Especiales Semana

Las instituciones

El fin de la Guerra de Independencia les dio vida a las instituciones que han logrado consolidar, a veces con reveses, la democracia colombiana.

12 de julio de 2010

 
La Presidencia
"En las Repúblicas el Ejecutivo debe ser el más fuerte, porque todo conspira contra él; en tanto que en las monarquías el más fuerte debe ser el Legislativo, porque todo conspira a favor del monarca": Simón Bolívar, 1819

Una vez adoptada la concepción republicana del Estado, la Presidencia se ha constituido en la institución más fuerte y estable de Colombia y en el eje de su sistema democrático. A pesar de la turbulenta y conflictiva historia política, esta institución nunca ha dejado de funcionar efectivamente, con excepción al período de 1863-1885, años en el que la Constitución de Rionegro debilitó notablemente el poder presidencial.

En casi 200 años la figura presidencial ha tenido un progresivo fortalecimiento, incluso cuando la democracia ha estado al borde del colapso. En las dictaduras de Rafael Reyes y Gustavo Rojas Pinilla, así como en los gobiernos de Mariano Ospina y Laureano Gómez, se cerró el Congreso, se censuró la prensa y se estableció estado de sitio, pero en contraposición el poder se concentró aún más en la Presidencia. Incluso cuando los gobernantes hicieron el llamado a salvar la democracia y las instituciones también la Presidencia ha sido fortalecida. Dos ejemplos de ello se encuentran en la Constitución de 1886 y en el establecimiento del Frente Nacional. Por último, el caso más actual de la fortaleza de esta institución está dado por la reelección del presidente Álvaro Uribe Vélez.

El Congreso
El Congreso al igual que la Presidencia, es una institución que nació en las primeras décadas del siglo XIX al ser establecido el Estado republicano. Conformado por dos Cámaras (Senado y Cámara de Representantes), ha sido el encargado de la rama Legislativa. Su desarrollo histórico ha sido más inestable que el de la Presidencia. Ha habido momentos en que se ha fortalecido, como en la época de las reformas liberales de mediados del siglo XIX. Pero por regla general, el Congreso ha sido el gran damnificado de las crisis democráticas e institucionales. Con tan solo cinco años de haber nacido, el Libertador lo cerró en 1828. Años más tarde Mosquera haría lo mismo. Ya en el siglo XX el Congreso sufrió uno de sus más duros golpes, cuando fue clausurado por Mariano Ospina Pérez en noviembre de 1949, decisión que se mantuvo en los gobiernos de Laureano Gómez y Gustavo Rojas Pinilla y que fue revocada con el inicio del Frente Nacional. Un Congreso admirable es el mejor contrapeso a un poder presidencial y judicial fuerte.

Corte Suprema de Justicia
Junto con la Presidencia, el Congreso, el tribunal de justicia fue la tercera institución que nació con la independencia y posterior creación de la República colombiana. Desde que se promulgaron las primeras Constituciones siempre quedó consagrado que un poder independiente del Ejecutivo y Legislativo se encargara de administrar justicia en el país. Aunque desde 1821 hasta hoy la principal función de la Corte es la administración de justicia, a lo largo de la historia, y debido a la constante inestabilidad constitucional del país (por lo menos hasta finales del siglo XIX), la alta Corte no se ha denominado de la misma manera ni ha tenido la misma organización. Sólo a partir de la Carta de 1886 es que se establece su nombre actual: Corte Suprema de Justicia. Durante más de un siglo mantuvo una identidad estable hasta que en 1991 la nueva Constitución creó la Fiscalía y la Corte Constitucional, entre otros, para darle un mayor orden, lo que aún está por verse.

Las Fuerzas Armadas
Esta institución conformada por el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada han tenido como función mantener el orden constitucional y defender el territorio, la soberanía, la independencia del país. A diferencia de la Presidencia o del Congreso, la consolidación institucional de la Fuerza Armada fue mucho más tardía, e incluso muchos aseguran que sólo se dio en el siglo XX. Aunque desde el grito de independencia se formaron ejércitos y una armada para llevar a cabo la tarea libertadora, debido a la inestabilidad política y económica, no lograron consolidarse en instituciones perdurables. El proceso en ese sentido se inició en 1886 con la llegada al poder de los regeneradores, pero se vio truncado por la Guerra de los Mil Días. Electo Rafael Reyes como presidente de la Nación, se decidió profesionalizar estas fuerzas bajo el poder del Estado central. Desde este momento hasta hoy la Fuerza Armada se ha convertido en otra de las instituciones soporte del país.

La Policía
La Policía Nacional, por su parte, se encarga del orden público interno. Sus funciones están relacionadas con asegurar las condiciones para el ejercicio de los derechos ciudadanos y con el mantenimiento del orden público.

Al igual que pasó con las Fuerzas Armadas se consolidó como institución desde finales del siglo XIX, cuando en 1891 se creó la Policía Nacional de Colombia. Sin embargo durante buena parte del siglo XX esta institución estuvo bastante politizada, lo que le generó un cierto descrédito dentro de la población. Sólo a partir del establecimiento del Frente Nacional la Policía se despolitizó, independizó y se convirtió en un órgano neutral del Estado colombiano. Actualmente cuenta con un alto grado de profesionalización que la ha convertido en una de las mejores del mundo.

El Banco de la República
El Banco de la República fue producto del proceso de modernización de las instituciones económicas del Estado y del interés por crear una banca central iniciada en las primeras décadas del siglo XX. Tomó fuerza en el gobierno de Pedro Nel Ospina, con la Misión Kemmerer en 1923. Producto de sus sugerencias, se creó en este mismo año el Banco de la República. Esta institución emite la moneda legal, administra la reservas internacionales del país, regula el control monetario, e interviene las tasas de interés. La independencia del Banco de la República es la garantía de una política de Estado en materia macroeconómica, clave para el progreso del país.

La Iglesia Católica
La Iglesia Católica no sólo es la institución más antigua del país, sino uno de las más importantes desde la Colonia. A diferencia de muchos países latinoamericanos ha estado muy unida al gobierno. Soportó y salió victoriosa de la Independencia y de los intentos de los liberales radicales del siglo XIX de separarla del Estado, o de ponerla bajo su dominio. Su triunfo fue cristalizado tanto en la Constitución de 1886 como en el Concordato de 1887. Estos documentos convirtieron al Estado en protector y defensor de la fe católica. A su vez la Iglesia se volvió pilar de la sociedad colombiana. Sus obispos proferían las políticas educativas, consentían o vetaban candidatos presidenciales y en últimas, controlaban la moral de la sociedad con el apoyo del Estado. Aunque los gobiernos liberales de 1930 trataron de limitar su poder e importancia, la Iglesia se volvió a fortalecer con la implantación del Frente Nacional. Fue a partir de la Constitución de 1991 que esta institución perdió parte de su poder, pero socialmente sigue siendo un pilar fundamental de nuestra sociedad.