Especiales Semana

La hora de la consolidación

Las entidades financieras lograron fortalecer en 2002 sus utilidades y su buen desempeño. A pesar de que están saliendo de la crisis, aún les falta mucho por hacer. Este será el año de la consolidación.

23 de febrero de 2003

Tras un difícil período a la espera de que la economía colombiana saliera de la recesión y volviera a crecer, los bancos y entidades financieras del país parecen haber retomado de nuevo su vigorosidad y consolidación.

Por lo menos así parecen demostrarlo los resultados del sector financiero, que en 2002 llevaron a la mayoría de entidades a dejar de nuevo en negro la mayoría de indicadores que los tenían en una difícil situación, pues sólo entre 1998 y 2000 habían acumulado pérdidas por siete billones de pesos, el crédito estaba prácticamente estancado, lleno de miles de morosos y de bienes en dación de pago.

Después de lograr cambiar esa tendencia negativa en 2001, cuando el sector en su conjunto arrojó ganancias por 297.000 millones, y de enfrentar momentos difíciles en 2002, como la incertidumbre del fin de los diálogos de paz, las elecciones, la disparada del dólar y la crisis de los TES, al cierre, el año no pudo ser mejor.

En general, el sector registró utilidades por 1,1 billones de pesos, que fueron generados en su mayoría por las entidades privadas nacionales con 873.900 millones, seguidas por las públicas de primer piso que obtuvieron utilidades por 223.5000 millones y por las cooperativas con 19.700. Las que no tuvieron un buen año, sobre el papel, fueron las empresas con capital foráneo.

Para Patricia Cárdenas, presidenta de Asobancaria, las cifras de 2002 muestran que "el sector financiero ha ido consolidando su proceso de recuperación. El mejor desempeño de la cartera, la recuperación de la rentabilidad y la diversificación de ingresos son aspectos que prueban esto. Sin embargo no es tiempo de dormirse en los laureles, pues la actividad crediticia aún tiene mucho camino por recorrer".

Por su parte Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente del Grupo Aval, reconoce que la mejora en los indicadores de salud del sector, como calidad de la cartera, cubrimiento y solvencia, unidos a la reactivación del crédito y al retorno de las utilidades no sólo hicieron que el sector financiero soportara y saliera de la crisis, sino que salvaron a la banca estatal.

Y si bien las cifras son alentadoras, aún están distantes de las registradas en los años anteriores de la crisis del 98, lo que demuestra que los bancos y entidades financieras tienen mucho por hacer.

Fernando Tenjo Galarza, miembro de la Junta Directiva del Banco de la República, cree que la recuperación importante de las utilidades del sector, motivada en buena parte por la diversificación de fuentes de negocios y de inversiones demuestra que está saliendo de la crisis, y que en el futuro lo importante es que los bancos hagan lo que saben hacer: prestar dinero. Si se dan estas y otras condiciones, el sector puede repetir los buenos resultados vistos en 2002.

Recuperacion propia

Si bien la construcción, el aumento del consumo interno y del crédito fueron factores importantes, la recuperación de la rentabilidad de los bancos se debió en gran medida a la capacidad de las entidades de controlar sus gastos bancarios, entre los que se destacan los de intereses (que se pagan sobre los depósitos de los ahorradores), los gastos administrativos, los de provisiones y el pago de impuestos.

Precisamente la reducción del pago de intereses se explica por la caída en el ritmo de crecimiento de los depósitos de los usuarios, que pasaron de crecer a tasas cercanas del 25 por ciento en 1996 a tasas del 8 por ciento en 2002.

Es por eso que en el último año los bancos registraron una interesante recomposición de la forma como obtienen los recursos para prestar, debido a las preferencias de los usuarios por dejar su dinero en cuentas de ahorro y cuentas corrientes frente a la tradicional constitución de CDT, que de todas formas sigue siendo la principal fuente de financiación de los bancos, con 21,5 billones entre diciembre de 2000 y diciembre de 2002.

De todas formas, los depósitos a través de las cuentas de ahorro aumentaron en 3,5 billones, hasta alcanzar los 20,9 billones al finalizar 2002. Las cuentas corrientes también crecieron en 1,2 billones, y llegaron a 11,8 billones en diciembre pasado.

Este cambio de tendencia de los depositarios, unido a las bajas tasas de interés, ayudó en el comportamiento final de los bancos, que debieron gastar menos en el pago de intereses, ya que las cuentas de ahorro y corrientes reciben un menor dividendo que los CDT.

Otra razón importante de los buenos resultados es la disminución de los costos administrativos, que en 2002 llegaron a 195.000 millones de pesos, de los cuales 134.000 millones corresponden a gastos de personal y 61.000 millones de pesos en costos indirectos.

Año decisivo

Sin duda, los próximos meses serán decisivos no sólo para la economía colombiana sino para el sector financiero. Jorge Londoño, presidente de Bancolombia, está viendo este año con esperanzas, pues en la medida en que la economía logre incrementar su crecimiento, el consumo interno siga aumentando, y algunos sectores importantes como la industria y el Atpa, ayudarán a mejorar la demanda de los créditos.

Algo similar opina Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente del Grupo Aval, quien dice que "desde que se mantenga el resurgimiento de la confianza en el país, el sistema financiero deberá constituirse en la espina dorsal de la recuperación económica. Específicamente la construcción debe demandar los mayores recursos a la banca. En segundo lugar, aquellas industrias que producen bienes para la exportación y con suerte, el turismo interno podría llegar a generar suficiente demanda para incentivar la recuperación de hoteles y zonas de recreación".

En contra está que justo en el momento en que está empezando a salir de una de sus peores crisis, el sector financiero está siendo cargado con una fuerte presión tributaria que puede comprometer su recuperación. Como consecuencia de las últimas reformas fiscales, la relación de impuestos totales a utilidades pasó de ser un 31,2 por ciento en diciembre de 1996 a 47,9 por ciento a finales del año pasado, según cálculos de Anif. La situación también es delicada si se le mira en relación con el patrimonio. Los impuestos pasaron de 6,4 por ciento en 1996 a 10,3 por ciento el año pasado. A esta carga también se le debe sumar el impacto negativo que ha traído el impuesto del 3 por mil.

Si bien la reciente oleada terrorista y un probable recrudecimiento del conflicto podrían afectar el desempeño de la economía, expertos consideran que no debería llegar hasta el sector financiero, que ya ha vivido muchos años bajo está situación.

Luis B. Juango Fitero, presidente del Bbva-Banco Ganadero, cree que en los próximos tres años la banca colombiana deberá esforzarse por satisfacer las necesidades de los clientes, ser más eficiente y hacer fuertes inversiones en tecnología. Pero lo más importante es que se deberá dar una consolidación (por compra, fusión o desaparición) pues no es lógico que el banco más grande de Colombia ocupe el puesto 56 en América Latina.

Ahora bien, más allá de lo que ocurra este año, hay un tema que a varios expertos les preocupa: el futuro de la banca en el largo plazo. En una región a la que cada vez llega menos inversión extranjera y con bancos foráneos en retirada, la pregunta es de dónde va a salir el dinero para suplir los requerimientos de recursos en caso de que la economía se reactive plenamente. Necesariamente tendrá que salir del mercado interno, y para eso se requiere que el país piense en la banca que debe tener y tome las medidas pertinentes.

Por ahora, las condiciones están dadas para que los bancos y las entidades financieras se consoliden y crezcan en los próximos meses y años, y logren llegar a más usuarios con mejores servicios.