Especiales Semana

MAXIMA VELOCIDAD

Por tercer año consecutivo la producción de vehículos en Colombia alcanzó niveles récord.

22 de mayo de 1995

PARECE QUE EL SECtor automotor se quedó con el acelerador hundido a fondo y que no tiene intenciones de levantar el pie. Aunque ya hay quienes dicen que para este año le tocó al fin poner el freno, pues el nivel de ventas de carros se predice como inferior al del año anterior. Sin embargo, ya en 1994 se dijo lo mismo y resulta que se facturaron 151.336 vehículos, con un crecimiento del 5,8 por ciento con relación a 1993.
Y es que el boom automotor ya lleva tres años disparado, desde 1992 cuando tanto la producción nacional como las importaciones tuvieron un sorprendente incremento. En el caso de estas últimas, la cifra fue del 358 por ciento al superar los 21.000 vehículos. Todo se debió en gran parte a la apertura económica, que abarató las importaciones, proceso que recibió además el apoyo de la revaluación del peso frente al dólar. Además influyó la demanda insatisfecha, pues Colombia tenía uno de los parques automotores más pequeños de América Latina, superior tan sólo a los de Perú, Haití y Ecuador.
Si a eso se agrega el hecho de que los fabricantes coreanos de vehículos querían conquistar nuevos mercados y el de que en 1994 las ensambladoras de Venezuela no tenían a quien venderle sus carros de manera que decidieron enviarlos a Colombia, no se puede negar que a los productores nacionales y extranjeros les quedaba difícil encontrar una mejor pista para correr.
Y fue tanto lo que hicieron que hoy en día este es uno de los países más competidos en cuanto a marcas de carros, pues ya hay representación de la mayoría de marcas y de prácticamente todos los lugares del mundo. El año pasado llegaron 50 marcas diferentes al país, de 15 nacionalidades distintas.
La que ha mantenido el liderazgo durante el boom ha sido GM Colmotores, que el año pasado aumentó sus utilidades en 71 por ciento, al sumar 47.585 millones de pesos, seguido por la Compañía Colombiana Automotriz -CCA- que creció 24 por ciento con 8.674 millones de pesos. En cuanto a ventas, estas dos ensambladoras también ocuparon los primeros lugares, seguidas por Sofasa-cuya casa matriz, la Renault, le vendió la mitad de sus acciones al grupo Santo Domingo-. Después se ubicaron los importadores Daewoo, Ford y Nissan, las tres marcas extranjeras que se han 'robado' un pedazo más grande del ponqué automotor.
El comportamiento en lo que va de este año no ha sido nada despreciable, pues ya se han vendido 36.900 carros, que es un incremento del 12,8 por ciento con respecto a los primeros tres meses de 1994. Según los datos de ventas entre enero y marzo, Colmotores tiene el 30,8 por ciento del mercado, la CCA el 17,6 por ciento y Sofasa el 14,3 por ciento. Y en cuanto a los importados, se quedaron con el 37,3 por ciento. Aun cuando traían un ritmo de crecimiento mayor al de los nacionales, esta vez ocurrió lo contrario: las ventas de los ensamblados en Colombia aumentaron 17,6 por ciento mientras que las de marcas extranjeras lo hicieron en 10,9 por ciento. Se trata de un resultado comprensible, pues la devaluación de la moneda, que va en 5,6 por ciento mientras que durante la totalidad de 1993 fue apenas del 3,4 por ciento, ha encarecido las importaciones, lo que pinta un panorama distinto para este tipo de productos. Otra cosa que podría afectar el negocio es el aumento del IVA para la venta de vehículos, tal como se propuso en la Reforma Tributaria que la semana pasada se presentó al Congreso.
Pero el boom automotor no sólo ha significado que lleguen más carros al país, sino que los ha hecho más baratos, pues es tal la competencia entre las marcas que en los últimos años se han hecho incrementos por debajo de la inflación. Mientras que un Renault 9 costaba a comienzos de la década 170 salarios mínimos, hoy vale el equivalente de 100.
Otros que han salido ganando con la venta de tantos carros han sido los departamentos y municipios. Según la Federación Nacional de Comerciantes -Fetalco-, el sector automotor aportó 600.000 millones de pesos en 1994 por concepto de impuestos de circulación y tránsito, timbre, peajes y ad valorem a la gasolina. Por derechos de aduana e IVA contribuyó con otros 320.000 millones de pesos, que es el 20 por ciento del total generado por comercio exterior.
Y es que se trata de una industria que aporta el 2,5 por ciento del Producto Interno Bruto -PIB- y que además se ha convertido en una importante generadora de empleo. Sólo los importadores aportan en la actualidad unos 11.200 puestos de trabajo directo, además de 10.000 indirectos, de acuerdo con los análisis de Fenalco. Las ensambladoras nacionales, por su parte, generan casi 4 .000 empleos, con una proporción varias veces mayor en la industria de autopartes. De ahí que sus empresarios le pidan al gobierno que los llame a concertar cuando vaya a negociar la entrada al Mercado Común del Sur -Mercosur-, pues sin duda, Brasil y Argentina tienen un mercado automotor bastante más grande que el colombiano. No obstante, mientras llegan las vacas flacas los productores y los comerciantes nacionales siguen con los mismos planes: continuar a toda velocidad hasta que el golpe de la cruda realidad avise que ya se acabó la carrera.