Las claves de Melquiades

El gitano que llegaba a Macondo cargado de sabiduría y cuyo espíritu se quedó para siempre en la casa de los Buendía había dejado por escrito las predicciones más detalladas de los estragos que el tiempo traería sobre el pueblo. Algunos de los textos estaban cargados de buenos y prósperos momentos pero otros tenían el signo irremediable de la tragedia. Melquiades pronosticó cien años. SEMANA recogió su legado pero no ha sido tan avezada y se aventuró a pronosticar, no en el sánscrito del sabio sino en el lenguaje estadístico de las encuestas, el destino del Macondo Real dentro de apenas 16 años.

Una significativa muestra de colombianos de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla refleja puntos de vista que conviene considerar. Por ejemplo, los habitantes de sectores menos favorecidos son más optimistas con respecto a temas como que para ese año algún atleta habrá ganado otra medalla de oro en Juegos Olímpicos o algún Tour de Francia; alguna otra reina, dicen, igualará la hazaña lejana de Luz Marina Zuluaga en el concurso de Miss Universo; habrá un pintor más popular que Fernando Botero y un escritor que logre más reconocimiento que Gabriel García Márquez. También son optimistas con respecto a la disminución de la pobreza, la mejoría de la economía y el fin de la guerra. En cambio, quienes tienen un mayor acceso a la educación y mejores posibilidades de empleo, parecen vislumbrar un panorama no tan esperanzador. Según sus respuestas, Colombia perderá parte de su territorio, se agudizará la pobreza y habrá una guerra con Venezuela.

También son muchos los que creen que en 2020 desaparecerán los partidos tradicionales, habrá un presidente de centro izquierda y las Farc seguirán siendo un grupo armado ilegal. Tradiciones como la religión católica perderán su influencia en la sociedad. Y, como siempre en el fútbol, las opiniones son divididas con respecto al caso hipotético de que la selección gane un campeonato mundial.

Claro que en temas que afectan la vida cotidiana los encuestados son optimistas frente al futuro. En general se sienten viviendo en una ciudad que será más amable y mejor para vivir. En este sentido, la ciudad con mayor optimismo es Cali (81 por ciento) seguida por Medellín (78 por ciento), luego está Barranquilla (71 por ciento de acuerdo) y por último Bogotá (55 por ciento). Si se compara esto con la opinión sobre "esta ciudad será la más próspera de Colombia" Medellín es la más optimista con 74 por ciento de encuestados de acuerdo, seguida por Bogotá, Cali y Barranquilla, con 57, 51 y 50 por ciento, estableciéndose así una gran diferencia entre Medellín y el resto de ciudades.

Con esto se demuestra que la obsesión por el transcurrir del tiempo no hace parte sólo de la literatura. Puede ser el legado que dejó Melquiades después de pronosticar con exactitud los cien años de Macondo. Ya se verá si la intuición de los colombianos es tan certera como la del sabio adivinador. Ya se verá si muchos sentirán dentro de 16 años el estancamiento del tiempo que caracterizó los últimos días del primero de los Buendía: ojalá que en 2020 los colombianos no tengan la sensación de que todos los días son lunes.