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Más que vocación

La tendencia mundial busca capacitar a los docentes y hacerlos cada vez más profesionales. No obstante, formarse en una sola disciplina no es suficiente.

12 de marzo de 2011

Para que la educación superior en Colombia sea de excelente calidad, la formación de sus docentes es esencial. Y la clave está en que los educadores, bien sea de básica, media o educación superior, se formen también en pedagogía y didáctica. Porque, como lo dice Gloria Calvo, profesora honoraria de la Universidad Pedagógica Nacional y consultora educativa independiente, "el desarrollo profesional docente no solo se adquiere con maestrías y doctorados".

Conocer lo que se enseña es fundamental, pero no basta con formarse solo en la disciplina, también es muy importante aprender a ser didáctico. Muchos estudiantes de pregrado y posgrado se quejan de que sus docentes, a pesar de ser excelentes físicos o ingenieros, respetados y con gran trayectoria en su medio, son incapaces de transmitir sus conocimientos en forma comprensible.

Para Calvo, esto muestra la falta de investigación en educación superior, pues lo único que se sabe de su metodología es que es verbalista y repetitiva. No obstante, hay que reconocer que se ha avanzado. "Ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga hacen lo posible para que los docentes se formen de manera formal o informal a partir de varias redes", afirmó.

Aun así, Colombia está a mitad de camino para cumplir la obligación consignada en el artículo 68 de la Constitución Nacional: "La ley garantizará la profesionalización y dignificación de la actividad docente".

Ante esta perspectiva, la Universidad Industrial de Santander (UIS) creó hace 27 años el Centro para el Desarrollo de la Docencia, conocido como Cededuis.

La primera tarea que asumió fue la de apoyar los procesos de reforma curricular. Martha Vitalia Corredor, directora de Cededuis, afirma que es necesario este apoyo para lograr educación de calidad: "Está comprobado que no basta con tener Ph.D. en todas las áreas para garantizar que nuestros egresados sean los mejores".

La UIS reconoció la necesidad de que los profesores tengan fundamentos de teoría de aprendizaje, evaluación y enseñanza. Que sean, realmente, profesionales de la educación. Por eso, desde hace más de dos décadas les dan a sus educadores cursos de perfeccionamiento docente. "Son programas que dan un marco conceptual para darle complemento a su desarrollo", agregó Corredor.

Esta iniciativa nació como algo obligatorio para todos los profesores, al igual que la necesidad de hacer una especialización en pedagogía para ascender en su carrera dentro de la universidad. Hoy se mantienen los cursos de carácter forzoso para los profesores en periodo de prueba, es decir, durante dos semestres deben asistir cuatro horas a la semana.

Los pares académicos valoran en gran medida esta alternativa, a tal punto que Cededuis se ha convertido en un referente para otras instituciones, como las universidades de Antioquia y del Valle, las cuales también tienen un instituto de pedagogía.

Otras instituciones, como Eafit, en Medellín, también buscan tener cada vez más docentes calificados. Según Félix Londoño, director de Investigación y Docencia, la institución ofrece programas específicos de acompañamiento y fortalecimiento pedagógico.

Así mismo, apoya procesos a través de becas y créditos, para que sus docentes se capaciten en su disciplina. A la fecha, cerca del 30 por ciento de sus profesores tienen doctorado. Otra figura que utilizan es la de docentes potenciales, que consiste en identificar estudiantes investigadores y formarlos para que sean los educadores del mañana.

Docentes como Juan Carlos Garzón, Premio Nacional de Educación 1998, afirma que estas instituciones que tienen gran estima por las funciones misionales de docencia, investigación y expansión social "están interesadas en garantizar la permanencia de profesionales altamente calificados en sus equipos académicos, situación que repercute en las especiales condiciones que brindan a sus educadores para que estos tengan una mejor calidad de vida".

El tema está planteado. Es necesario reflexionar sobre la docencia como una profesión que requiere alimentarse en teoría y práctica. La profesionalización tiene repercusiones favorables y, en palabras de Martha Vitalia Corredor, "vale la pena apostarle al asunto".