Especiales Semana

LA NUEVA POLICIA DE COLOMBIA

1 de diciembre de 1997

Dentro de muy pocos meses, de los 1.782 uniformados que trabajan en el edificio de la Dirección Nacional de la Policía en áreas logísticas, administrativas o financieras sólo 100 continuarán con su labor. Los demás, según instrucciones impartidas por el alto mando, regresarán a las calles de las diversas ciudades de nuestro país para ocupar un lugar mucho más productivo para Colombia.Esos 100 uniformados, sin embargo, no ocuparán los mismos lugares del organigrama rígido, piramidal y jerarquizado en 17 pisos que ha caracterizado a las empresas del pasado. Estos hombres, dentro de un esquema de tres pisos más eficiente que abolió la burocracia y que actúa en razón de metas comunes, darán inicio a una nueva generación de policías que protegerán a la ciudadanía en el próximo milenio.Una nueva generación que desvirtuó la imagen negativa que tenía la institución y que ahora, de la mano del conocimiento y la tecnología, hará posible una verdadera transformación."Todo cambio implica necesariamente tener buenos conocimientos y por eso los oficiales de la Policía del siglo XXI deberán contar con otra profesión. De esta forma los abogados, los administradores, los economistas, serán los futuros jefes de la Policía", aseguró el general Rosso José Serrano Cadena, director de la Policía Nacional. Siguiendo esa premisa la institución inició una serie de convenios con diversas universidades del país con el fin de capacitar a sus hombres en diferentes áreas, como la telemática y la informática, la administración y el desarrollo gerencial, entre otras. Así mismo, firmó convenios con países como España, el Reino Unido, Francia, Estados Unidos y México, entre muchos otros, para que allá, en las mejores universidades, adelanten estudios en criminalística e inteligencia, campos de gran importancia para el país. Dentro de la nueva estrategia gerencial-policial los hombres que posean capacidades y conocimientos ganan posiciones y cargos que antes se ocupaban por antigüedad y jerarquía. De esta manera, partiendo de un equipo con una formación sólida, la Policía empieza su era de cambio: primero escucha las necesidades de la ciudadanía y, con base en eso, diseña una gestión integral a través de procesos dentro de un esquema eminentemente gerencial que piensa en el cliente interno (el policía) y el cliente externo (la ciudadanía)."En este tema, la incorporación va a jugar un papel definitivamente importante, afirma el director de la Policía. Si en las filas de la Policía hay hombres y mujeres con vocación, habilidades y destrezas para servirle al país, este cambio, sin duda, será posible".Hasta ahora se están llevando a cabo varios proyectos dentro de lo que se denominó Plan de transformación cultural, los cuales, en los últimos meses, han arrojado muy buenos resultados. El Foro de presidentes de la Cámara de Comercio, por ejemplo, es el nombre de un proyecto que busca concientizar a los empresarios de la necesidad de diseñar una estrategia en unión con la Policía Nacional para que las empresas no solo formen buenos funcionarios sino también ciudadanos ejemplares. Otro programa, el Consorcio ciudadano para el cambio, arrancó con un proyecto denominado 'Plan Dorado', que logró, entre otras cosas, convocar a todas las personas que prestan algún servicio en el aeropuerto Eldorado, y con ellas creó un plan de trabajo para ofrecerle un mejor servicio a la ciudad. El plan estudió los problemas que normalmente se presentaban en seguridad, información, ética y disciplina y, a partir de eso, desarrolló estrategias. Así mismo, la Dirección de la Policía reunió a un grupo de 80 mujeres para que fueran ellas quienes iniciaran un plan nacional para la recuperación de la conciencia ciudadana, el cual desarrolla programas en diferentes campos como el empresarial, el residencial, el educativo y el del tránsito a lo largo y ancho del país.Todos estos programas, sin embargo, no serán los únicos. Con el tiempo el abanico de proyectos se irá ampliando para garantizarle al país una verdadera convivencia. Y así las cosas, al nuevo siglo llegará una Policía que en palabras del zar antidrogas de Estados Unidos, Barry McCaffrey, en su pasada