Especiales Semana

La fuerza transformadora

Las mujeres como líderes sociales, administradoras de recursos y emprendedoras son claves en la transformación de su entorno.

Angie Palacio*
20 de noviembre de 2010

Dicen que las mujeres son multiplicadoras de ideas y conocimiento. Tal vez por eso han mantenido en la historia un alto nivel de influencia en el desarrollo de la familia y la comunidad, pues son las responsables del bienestar y las agentes de transformación social.

Para la muestra, un botón. En la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, el 53 por ciento de los funcionarios son mujeres y lideran tres de sus más importantes programas: Familias en Acción, dirigido por Rita Combarías; Familias Guardabosques, por Nuris Esther Obregón, y Sandra Alzate, al frente de Cooperación Internacional.

Martha Lucía Vásquez, ex consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, explica que las mujeres generan más confiabilidad no solo como líderes, sino como administradoras de los beneficios. “Por eso, en programas como Familias en Acción, las madres son quienes reciben el recurso”. De los 2.500.000 subsidios que se entregan, ellas reciben 2.300.000.

De esas madres beneficiarias, 20.000 son líderes que ayudan a operar el programa y que, según Diego Molano Aponte, director de Acción Social, “son trasformadoras de sus municipios. Comenzaron siendo actores de la cocina y ahora son actores de la comunidad: organizan ferias, procesos educativos, hacen reclamaciones e informan sobre los pagos”.

En la estrategia Juntos para la Superación de la Pobreza, otro de los programas de la Agencia, de los 8.000 cogestores sociales, 5.500 son mujeres que promueven el apoderamiento de las familias y ayudan a generar resultados de trabajo.
Actualmente, del programa Familias Guardabosques el 77 por ciento de los pagos se hacen a las mujeres porque, en palabras del funcionario, “han sido más eficientes para usar ese dinero en comprar tierras y abrir proyectos productivos; lo que buscamos es la capitalización”.

María Isabel Echeverri, directora de la Fundación Belcorp, asegura que las cualidades femeninas de entrega a la sociedad tienen que ver con su naturaleza como creadora y protectora de vida. Y apela a estudios realizados por la Corporación que demuestran que una de las razones por las que la mujer genera más cambios en su entorno es porque reinvierte el 90 por ciento de sus ingresos en la familia.
 
“Los beneficios deben estar enfocados a ellas porque la pobreza en Colombia tiene rostro de mujer, pero también por su responsabilidad, la toma de decisiones de inversión claves para la familia y la generación de capital social”, concluye Diego Molano, director de Acción Social.

Es un lastre histórico

Para Nancy Prada, investigadora del Grupo Interdisciplinario de Es-tudios de Género, el trabajo social es una extensión de las tareas de cuidado y asistencialismo a las que siempre se ha dedicado la mujer. “Esta visión de guardiana del bienestar de la sociedad hace parte de la carga que se le asigna por su condición sexual, y no está mal, pero es un rol que se tiene que mirar con ojo crítico, porque no es tan emancipador como parece y se puede prestar para reubicarla en el espacio doméstico”.

Martha Lucía Vásquez dice que en Latinoamérica a la mujer hay que reconocerla como pilar de la sociedad, pero también es necesario entender que por esa visión cultural se han incrementado las cargas que obstaculizan la equidad de género, como los hogares con jefatura femenina: actualmente el 31 por ciento en Colombia.
 
*Periodista