Especiales Semana

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

Detrás de un indiscutible boom económico, Chile oculta su otra cara: la de la pobreza.

31 de octubre de 1988

Si hubiera que decir cuál es el as bajo la manga que tiene el general Augusto Pinochet para ganar el plebiscito, sin duda habría que hablar de la economía.
Hasta la crisis de 1973, Chile había sido un país en el cual la estabilidad económica había ido pareja con la democrática. Bajo el gobierno del presidente socialista Salvador Allende, por las medidas que éste tomó, por el sabotaje externo a su experimento, o por ambas razones, el hecho es que Chile cayó en pocos meses en una aguda crisis económica, donde la escasez alimenticia, la inflación desbordada y la parálisis industrial y comercial contribuyeron decididamente a crear el ambiente para el golpe del 11 de septiembre del 73.

A la junta encabezada por Pinochet, que comenzó a gobernar entonces, no le fue al principio mejor que a Allende. En un momento dado, a comienzos de esta década, el gobierno militar enfrentaba cifras de desempleo cercanas al 25% y una inflación similar a la de su vecina y quebrada Argentina. Las protestas populares, las noches marcadas por el incesante golpeteo de las ollas vacías de las amas de casa chilenas y el desordenado crecimiento de las zonas tuguriales de Santiago y Valparaíso, marcaron esos dificiles años en los que el experimento de ultraliberalismo económico dictado a Pinochet por los Chicago boys, parecía condenado al fracaso. Pero hoy, 15 años después del golpe y 7 después de esa última crisis, el General ha logrado voltear la tortilla y presentar al mundo un Chile en franca y sostenida recuperación económica.

A TODO VAPOR
Lo primero que impacta a un turista que llega a Santiago--o a un exiliado que regresa después de todos estos años--es el ambiente de prosperidad, abundancia y febril actividad industrial y comercial del Chile de hoy.
Las cifras parecen confirmar esta impresión. Por tercer año consecutivo, la economía chilena crecerá en 1988 entre el 5% y el 6%. Y en un año durante el cual Argentina, Brasil y Perú registrarán cifras de tres dígitos en su inflación, Chile proyecta un alza en el costo de la vida apenas cercana al 10%, nueve puntos por debajo de la del año pasado y muy por debajo de las de los otros países de Suramérica. Una comparación que ilustra dramáticamente el control inflacionario alcanzado por Chile es que, para 1988, se estima que la total de los 12 meses en el país austral equivaldrá a 12 días de inflación en Argentina. La certeza de que este será un buen año está basada no sólo en el crecimiento sostenido de los últimos, sino en las primeras cifras consolidadas del 88.
Para citar un solo ejemplo, en el primer trimestre de este año, las ventas al detal crecieron en un 7% con respecto al mismo periodo del año pasado.

¿Pero qué es lo que explica semejante boom? Los pilares en los que se ha apoyado el gobierno de Pinochet para alcanzar sus metas económicas son principalmente dos: inversión nacional y extranjera, y exportaciones. "En los últimos cuatro años, la empresa privada chilena realizó inversiones por 6 mil millones de dólares, como consecuencia de liberalización de las numerosas trabas que hablan impedido hasta ahora el fluído accionar de la libre iniciativa", dijo hace poco Manuel Feliú, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio de Chile, máximo órgano de los gremios privados del país.
En efecto, la participación del sector privado en el total de la inversión nacional pasó de un 27% en la década del sesenta, a un 60% en 1987. Y esto se explica por la reducción en los impuestos de industria y comercio de 48% a 10%, y por un paralelo desmonte del control estatal sobre la economía. Pero además. de promover la inversión, el gobierno de Pinochet está fomentando la reinversión: si el socio de una empresa retira utilidades de ésta como persona natural, tributa más que lo que tributaba antes de 1984. Por esta razón, los empresarios prefieren reinvertir en sus compañías.
Todo esto sin hablar de las medidas que han buscado y logrado fomentar la inversión extranjera. Australia se ha convertido, junto con Nueva Zelanda, en uno de los países que más ha invertido en Chile. Para fines de este año, se espera que las inversiones australianas, especialmente en contratos para extracción del cobre alcancen 1.500 millones de dólares.
Nueva Zelanda, por su parte, ha puesto una buena tajada: 410 millones de dólares. La pregunta, sin embargo, es qué tantas ganancias dejan en Chile las compañías extranjeras y qué tanto transfieren al exterior.
Otro sector clave de la economía chilena que se ha visto reforzado es el del comercio exterior. Las exportaciones chilenas, que históricamente habían sido la mitad de las argentinas, similares a las peruanas y cinco veces las bolivianas, en 1988 serán superiores a las de la Argentina, más del doble de las del Perú y 14 veces mayores que las de Bolivia. La favorable evolución del comercio exterior chileno, tanto en términos absolutos como en términos relativos, se demuestra teniendo en cuenta que en los primeros años de la década de los 70, las exportaciones chilenas representaban aproximadamente el 25% de las exportaciones de los cuatro países, en tanto que en este año representarán el 45%. Las proyecciones muestran que las exportaciones podrían llegar este año a 6.940 millones de dólares, con embarques de cobre por 3.109 millones.