visita al país, se fortalecerá como una de las mejores del mundo. HLos hombres de InteligenciaDespués de la captura y muerte de Pablo Escobar, uno de los hombres más perseguidos en todo el mundo, lo único que quedaba claro para la Policía Nacional era que debía diseñar una nueva estrategia para desmantelar el segundo cartel de la droga en el país: el de Cali. De hecho, esta organización delictiva con los años se había fortalecido porque contaba con niveles muy altos en materia de comunicaciones, una alta discreción en su comportamiento, rígidos esquemas en seguridad, capacidad desestabilizadora y aun cuando tenía todo el poder del tráfico de drogas en el país seguía manteniendo un perfil definitivamente bajo. Fue así como después de analizar cada uno de estos puntos y la estructura y organización de este cartel, la Dirección de Inteligencia de la Policía decidió iniciar una estrategia que le permitiera atacar al grupo de Cali y, de la misma forma, a diferentes organizaciones delictivas del país. Desde ese momento el esquema de trabajo se fundamentó en la administración gerencial, el talento humano y en un desarrollo organizacional para cualificar la información que manejaba. Así mismo, cada uno de los hombres de esta Dirección debía saber cómo utilizar la información a la que tenían acceso para decidir qué equipos tecnológicos requería la institución y así desarrollar el mejor trabajo de investigación. Una labor que debía tener en cuenta las necesidades del país y la capacidad de la Policía Nacional.Sin embargo, para el director de Inteligencia de la Policía, coronel Oscar Naranjo, "más allá de los avances tecnológicos con los que podamos contar, que de por sí son muy buenos, el gran valor se centra en la capacidad de nuestros hombres".Y es cierto. Los hombres de Inteligencia de la Policía desde el principio tienen que demostrar su capacidad para enfrentar una fuerte competencia para que sean ellos y no otros los que desempeñen una de las labores más importantes para el país. De ahí que el proceso de selección de personal sea una de las actividades que se manejan con más cuidado en este organismo. Aunque la búsqueda de personas se inicia con unos parámetros muy similares a los de otras empresas e instituciones, hombres solidarios, transparentes y con capacidades éticas, morales y profesionales, aquí el examen se extiende a pruebas como el polígrafo y se llevan a cabo investigaciones de la familia, los amigos más cercanos y la actividad laboral de cada aspirante. Prueba de que ese trabajo no es tiempo perdido durante los últimos tres años no se ha reportado un caso de corrupción y ni siquiera han aparecido denuncias sobre violación de derechos humanos. De igual forma, la labor de este equipo ha sido premiada más de una vez. A nivel internacional, por ejemplo, la Inteligencia de la Policía fue galardonada el pasado mes de abril, en Bahamas, durante un encuentro que organiza la DEA todos los años con los países involucrados en la lucha antidrogas. Así mismo, en junio de este año España le dio a Colombia una mención de honor durante el Encuentro de la Comunidad Andina de Inteligencia.

Un edificio inteligente
Los resultados han sido satisfactorios ante los ojos de todos. Y por eso mismo la Dirección Nacional de la Policía, en cabeza del general Rosso José Serrano, decidió hace ya tres años independizar este organismo y darle autonomía para que sean ellos quienes manejen las labores de inteligencia policial. Debido a eso, dentro de poco va a ocupar uno de los edificios más sofisticados del país, el cual tuvo una inversión de 8.000 millones de pesos. Una obra de la ingeniería que surgió como resultado de comparar varios edificios de este tipo en el mundo y que, por su tecnología, desde ya se erige como uno de los más modernos de este continente. Allí funcionará la nueva Central de Inteligencia de Policía _CIP_ con el criterio de que esta es la mejor arma para combatir toda manifestación delictiva.Con todo esto, poco a poco se va rompiendo el mito que hacía pensar que los hombres de Inteligencia se ocultaban tras un periódico en los parques. Ahora estos hombres son ejecutivos que administran la información más confidencial de un país que quiere ganar la lucha contra el crimen.
