Especiales Semana

Los mejores años

Fusiones, compras, extraordinario crecimiento e incursión en nuevos negocios, así se pueden describir estos años para el Grupo Aval y la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo.

24 de abril de 2010

A finales de 1999, en plena recesión económica y cuando muchos en Colombia estaban recogiendo velas y atrincherándose, Luis Carlos Sarmiento Angulo decidió salir al mercado público para vender en forma masiva acciones del Grupo Aval.

La maniobra era osada no solo por las circunstancias económicas difíciles, sino porque era el primer experimento de democratización accionaria de una compañía en el país. Los resultados del proceso sorprendieron. El último día del siglo XX el Grupo Aval tenía 40.042 nuevos accionistas, que se habían hecho propietarios del 2,58 por ciento de la organización financiera.

Con este hito arrancó la primera década del presente siglo para el Grupo Aval y con una estrategia similar terminó el decenio. En 2007 Sarmiento realizó una segunda democratización en la que vendió un 5 por ciento más y otros 34.185 nuevos accionistas llegaron. Así, el 7,5 por ciento del Grupo Aval está hoy en manos del público.

Sarmiento Angulo se siente orgulloso de esta decisión. "Aval tiene alrededor de 70.000 accionistas lo que la convierte en la acción más democratizada del país, después de Ecopetrol. Ellos tienen el 10 por ciento en manos del público y nosotros el 7,5 por ciento".

Pero hubo otros hechos que también marcaron la década. El grupo financiero creció en forma notoria. Sarmiento hizo gala de su habilidad para saber cuándo comprar y aprovechó los años poscrisis financiera para agregar entidades a su emporio bancario. Entre 2004 y 2006 compró tres bancos más: Aliadas, Unión y Megabanco. Los dos primeros se fusionaron con el Banco de Occidente y el segundo con el Banco de Bogotá.

En 2000, el banco AV Villas (anterior corporación de vivienda) se había fusionado con Ahorramás y más recientemente hicieron lo propio las corporaciones Corficolombiana y Corfivalle y las firmas comisionistas que tenía el grupo y que quedaron integradas bajo el nombre de Casa de Bolsa.

Como dice Sarmiento, el grupo llegó al fin de la década en una muy buena posición. Ahora tiene entre el 28 y 30 por ciento de los activos, de la cartera y de los depósitos del sistema financiero colombiano. Las utilidades conjuntas de este grupo representan el 33 por ciento de las de todo el sector.

La construcción, un filón de gran importancia para esta organización, repuntó en la pasada década. "Durante la crisis de la construcción nosotros estuvimos invernando", señala. Pero a partir de 2000 se reactivó la operación. Comenzó entonces una etapa muy interesante con proyectos de vivienda, oficinas, comerciales y empresariales. Entre ellos está Ciudad Empresarial en el occidente de Bogotá, donde se levantarán 18 torres. Sarmiento tenía planeada esta obra para ejecutarla en 10 años, y ya, en los dos primeros, se está terminando una tercera parte de todo el proyecto. Acaba de inaugurar Centro Mayor, en la capital de la República. Este es el mayor centro comercial del país por tamaño y el tercero de Suramérica.

Pero hay otro negocio al que la organización le ha puesto toda su atención: las obras públicas. El tema le apasiona a Sarmiento Angulo. Y por estos días anda entusiasmado con un nuevo reto. Se trata de la ampliación de la vía al Llano. "Es una región muy difícil. Una cordillera muy escarpada e inestable. Como obra de ingeniería es verdaderamente apasionante; eso a mí me encanta". Será una doble calzada de 30 kilómetros que llevará túneles y viaductos. El segundo tramo de la Ruta del Sol, el más largo, quedó en manos de Odebrecht y Corficolombiana del Grupo Aval. El interés hacia adelante es participar en futuras licitaciones de obras públicas. Ahora ha empezado tímidamente a incursionar en el sector energético, a través de algunos proyectos de generación. Conociendo a Sarmiento, estos pinitos pueden convertirse en nuevos filones estratégicos de su organización.

Sarmiento cree que el país no dará marcha atrás y que el futuro económico es promisorio. Y no se han agotado las posibilidades para esta organización. Entre ellas, avanzar en nuevas democratizaciones del Grupo Aval. "Es sincero mi interés en realizar futuras democratizaciones. No quiero tener una concentración demasiada alta de las compañías. Quiero mantener el control, sí, pero que muchas más acciones queden en manos del público".

En este propósito, Sarmiento no descarta la posibilidad de una inversión desde el exterior. "Muchos banqueros de inversión han venido, los hemos escuchado y estamos esperando si lo que nos proponen nos gusta y nos parece conveniente".

Como se ve, al colombiano que ocupa el puesto número 135 en el ranking de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes, le sobran razones para decir que "esta ha sido una década extraordinaria para la organización".