles de desplazados a las ciudades, que en últimas le han dado la espalda a este fenómeno.

Ese reflejo es evidente a la hora de encontrar la respuesta sobre el norte que busca la región para solucionar sus problemas más graves. El empresario Arnold Gómez, presidente del Comité Intergremial de la Costa responde que "hay una gran distancia entre empresarios, gobiernos locales y congresistas. No hay identificación de proyectos comunes ni una idea clara de hacia dónde debe ir la región". La dinámica de la zona se debe en buena parte a esfuerzos aislados de ciudades, empresarios y su gente, que se resisten a entrar en el conformismo de muy pocos.

Adolfo Meisel añade que no hay una región política, "en la Constitución de 1991 no quedó como algo importante. Se fortalecieron los municipios, y muy a pesar de que se tienen sectores como el carbón y el gas, las regalías no surten su efecto en el desarrollo, no se invierte en capital humano".

Así no haya un espíritu de región cada ciudad tiene su proyecto propio y está especializándose en algo. Santa Marta defiende su vocación turística y su tradición exportadora de banano, carbón y palma africana. Cartagena, a pesar de las prevenciones internacionales, se mueve entre la dinámica de un pujante sector empresarial y el siempre vivo atractivo turístico de su encanto. Barranquilla se mantiene como epicentro de la industria y el comercio, con una zona franca que ofrece oportunidades. La Guajira, con el empuje del carbón y una reserva de gas, sigue siendo el puente entre Venezuela y el Caribe colombiano, y Sucre y Córdoba en una transición hacia la agroindustria.

Una de las virtudes es que en la región hay mucho talento y creatividad, que han generado iniciativas productivas y exportadores que están a la vanguardia de los más exigentes mercados internacionales. El panorama que se encuentra son islas compuestas por industriales, académicos, artistas y dirigentes que piensan en el Caribe del siglo XXI de un modo diferente.

Lo que ofrece la Costa

El principal atractivo de la Costa para los inversionistas son sus tres puertos sobre el Caribe y su posición geográfica. Cartagena ha avanzado muchísimo como el principal puerto exportador e importador del país, con un sector petroquímico estratégicamente ubicado en la zona industrial de Mamonal. Barranquilla, por su parte, pese a las dificultades de acceso a su puerto, se mantiene con un importante movimiento exportador e importador de materia prima, Santa Marta con un puerto privilegiado en el que se mueve carga a granel de carbón, banano y derivados de palma africana y una industria carbonífera, como la de La Guajira, que ha despuntado en los últimos años.

También se encuentra que el factor logístico sigue siendo relevante para la ubicación de empresas en la zona, la cercanía a los puertos, la percepción de seguridad -a pesar de ciertos lunares-, la cultura y la calidad de vida. "Nuestros puertos siguen teniendo un lugar estratégico para el comercio industrial, que quedan a pocas horas o días de los países del Caribe, Centro y Norteamérica", señala Tatiana Orozco, directora de Probarranquilla, una entidad que promueve a La Arenosa como un sitio adecuado para el montaje de nuevas industrias en la cuenca del Caribe.

Actualmente las expectativas son grandes frente a la recuperación de la economía y a las negociaciones del gobierno colombiano con el Alca y los acuerdos bilaterales. Sin embargo esta oportunidad de negocios puede verse perdida cuando se miran los niveles de competitividad que tiene el Caribe frente a otras regiones del país e incluso otras naciones de la zona. Aparte de la pobreza, los servicios públicos, los niveles de cobertura y calidad de la educación preocupan de cara a la oferta de mano de obra de los costeños.

"Es importante insistir en mejorar la calidad de la educación", agrega Roxana Segovia, directiva de la Fundación Mamonal y de la Andi Cartagena, para quien es una prioridad que las ciudades del Caribe preparen a sus gentes para el desafío que representa competir en el mercado mundial.

Cambia Cartagena

Quizá la ciudad que más se ha comprometido con su desarrollo es Cartagena. La expectativa es grande de cara a su compromiso como sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2006. "Hemos visto este certamen como una oportunidad para el desarrollo de la ciudad", anota Silvana Giaimo, secretaria de Planeación de la ciudad, quien ha diseñado una estrategia que permitirá no sólo la adecuación y construcción de escenarios deportivos, sino que también ha logrado comprometer recursos y esfuerzos de los gobiernos nacional y distrital para la realización de obras como el Transcaribe (el Transmilenio de La Heroica), el saneamiento de los cuerpos de agua y el mejoramiento del entorno, que conviertan a Cartagena en un mejor lugar para vivir.

Para lograr el apoyo nacional la ciudad ha avanzado en un proceso de saneamiento fiscal que le ha abierto nuevamente, después de una década de crisis, las puertas del sector financiero, con lo que han conseguido recursos para la financiación de obras como el Emisario Submarino con un crédito del Banco Mundial por más de 100 millones de dólares y el Transcaribe por 60 millones de dólares-.

En lo social también se han dado algunos avances, como el mejoramiento de la cobertura en la educación, que hoy llega a 95 por ciento de la población estudiantil y que le han merecido el reconocimiento del Ministerio de Educación como la ciudad que más ha avanzado en esta materia en todo el país.

Giaimo explica que "2006 es una escala de lo que queremos que sea la ciudad en 2011", año en el que se conmemoran los 200 años de independencia de este municipio, que está comprometido en ofrecer una mejor calidad de vida a sus habitantes y turistas pero que ve en los desplazados un enorme reto para solucionar.

Por su parte, Valledupar es una ciudad construida en los últimos 50 años con los excedentes agrícolas del rico Valle de Upar. De lejos, por la calidad de sus servicios públicos, por el comportamiento ciudadano, por la arborización, por el espacio público, por el ejercicio continuado de la planeación, es un caso interesante de estudio entre las ciudades del Caribe.

Engeneral, la Costa debe definir un norte, por lo menos si quiere aprovechar los beneficios del mercado mundial y de ser la puerta de entrada de Colombia. Es el reto que se debe afrontar para beneficio de sus habitantes y del país. En las siguientes páginas hay una muestra del esfuerzo que miles de personas están haciendo para construir una mejor región.