En guerracontra las drogas
Desde 1978, cuando los gobiernos de Colombia y Estados Unidos efectuaron el primer convenio para emprender una lucha frontal contra el narcotráfico, en el cual Colombia ha puesto a sus hombres al servicio de la guerra y Estados Unidos todos los recursos económicos necesarios, la batalla contra las drogas ha seguido una carrera de resultados satisfactorios para el país y para el mundo.De hecho, en lo que va corrido de 1997, se lograron erradicar 29.879 cultivos de coca y 6.366 de amapola. Fueron capturadas 1.167 personas, entre nacionales y extranjeros; se incautaron grandes cargamentos de narcóticos e insumos químicos para el procesamiento de la coca; se inmovilizaron 19 aeronaves, 308 vehículos y 155 embarcaciones; se decomisaron 255 armas; se destruyeron 150 laboratorios de base de coca, 44 de cocaína pura, cinco de heroína, y en esta contienda se han inutilizado más de 50 pistas clandestinas.Estos logros han hecho que la labor de la Policía Nacional sea reconocida en todo el mundo. La imagen de dos colombianos: el general Rosso José Serrano y el coronel Leonardo Gallego, quien está al frente de la Dirección de la Policía Antinarcóticos, es hoy por hoy un ejemplo a seguir para las naciones que en los últimos años se han visto afectadas por este flagelo.El Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de Estados Unidos, por ejemplo, destacó públicamente el compromiso de Colombia en esta guerra y el director del FBI, también ante el Congreso, aseguró que el futuro de la China sería diferente si existiera otro general Serrano. En tierra, mar y aireEstos dos hombres, sin embargo, no son los únicos que merecen reconocimiento. Detrás del coronel Gallego, en la Dirección de Antinarcóticos, hay 2.500 hombres que a diario se juegan la vida en lugares en los cuales no han entrado aún la civilización y el desarrollo. De hecho, en zonas selváticas o montañosas en donde el ingreso se hace peligroso, no solo por la geografía sino también por la misma violencia, es casi norma que allí existan las más grandes fortalezas de la producción de la cocaína. Pensando en esto la Policía Nacional le concedió una mayor importancia a la división aérea y, desde 1983, cuando se inauguró este grupo con dos avionetas y dos helicópteros, ha ampliado su flota hasta el punto que en este mes, cuando celebran el aniversario de la institución, hayan llegado a la aeronave número 100. Con aviones como Caravan, Turbotrush, DC-3, OV-10, Cessna 152, Beechcraft 99, Twin y helicópteros Bell Ranger, Huges 500, UH-1H, Bell 212 y Bell Ranger 206 se ha conformado una de las flotas aéreas policiales más completas del continente. Gracias a la pericia y habilidad de los pilotos han logrado salir adelante y superar 61 atentados en operaciones helicotransportadas.No obstante la ampliación de infraestructura no se concentra únicamente en el servicio aéreo. Antes de finalizar el año la Policía Antinarcóticos hará lo mismo con el parque automotor, reforzará con nuevos equipos el área de comunicaciones y tecnología y tiene proyecciones de aumentar el pie de fuerza con 500 hombres más para tener una mayor cobertura en el país. La Policía cuenta, además, con los Comandos Jungla, unas unidades especialmente creadas para adelantar operaciones de alto riesgo y lograr penetrar en zonas inhóspitas y selváticas de Colombia. Otro proyecto para el futuro es la capacitación del personal. Según el coronel Gallego, "la Policía Antinarcóticos está desarrollando permanentemente convenios con otras naciones, como el Reino Unido y Estados Unidos, para que los hombres reciban programas de especialización en operaciones antinarcóticos". En total son 70 cursos internacionales para casi el 50 por ciento del personal aéreo y otro 50 por ciento para personal de tierra. En Colombia, también se llevan a cabo entrenamientos especializados de acuerdo con el área que maneje cada hombre. De esta forma, entre uno y otro proyecto, el siglo XXI llegará muy pronto y, para esa época, la lucha contra las drogas tendrá más fuerza, más conocimientos, más tecnología para erradicar todo tipo de cultivo ilícito y las rutas de la cocaína y la heroína en territorio colombiano. Para que la guerra abierta y declarada contra los carteles de la droga llegue a su fin.