Según el ministro de Agricultura de Chile, Jorge Prado Aránguiz, "Chile ha sido capaz en poco tiempo de producir exportaciones por casi 7 mil millones de dólares con lo cual la crisis de la deuda externa, en gran medida deja de ser una crisis. La relación de poco más de das veces deuda a exportaciones es una proporción que ningún país latinoamericano puede mostrar".

En cuanto a los indicadores sociales, aunque el país que Pinochet heredó en 1973 estaba clasificado entre los que registraban menores tasas de analfabetismo y bebés mejor alimentados, no por eso han dejado de registrarse progresos. En 1970 el promedio de vida era de 64 años y ahora es de 76; la tasa de mortalidad infantil, 18.7 por mil (según estadísticas de 1986) es la más baja de América Latina después de Costa Rica.
Además, en América Latina, Chile ocupa el primer lugar en el consumo de proteínas y calorías por habitante.
En términos de pobreza absoluta, la población que vive en condiciones de indigencia ha bajado de 14% en 1982 a 10% en la actualidad, mientras que en América Latina y el Caribe ha sufrido un recrudecimiento que se estima en un 25%.

LA OTRA CARA
Sin embargo, tras los bebés gordos de las estadísticas, está el otro Chile, el que ha pagado un alto costo social por lo que ha sido llamada "la revolución silenciosa". A lado del país que ahora mira hacia la cuenca del Pacífico en busca de un desarrollo por fuera de las órbitas europea y norteamericana, del Chile desarrollado de Santiago y las regiones que producen frutas, madera y cobre para la exportación, está el Chile económicamente deprimido, desempleado o con salarios que escasamente alcanzan para sobrevivir. En efecto, las tasas de desempleo no son las mas mostrables en el Chile del boom económico. Si bien es cierto que han logrado reducirla del crítico 25% de los años 81-82 a un 12% en la actualidad, no es una cifra que pueda exhibirse con orgullo.
Menos aún si se tiene en cuenta que entre un 4 y un 6% de la población empleada responde a empleados del llamado "plan de emergencia" que apenas Si se ganan un dólar diario.
En términos generales, la recuperación económica de los últimos tres años, se ha logrado en gran parte por una drástica reducción en los salarios. Hasta un alza que fue autorizada el pasado mes de junio, desde 1981 los salarios de los trabajadores del sector público estuvieron prácticamente congelados. A pesar del crecimiento económico que ha beneficiado fundamentalmente al sector privado--a unos pocos del sector privado-los salarios reales están por debajo de los que se pagaban en 1981, cuando el despegue de los años 70 entró en barrena. Después de años de salarios estancados que no pudieron ponerse a tono con el alza de los precios, Chile ha experimentado una paulatina pauperización de la clase media. Según las mismas autoridades oficiales, hay algo de cierto en eso de que la economía va bien, pero el chileno promedio no.

Pero no es el aspecto económico el que más utiliza la oposición para combatir al gobierno. Son muchos los chilenos que votarán en favor del "no" en espera de un cambio político, pero también muchos dirán "sí", atendiendo a sus bolsillos llenos. Y si el general Pinochet no tiene mucho sex appeal y carisma personales para atraer los votos en su favor, los resultados económicos de su gestión si pueden constituir un gancho.

-INDICADORES SOCIALES EN AMERICA LATINA
PAIS ESPERANZA TASA DE TASA DE COBERTURA COBERTURA
DE VIDA AL ADULTOS MORTALIDAD AGUA POT. ALCANTARILLADO
NACER ANALFAB.MATERNA URBANA URBANO
(1985) (1985) (1984) (86) (85)
COSTA RICA 74 6.5 -- 100 87
CHILE 71.5 3.5 55 97 77
ARGENTINA 70 4.5 85 72 66
URUGUAY 69 6.5 56 95 35
MEXICO 67 10 92 91 60
ECUADOR 65 18 220 73 72
BRASIL 65 22.5 154 86 48
COLOMBIA 65 11.5 126 84 73
PERU 61 15.5 314 73 44
BOLIVIA 53 25.5 480 77 --


PAIS TASA DE MORTALIDAD
INFANTIL (1986)
COSTA RICA 18
CHILE 18.7
ARGENTINA 33
URUGUAY 27
MEXICO 48
ECUADOR 64
BRASIL 65
COLOMBIA 47
PERU 91
BOLIVIA --