Especiales Semana

LA MAGIA DEL COLOR

9 de diciembre de 1996

Ese día, a las 7:45 de la mañana, las puertas del Salón Cartagena del Hotel Hilton se abrieron. Uno a uno fueron ingresando los invitados, los maquilladores, los periodistas, los organizadores y las candidatas que, esta vez, estaban de cola de caballo, tenis, camiseta y sin una gota de maquillaje. Fueron ocupando las sillas del gran salón a medida que escucharon sus nombres. Junto a una gran mesa, con un maletín negro atiborrado de maquillaje, estaba la persona encargada de lograr una asombrosa transformación de sus rostros.Fueron 15 minutos por cada candidata en los cuales los colores ciruelas, moras, uvas y púrpuras se adueñaron de sus rostros. Primero fueron el corrector, la base, los polvos traslúcidos y el rubor en los pómulos. Luego siguieron las sombras, el delineador y la pestañina para enfatizar los ojos, después las cejas, la boca y, finalmente, una capa de polvos para sellar el maquillaje. Y en ese momento, cuando cada candidata estaba totalmente maquillada, definitivamente ya ninguna era la misma joven que a las 7:45 de la mañana había ingresado al Salón Cartagena de tenis, cola de caballo, camiseta y sin rastros de labial, sombras y rímel. Todo ello gracia a la magia de los colores y el ingenio de los maquilladores.