De frente a ladelincuencia
A finales de 1994 el Departamento de Policía Metropolitana de Bogotá inició una estrategia para acabar con los problemas de convivencia e inseguridad en las principales ciudades de Colombia.El primer paso consistió en organizar a las familias por cuadras; se nombraron líderes comunitarios que fueran el contacto directo entre la Policía y la ciudadanía y, finalmente, surgió la idea de poner en marcha el llamado 'árbol telefónico', el cual no es más que un instrumento que permite una comunicación rápida dentro de una cuadra. De esta forma, a cada hogar se le asignaron unos nombres de vecinos para que los llamaran en caso de advertir algo sospechoso y éstos a su vez deberían llamar a otros vecinos y a la Policía para hacerle frente a la situación. Así mismo, mientras la cadena de llamadas se completaba, los vecinos deberían salir a las ventanas con todo tipo de alarmas y reflectores para llamar la atención de los delincuentes. Al árbol telefónico se unió también el llamado 'perfil de cuadra' a la estrategia y, con esto, se llegó al 'plano de cuadra'. Con el primero se recopilaron los datos de cada familia y se logró conformar un plano que permitía identificar más fácilmente la presencia de extraños. Este mecanismo se inició por primera vez en el barrio Marco Fidel Suárez y con los primeros resultados se fue ampliando el programa hasta abarcar todo el país."Uno de los aspectos más importantes en la conformación de estos frentes de seguridad ha sido sin duda la capacitación", aseguró el general Luis Ernesto Gilibert, subdirector de la Policía Nacional. "De hecho, el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, capacita a los encargados del programa en la instalación y mantenimiento de las alarmas comunitarias en cada frente y la Cámara de Comercio colaboró dictando talleres de liderazgo y comunicación", concluyó el alto oficial.Por ahora, además del éxito logrado con la conformación de los 2.500 frentes de seguridad, lo único que queda claro es que un sencillo y elemental mecanismo ha logrado recuperar el vínculo de la Policía con cada persona y poco a poco se está regresando a esa ciudad donde se disfrutaba de sus calles, de sus parques y se compartía un espíritu de solidaridad y de convivencia. HLa Dijin y los GaulaLa Dirección de la Policía Judicial, Dijin, a cargo del brigadier general Ismael Trujillo Polanco, es uno de los organismos de apoyo a la justicia colombiana frente a las diversas conductas delictivas en el país. Este organismo cuenta con un valioso recurso humano conformado por especialistas en derecho y técnicas en criminalística.Los resultados de la Dijin, durante los últimos tres años, demuestran la eficacia de su trabajo. Se han recuperado 39.400 vehículos, decomisado 76.710 armas, realizado 232.689 aprehensiones a sindicados de diferentes delitos y recuperado 584.414 millones representados en elementos hurtados y recobrados 469.438 millones en mercancías.A su turno, la Dirección Antisecuestros y extorsión Gaula, al mando del coronel Luis Alfredo Rodríguez Pérez, ha devuelto la tranquilidad a muchos hogares al rescatar en los últimos tres años 243 personas de manos de sus plagiarios, capturar 746 secuestradores, evitar que se pagaran más de 130.000 millones de pesos a las bandas dedicadas al secuestro, capturar 1.071 extorsionistas y evitar la cancelación de 35.000 millones de pesos por extorsiones. Estos resultados demuestran la eficiencia de una institución que combate con ahínco uno de los delitos más abominables como es el secuestro. Economía: otro éxitoComo estos, han sido muchos los resultados positivos que ha logrado la Policía en diferenes direcciones. Estos éxitos de alguna manera han sido posibles gracias a la labor de la Dirección administrativa, con el general Alfonso Arellano a la cabeza, quien ha cumplido un papel importante en el manejo de los recursos económicos para lograr el mejoramiento de instalaciones y adquisición de nuevos equipos tecnológicos para la Policía.