Especiales Semana

LOS DESAFIAS DE COLOMBIA

10 de noviembre de 1997

Desde que Colombia se incorporó al Fondo Monetario Internacional_FMI_, en 1945, la institución ha mantenido una estrecha relación y un diálogo abierto con las autoridades sobre las políticas económicas que éstas siguen y ha compartido con ellas la experiencia de otros países miembros del FMI en distintas partes del mundo. El FMI ha procurado, así mismo, dar a conocer a los otros países miembros lo que ha acontecido en Colombia, en especial las lecciones que pueden extraerse de su excelente gestión de deuda externa y de la capacidad del país para lograr un crecimiento económico sostenido.La tradición colombiana de pluralismo político y la adecuada gestión económica le permitió salir casi indemne de la crisis de la deuda y evitar el estancamiento y la hiperinflación que afectaron a la región en años recientes. Gracias a ello, Colombia no ha tenido que pagar el precio de errores anteriores en materia de política económica que para otros países se tradujeron en años de penoso ajuste.Hoy varios países de la región han superado la etapa del ajuste propiamente tal, y muchos de ellos han avanzado decididamente hacia la adopción de enérgicas políticas de reforma estructural diseñadas para mejorar su competitividad en una economía ya globalizada. Colombia también ha avanzado significativamente en la liberación del comercio exterior y de los mercados financieros. Sin embargo aún es posible avanzar hacia logros adicionales. Me refiero a la necesidad de abordar la persistente inflación, que ha pasado de valores relativamente bajos a porcentajes más bien altos frente a los de otros países de América Latina. Pienso también en el complejo sistema de coparticipación y asignación de los recursos públicos a finalidades específicas, que tiende a aminorar la eficacia de la política fiscal.Pero, ante todo, estoy convencido que Colombia _al igual que otros países de la región_ debe seguir adelante enérgicamente con los planes de lo que denominamos reformas de 'segunda generación', con el fin de lograr que el mayor número posible de personas participe del bienestar social y económico del país. Dentro de estas reformas lo más importante es la transformación de la función que cumple el Estado en la economía. Es absolutamente esencial reducir y rediseñar esta función, como lo ha comenzado a hacer Colombia, aumentando la transparencia de las operaciones públicas para fomentar un clima propicio a la inversión y al crecimiento. En este sentido, cabe abordar varias tareas, entre ellas:·
Mantener un sistema regulatorio sencillo y transparente y que sea equitativo en cuanto a oportunidades económicas.·
Respaldar el profesionalismo y la independencia del sistema judicial.
· Contar con un sistema tributario eficiente y equitativo.·
Mejorar la calidad del gasto público, reduciendo las erogaciones improductivas y reservando así más recursos para acciones propicias al desarrollo humano, tales como educación, salud e infraestructura rural.
Dada la dimensión de la economía colombiana, los progresos o reveses que experimenta el país repercuten en toda la región, y esto hace que el mantenimiento de una gestión económica sana y prudente sea de la mayor importancia. Nosotros, en el FMI, sabemos que estos temas están al centro de un intenso y exhaustivo debate político en Colombia. Nos alienta la perspectiva de ver ensanchándose el apoyo público para este tipo de estrategia, combinando la tradicional prudencia del enfoque macroeconómico y financiero con la mayor audacia y determinación de llevar a cabo estas reformas, imprescindibles para los países que quieren encarar exitosamente los desafíos de la mundialización.
MICHEL CAMDESSUS nació en Bayonne, Francia, el primero de Mayo de 1993; finzalizó sus estudios de economía en el Instituto de Estudios Politicos de París y la Escuela Nacional de Administración. Es director general del Fondo Monetario Internacional desde el 16 de Enero de 1997.